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Las mentes más claras de la historia han ido tejiendo poco a poco la intrincada tela de araña del conocimiento científico. En cada programa del podcast Ciencia y Genios les ofreceremos la biografía de un gran sabio escrita por varios autores.

La herencia y el sabio hortelano. Gregor Mendel.

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El 8 de febrero de 1865, el monje agustino Gregor Mendel presentaba la primera parte de sus trabajos ante sus colegas de la Sociedad de Historia Natural de Brünn (ahora Brno, en la República Checa). “La experiencia en fertilización artificial, – decía – tal y como se emplea para obtener variedades de colores nuevos, ha servido de base para los experimentos que hoy vamos a presentar”. Ninguno de los presentes sospechaba que aquel trabajo pasaría a la historia como uno de los acontecimientos científicos más importantes del siglo XIX, Mendel estaba a punto de revelar las leyes que rigen la herencia genética de las criaturas.

Un mes después, el monje Gregor Mendel, volvió a presentarse ante sus colegas y al año siguiente, sus trabajos quedaron plasmados en un artículo publicado en la revista de la Sociedad bajo el título Experimentos en la hibridación de las plantas

Hibridación

Con la palabra “hibridación” Mendel se refería a la fecundación entre individuos que pertenecen a variedades distintas de la misma especie. Durante los ocho años anteriores a la publicación del trabajo, el monje había experimentado en el huerto del monasterio con distintas variedades de guisantes. Fueron años de trabajo concienzudo, seleccionando distintas características de las hojas, tallos y semillas, años dedicados a plantar, polinizar artificialmente, recoger semillas y volver a plantar, cruzando unas variedades con otras con exquisito cuidado y siguiendo un plan rigurosamente establecido. Todo ello para buscar las leyes que rigen la transmisión de esas características entre padres e hijos, durante varias generaciones.

La tarea en el huerto del monasterio fue ardua pero no fue menor el meticuloso trabajo de recopilación y análisis de los resultados obtenidos. El mismo Mendel dejaba claro que esa metodología es la que había faltado en estudios anteriores.

“Aquellos que revisen los trabajos hechos anteriormente en este campo –dice Mendel en su escrito- llegarán al convencimiento de que, entre todos los numerosos experimentos realizados, ninguno fue llevado a cabo de tal manera que fuese posible determinar el número de diferentes formas en las que aparecen los descendientes de los híbridos, ni se han agrupado tales formas en generaciones separadas, ni definitivamente se han obtenido sus relaciones estadísticas. Hace falta, por supuesto, cierta valentía para afrontar una labor tan extensa (…) El trabajo ahora presentado expone los resultados de tan detallado experimento.”

Selección de variedades

El artículo describe con todo lujo de detalles, los criterios para la selección de las variedades utilizadas en la investigación.

“Las plantas del experimento deben necesariamente: 1) Poseer características diferenciadoras que sean constantes. 2) Los híbridos de tales plantas deben, durante el período de floración, estar protegidos de la influencia del polen extraño y ser fáciles de proteger…”

Mendel describe con detalle los métodos utilizados para polinizar artificialmente las flores de las distintas variedades de guisantes, seleccionando el polen de la variedad escogida como padre y fertilizando la flor escogida protegiéndola de cualquier otro polen que pudiera dar al traste con el experimento.
Las variedades del experimento fueron escogidas de forma que presentaran caracteres claros y perfectamente diferenciados. Escogió siete caracteres principales, entre ellos, diferente forma de las semillas, diferencias de color interior y exterior, rugosidad de la piel externa, la longitud de los tallos, etc. Las plantas con dos caracteres diferentes fueron cruzadas entre sí en condiciones controladas.

“Las plantas crecían en tierra, algunas en macetas, y eran mantenidas en su posición natural vertical mediante estacas, ramas de árboles y cuerdas. En cada experimento, un número de plantas en macetas eran colocadas en un invernadero durante el periodo de floración, para que sirvieran de control del experimento principal debido a la posible interferencia de los insectos”

Control de insectos polinizadores

El control de ciertas especies de insectos ocupó no pocas energías del monje. En su escrito, Mendel explica cómo era importante evitar el ataque de una especie de escarabajos que acostumbran a perforar las flores y depositar sus huevos en ellas, porque esos escarabajos suelen volar de flor en flor trasportando granos de polen que facilitan la fecundación natural.

