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Quilo de Ciencia

El quilo, con “q” es el líquido formado en el duodeno (intestino delgado) por bilis, jugo pancreático y lípidos emulsionados resultado de la digestión de los alimentos ingeridos. En el podcast Quilo de Ciencia, realizado por el profesor Jorge Laborda, intentamos “digerir” para el oyente los kilos de ciencia que se generan cada semana y que se publican en las revistas especializadas de mayor impacto científico. Los temas son, por consiguiente variados, pero esperamos que siempre resulten interesantes, amenos, y, en todo caso, nunca indigestos.

Genes, educación y familia

Gen de bueno y malo - Quilo de Ciencia - Cienciaes.com

Uno de los temas de investigación más controvertidos y candentes, que confieso me fascina, es la naturaleza humana. Además de los nuevos descubrimientos que tanto prometen para curar enfermedades y dolencias de los que suelo hablar, creo que conocer mejor nuestra naturaleza es también fundamental para acercarnos a la felicidad que todos perseguimos, y en la que, en mayor o menor medida, creemos.

Hasta no hace mucho, éramos educados en la idea de que cada cual debía forjar su carácter, el cual dependía, sobre todo, de la fuerza de voluntad para doblegar el lado oscuro de nuestra naturaleza. Nosotros éramos los únicos responsables de qué y de quién éramos, y también de cómo éramos. Supongo que para la gran mayoría esto sigue siendo aún así hoy.

Sin embargo, los últimos descubrimientos sobre la biología molecular de los genes han venido a dar explicación a la mayoría de los rasgos de nuestra personalidad, a nuestro carácter, o a capacidades y habilidades humanas que antes parecían no poder residir en la materia y los procesos biológicos de nuestros cuerpos y cerebros. Este concepto material del ser humano, ya no totalmente responsable de sí mismo, puede repeler a muchos. Sin embargo, es la idea clave que tal vez nos permita un día conducir a la humanidad a la tierra prometida de la felicidad.

MIRAR Y VER

La influencia de los genes sobre nuestra personalidad y carácter es hoy innegable a la luz de los últimos y numerosos estudios científicos realizados. Algunos estudios han demostrado que poseer ciertas variantes génicas incrementa nuestra vulnerabilidad a enfermedades mentales o, simplemente, a poseer personalidades conflictivas o antisociales. No obstante, la manera en que los genes afectan al funcionamiento cerebral y modifican reacciones y sentimientos en respuesta a nuestras vivencias es todavía controvertida.

Por ejemplo, en un estudio realizado en 2002 se comprobó que niños con una variante génica que producía menos cantidad de un enzima, implicado en el metabolismo de los neurotransmisores serotonina y dopamina, eran más susceptibles de convertirse en adultos violentos, sobre todo si habían sido maltratados en su infancia. Sin embargo, los niños que poseían una variante génica productora de mayor cantidad de este enzima no eran tan susceptibles de convertirse en personas violentas.

Estudios como este y otros realizados indicaron que si los genes ejercen influencia sobre nuestra personalidad, también el entorno en el que nos educamos y vivimos puede ejercer una poderosa influencia sobre nosotros, influencia que, bien es cierto, depende en gran medida de los genes que hayamos heredado. En todo caso, la idea prevalente desgajada de esos estudios era que ciertas variantes génicas ejercían una influencia negativa y explicaban, sobre todo, el lado oscuro de nuestro carácter.

Pero, como sucede tanto en ciencia como en la vida real, uno suele ver lo que desea mirar. El estudio de los genes que pueden convertir a una persona en agresiva o antisocial interesaba en esos momentos, y por esa razón era lo que se buscaba. Muy pocos estudiaban qué genes podrían influir en el efecto contrario, es decir, en convertirnos en personas socialmente integradas y preocupadas por los demás.

Los estudios sobre los genes “del lado oscuro” continuaron, pero, paradójicamente, y por suerte, esos estudios han acabado por revelar también cuáles son los genes “del lado luminoso” de la naturaleza humana. La sorpresa mayúscula ha sido comprobar que, en muchas ocasiones, ambos genes son ¡los mismos!

Dr. JEKYLL Y Mr. HYDE

Para entender esta paradoja es necesario explorar algunos estudios recientes. En uno de ellos, por ejemplo, se estudió la capacidad que poseían niños de muy corta edad para compartir golosinas en condiciones desfavorables o injustas para otros niños. Algunos niños se clasificaron claramente en uno de dos grupos: quienes no eran capaces de compartirlas de ninguna manera y quienes sí tenían la grandeza de corazón de hacerlo. Cuando se estudiaron las variantes de ciertos genes implicados en las habilidades sociales, ya conocidos, se comprobó que los niños menos proclives a compartir poseían las mismas variantes génicas que quienes eran más proclives. La diferencia en su comportamiento se explicaba, por tanto, no por los genes, sino por el entorno familiar en el que los niños vivían. Se comprobó que aquellos con una familia más estructurada, más estimulante y más cariñosa mostraban mayor generosidad. Sin embargo, aquellos con las mismas variantes génicas pero de familias desestructuradas, o con padres poco cariñosos, eran más egoístas de lo normal.

Estos estudios indican que muchos genes no nos convierten en buenas o malas personas, sino que hacen que seamos más sensibles a cómo el entorno en el que vivimos modula nuestra personalidad. Si dicho entorno es positivo, el ser humano que los posee puede florecer y convertirse en una gran persona. Si, por el contrario, el entorno es negativo, el mismo ser humano puede convertirse en alguien antisocial, en alguien que, en muchas ocasiones, será el primero en sufrir las consecuencias de su indeseable carácter.

Considero que estas investigaciones nos obligan moralmente, y de forma avalada por la ciencia, a dedicar los recursos necesarios para crear un entorno educativo y familiar que, cualesquiera los genes, facilite la felicidad y la integración social del ser humano. Sí, el ser humano, ese gran olvidado del euro, del dólar, de la banca, de la austeridad…pero foco principal de la medicina y las ciencias afines; foco principal de educadores y de todos quienes persiguen un mundo mejor.

OBRAS DE JORGE LABORDA.

Una Luna, una civilización. Por qué la Luna nos dice que estamos solos en el Universo

One Moon one civilization why the Moon tells us we are alone in the universe

Adenio Fidelio

El embudo de la inteligencia y otros ensayos

Las mil y una bases del ADN y otras historias científicas

Se han clonado los dioses.


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