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Zoo de fósiles

La mayor parte de los seres vivos que han poblado la Tierra han desaparecido para siempre. Mensualmente, Germán Fernández Sánchez les ofrece en Zoo de Fósiles la posibilidad de conocer la vida de algunas de las más extraordinarias criaturas que vivieron en el pasado y que han llegado hasta nosotros a través de sus fósiles.

Los escansoriopterígidos, pequeños dinosaurios trepadores

Scateriopterigidos - Zoo de fósiles  podcast - CienciaEs.com

Hace unos años hablamos en Zoo de fósiles de los sorprendentes mamíferos de Daohugou, que vivieron en el noroeste de China a finales del Jurásico, hace unos 150 o 160 millones de años. En los bosques de aquella región, de clima cálido y húmedo, formados por coníferas, gingkos, cícadas, equisetos y helechos, vivían en la misma época los escansoriopterígidos, un grupo de minúsculos dinosaurios trepadores que se encuentran en la base del árbol evolutivo que llevó a la aparición de las aves.

El término “escansoriopterígidos” significa “ala trepadora”. Sólo se han encontrado hasta la fecha cuatro ejemplares fósiles, bastante bien conservados, que corresponden a tres especies: Scansoriopteryx heilmanni, que da nombre al grupo, Epidexipteryx hui y Yi qi. Los escansoriopterígidos, a pesar de su largo nombre, se cuentan entre los dinosaurios más pequeños. Se caracterizan por el larguísimo tercer dedo de la mano; en el resto de los dinosaurios, el dedo más largo de la mano es siempre el segundo. Además, tienen el cráneo corto y abombado, hocico corto y mandíbulas anchas y redondeadas, con la inferior orientada hacia abajo. Los dientes sólo están presentes en la parte delantera de las mandíbulas; los centrales son más grandes y están inclinados hacia fuera. Las extremidades delanteras son más largas que las traseras. Todos los ejemplares fósiles conservan trazas de las plumas que cubrían su cuerpo.

El primer escansoriopterígido que se descubrió, en 2002, fue Scansoriopteryx heilmanni. Como ya hemos dicho, el nombre genérico significa “ala trepadora”. El nombre específico, heilmanni, es un homenaje al paleontólogo danés Gerhard Heilmann, pionero del estudio de la evolución de las aves en la primera mitad del siglo XX. Scansoriopteryx fue el primer dinosaurio, sin contar con las aves, en el que se identificaron claramente varias adaptaciones para la vida en los árboles. Los dos ejemplares conocidos son jóvenes, lo que hizo difícil en aquel momento determinar su parentesco con otros dinosaurios.

Los jóvenes Scansoriopteryx son del tamaño de un gorrión común. Están cubiertos de plumas de estructura sencilla, como el plumón, algo más largas en las patas delanteras. Es posible que estas plumas se desarrollaran con el tiempo y que en los adultos formaran alas que les habrían ayudado a saltar de rama en rama o incluso a planear entre los árboles. La estructura de las extremidades delanteras indica que no eran capaces de volar, aunque sí podían plegarlas como hacen las aves actuales con las alas.

Las patas delanteras de Scansoriopteryx, más largas que las traseras, están dotadas de garras largas y curvadas, adecuadas para moverse entre las ramas de los árboles. El tercer dedo es casi el doble de largo que el segundo. Las plumas más largas están unidas a este tercer dedo, y no al segundo, como ocurre en las aves y otros dinosaurios emplumados. Las patas traseras están cubiertas de pequeñas escamas y de plumas, que quizá formaban un segundo par de alas como en otros dinosaurios voladores; el primer dedo es especialmente largo, y apunta hacia atrás como en los pájaros actuales. Las cuatro estremidades eran prensiles, lo que sugiere que pasaba mucho tiempo en los árboles. La cola de Scansoriopteryx es rígida, y muy larga, más de tres veces la longitud del tronco, con un abanico de plumas cortas en el extremo; le sirve de apoyo para trepar por el tronco de los árboles, igual que hacen los pájaros carpinteros.

El segundo escansoriopterígido, Epidexipteryx hui, fue descrito en 2008. Epidexipteryx significa “plumas de exhibición”; fue el primer ejemplo conocido de plumas ornamentales en el registro fósil. El nombre específico, hui, rinde homenaje al paleontólogo chino Hu Yaoming, especialista en mamíferos mesozoicos fallecido ese mismo año.

Epidexipteryx, del tamaño de una paloma, mide 45 centímetros de longitud, de los que casi la mitad corresponden a las plumas de la cola. El cuerpo es semejante al de Scansoriopteryx y también está cubierto de plumón, aunque en este caso algunas plumas tienen una estructura membranosa en su base. Carece de plumas largas en los brazos. La cola termina en cuatro largas plumas decorativas en forma de cinta, con barbas simples. Las vértebras finales de la cola recuerdan al pigostilo de las aves modernas, la estructura en la que se insertan las plumas de la cola.

La tercera especie de la familia es Yi qi, que en chino mandarín significa “ala extraña”. Yi qi, del tamaño de un gorrión, sólo se conoce por un esqueleto parcial, al que le faltan la mayor parte de la columna vertebral, la pelvis y la cola. El fósil fue descubierto por un granjero, Wang Jianrong, que lo vendió al Museo Tianyu de la Naturaleza en 2005, aunque la descripción científica de la nueva especie no se publicó, tras un arduo trabajo de investigación, hasta 2015.

Las plumas de Yi qi son muy simples, con aspecto de pincel, con un largo eje, o raquis, acabado en un manojo de finas barbas. Toda la cabeza, el cuello, el tronco y las patas están cubiertos por un denso plumaje. Las plumas más largas, de unos seis centímetros de longitud, se encuentran en las extremidades.

El largo tercer dedo de la mano sirve de soporte para unas alas membranosas de piel. Es un caso único entre los dinosaurios. Estas alas se extienden también entre los otros dos dedos y se apoyan además en el llamado elemento estiliforme, una varilla de hueso o de cartílago calcificado ligeramente curvada y afilada en el extremo que se extiende desde la muñeca hacia atrás y que es más larga que el tercer dedo y el cúbito. Este elemento estiliforme está también presente en las modernas ardillas voladoras. Como ellas, es probable que Yi qi fuera un planeador especializado. Pero no sabemos qué extensión tenían estas alas, y si Yi qi, en vida, se parecía más a un murciélago, a una ardilla voladora, o incluso a una rana voladora, si las membranas se extendían entre los dedos y el elemento estiliforme pero no se unían al tronco del animal.

El estudio microscópico del fósil ha identificado melanosomas, los orgánulos responsables de la pigmentación. El plumaje era de color negro en el cuerpo y pardo amarillento en la cabeza y en los brazos, así como en la membrana de las alas.

Las tres especies de escansoriopterígidos nos han permitido echar un vistazo a una etapa de la evolución de los dinosaurios que hace poco más de una década no podíamos ni sospechar. Por lo que nos cuentan estos fósiles, el mundo de los dinosaurios era mucho más diverso, y la evolución del vuelo fue un proceso más complejo y zigzagueante de lo que imaginábamos.

OBRAS DE GERMÁN FERNÁNDEZ:

Infiltrado reticular
Infiltrado reticular es la primera novela de la trilogía La saga de los borelianos. ¿Quieres ver cómo empieza? Aquí puedes leer los dos primeros capítulos.

El expediente Karnak. Ed. Rubeo

El ahorcado y otros cuentos fantásticos. Ed. Rubeo


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