Cada año, durante ocho seguidos, Mendel obtenía una nueva generación de plantas que eran meticulosamente estudiadas y cuyas semillas y características eran apuntadas escrupulosamente. He aquí un ejemplo:

“Experimento 1: Forma de la semilla. – De 253 híbridos se han obtenido 7.324 semillas en el segundo año de experimento. Entre ellas había 5.474 redondas o redondeadas y 1.850 arrugadas y angulosas. Entonces se deduce la razón es 2,96:1.”

Comprobó que ciertos caracteres permanecían de generación en generación mientras que otros desaparecían o quedaban latentes e iban perdiendo presencia. A los primeros se les denomina “dominantes” y a los segundos “recesivos”. Las distintas proporciones de descendientes que mostraban los caracteres de los padres fueron perfilando un comportamiento que permitió al monje pensar que la Naturaleza sigue ciertas reglas matemáticas simples a la hora de repartir la herencia genética.

Si una variedad pura con un carácter dominante –pongamos que sus semillas tienen la piel lisa- se cruza con otra variedad también pura pero con un carácter recesivo –piel arrugada-, la totalidad de los hijos muestran el carácter dominante – todos tienen la piel lisa- y, cambio, cuando los hijos se cruzan entre sí, la segunda generación presenta el carácter dominante en una proporción de 3 a 1, es decir, uno de cada cuatro nietos recupera el carácter perdido de su abuelo o abuela. Estas relaciones han quedado plasmadas en lo que ahora conocemos como Las Leyes de Mendel para la herencia genética. Como la explicación completa sería muy larga de exponer aquí, les invitamos a visitar la siguiente página

Desgraciadamente, como a veces sucede con los grandes descubrimientos, aquel trabajo tuvo poca repercusión. A pesar de que Mendel envió copias a los botánicos más importantes de la época, ninguno hizo caso de sus investigaciones. El padre Gregor Mendel murió el 6 de enero de 1884 sin sospechar el enorme impacto que tendría su trabajo en el futuro.

La historia del manuscrito

Dieciséis años después de su muerte, en 1900, 3 investigadores: el holandés Hugo de Vries, el alemán Carl Correns, y el austríaco Tschermak-Seysenegg, redescubrieron de forma simultánea e independiente los trabajos de Mendel. Posteriormente, Thomas Hunt Morgan descubrió que los caracteres están íntimamente ligados a los cromosomas y en concreto a ciertas zonas de estos que se han denominado genes.

Después de la muerte de Gregor Mendel el precioso manuscrito original de su obra durmió el sueño del olvido en los archivos de la Sociedad de Historia Natural de Brünn. Hasta tal punto llegó la falta de reconocimiento que en 1911, durante las labores de limpieza de la biblioteca, la obra de Mendel fue descatalogada y tirada a la basura. Por suerte, un profesor de enseñanza media miembro de la institución lo encontró entre la montaña de papeles desechados y consiguió que fuera archivado de nuevo.

Durante la ocupación alemana de la Segunda Guerra Mundial, un profesor que estaba a cargo de la Sociedad de Historia Natural rescató el manuscrito y lo llevó durante un tiempo consigo. En 1945 la obra de Mendel desapareció sin dejar rastro. Durante más de 40 años nada se supo de él y, cuando todo el mundo lo daba por perdido, en 1988, un monje agustino descendiente de Mendel, el padre Clemens, comunicó al resto de la familia que tenía el manuscrito en su poder. Tras un largo contencioso entre los descendientes de Mendel y la congregación a la que perteneció, la obra original fue depositada en la firma legal Wahlert, en Stuttgart, donde permanece hasta hoy.

Les invitamos a escuchar su biografía.

REFERENCIAS

Experimentos en la hibridación de las plantas. Gregor Mendel
Los Experimentos de Mendel


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