Desde abril de 1995, el profesor Ulises nos ha ido contando los fundamentos de la ciencia. Inspirado por las aventuras de su ilustre antepasado, el protagonista de la Odisea, la voz de Ulises nos invita a visitar mundos fascinantes, sólo comprendidos a la luz de los avances científicos. Con un lenguaje sencillo pero de forma rigurosa, quincenalmente nos cuenta una historia. Un guión de Ángel Rodríguez Lozano.
¿Cuánta energía es necesaria para cargar la batería del teléfono móvil, del iPod, o del ordenador portátil? ¿Cuánto carbón tendríamos que quemar para generar la energía que alimenta cada aparato electrónico que usted tiene? ¿Cuánto CO2 liberamos a la atmósfera en el proceso?
Al profesor Neal R. Armstrong de la Universidad de Arizona le encanta poner en aprietos a sus alumnos con estas preguntas y disfruta más, si cabe, observando las caras de sorpresa cuando revela los cálculos que previamente ha hecho.
"Quemamos el equivalente a 100 gramos de carbón cada vez que cargamos la batería de litio del teléfono móvil y generamos 200 gramos de CO2. Eso es lo mínimo que consume, al día, una batería. Cuenten ustedes los aparatos electrónicos que utilizan y calculen la energía que gastan cada día, cada semana, cada mes "
Silencio sepulcral en el aula.
A partir de ese momento, todos sin excepción, atienden a sus explicaciones. Armstrong trabaja en una nueva clase de células solares que podría alimentar esos artilugios electrónicos gracias a una energía de uso libre y gratuito: la energía del Sol.
Las explicaciones del profesor han calado hondo en un buen número de alumnos, entre los que destaca el estudiante de doctorado Dio Placencia. Dio es un apasionado de las energías renovables y piensa que no aprovechar la energía solar es un despropósito que la sociedad no puede permitirse.
"Tengo un pequeño panel solar y lo llevo a todos sitios”, dice Placencia. “Lo suelo acoplar a mi mochila y con él recargo mi teléfono móvil mientras vengo a la Universidad"
Las células solares con las que sueñan Armstrong y Placencia son muy distintas a las usuales. Actualmente se utilizan células basadas en el silicio que, si bien alcanzan rendimientos del 25% de luz transformada en energía, resultan muy caras, son frágiles y rígidas. Ellos trabajan en células solares orgánicas, baratas y flexibles, que pueden ser distribuidas sobre láminas finas como el papel, que se pueden adherir a la ropa, pegar a una tienda de campaña o al techo de un coche y que, una vez utilizadas, se pueden enrollar y almacenar para otra ocasión.
Imagínese una camiseta con un dibujo hecho de células solares flexibles de las que salen dos diminutos electrodos que usted conecta a su móvil mientras pasea al Sol, o que tiene un toldo en su casa y quiere aprovechar el Sol que da sobre él para generar energía. Las láminas de células solares orgánicas podrían, incluso, venderse por metros, como los grandes rollos de tela o papel, recortables para adaptarlas a cualquier superficie.
Las células solares orgánicas son una realidad aunque todavía necesitan superar algunos obstáculos. En numerosos centros de Investigación, como el que existe en la Universidad de Arizona, ya se elaboran, sin embargo, su rendimiento es todavía bajo y no duran tanto tiempo como las usuales sin deteriorarse. Pero el futuro está cada vez más cerca, las últimas células desarrolladas se están acercando ya al 10% de rendimiento de luz transformada en energía, un límite a partir del cual, según la industria, serán rentables.
Energía Solar, buena, bonita, barata y al alcance de todos, un sueño de antaño que comenzamos a tocar con la punta de los dedos.
Ulises habla hoy de la energía del Sol.
Apoya a CienciaEs haciéndote MECENAS con una donación periódica o puntual.
40,8 millones de audios servidos desde 2009
Agradecemos la donación de:
Angel Quelle Russo
“Vuestra labor de divulgación de la ciencia y en particular del apoyo a los científicos españoles me parece muy necesario e importante. Enhorabuena.”
Angel Rodríguez Díaz
“Seguid así”
Anónimo
Mauro Mas Pujo
Maria Tuixen Benet
“Nos encanta Hablando con Científicos y el Zoo de Fósiles. Gracias.”
Daniel Dominguez Morales
“Muchas gracias por su dedicación.”
Anónimo
Jorge Andres-Martin
Daniel Cesar Roman
“Mecenas”
José Manuel Illescas Villa
“Gracias por vuestra gran labor”
Ulrich Menzefrike
“Donación porque me gustan sus podcasts”
Francisco Ramos
Emilio Rubio Rigo
Vicente Manuel CerezaClemente
“Linfocito Tcd8”
Enrique González González
“Gracias por vuestro trabajo.”
Andreu Salva Pages
Emilio Pérez Mayuet
“Muchas gracias por vuestro trabajo”
Daniel Navarro Pons
“Por estos programas tan intersantes”
Luis Sánchez Marín
Jesús Royo Arpón
“Soy de letras, sigo reciclándome”