La mayor parte de los seres vivos que han poblado la Tierra han desaparecido para siempre. Mensualmente, Germán Fernández Sánchez les ofrece en Zoo de Fósiles la posibilidad de conocer la vida de algunas de las más extraordinarias criaturas que vivieron en el pasado y que han llegado hasta nosotros a través de sus fósiles.
Hace dos milenios, cuando los primeros seres humanos llegaron a la isla de Madagascar, se encontraron con una isla boscosa poblada por una fauna y una flora muy particular, diferente de la de cualquier otra parte del mundo. Madagascar se había separado de África hace ciento treinta y cinco millones de años, y de la India hace ochenta y ocho. Desde entonces, los seres vivos malgaches evolucionaron aislados del resto del mundo. Hoy en día, hay en Madagascar unas diez mil especies de plantas superiores, cien mil de invertebrados y centenares de anfibios, de reptiles, de aves y de mamíferos. Alrededor del ochenta por ciento de esas especies son endémicas, no se encuentran en ningún otro lugar del mundo. Muchas de esas especies, sobre todo las de mayor tamaño, se han extinguido desde la llegada del hombre: hipopótamos, lémures gigantes… La caza, la introducción de especies foráneas y la transformación de los bosques en cultivos acabó con ellas.
Entre las especies extinguidas hay toda una familia de grandes aves parecidas a los avestruces, las aves elefante o epiornitiformes. La mayor de ellas, Aepyornis maximus, es el ave más corpulenta que ha existido, con un peso de casi media tonelada, y una altura de entre dos y medio y tres metros, sólo superada por las más altas de las moas de Nueva Zelanda, también extinguidas.
Los primeros occidentales que llegaron a Madagascar, en el siglo XVII, oyeron hablar a los nativos de una enorme ave que vivía en las selvas pantanosas del sur de la isla, pero en Europa no se dió crédito a estas historias hasta que, a mediados del siglo XIX, se presentaron en la Academia de Ciencias de París tres enormes huevos y algunos huesos de esa ave. Para entonces, el ave elefante ya estaba seguramente extinguida. Mediante el carbono 14 se han fechado huesos de ave elefante del siglo I o II de nuestra era, y cáscaras de huevo del año 1000. Pero la fecha de extinción de la especie es desconocida.
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