Desde abril de 1995, el profesor Ulises nos ha ido contando los fundamentos de la ciencia. Inspirado por las aventuras de su ilustre antepasado, el protagonista de la Odisea, la voz de Ulises nos invita a visitar mundos fascinantes, sólo comprendidos a la luz de los avances científicos. Con un lenguaje sencillo pero de forma rigurosa, quincenalmente nos cuenta una historia. Un guión de Ángel Rodríguez Lozano.
La ficción y la ciencia ficción han jugado sin reparos con la posibilidad de que los seres humanos perduren en el tiempo en estado de animación suspendida. Desde los cuentos infantiles, como el de la Bella Durmiente, hasta las historias de viajes espaciales de larga duración, nos han presentado a personas capaces de sobrevivir durante un tiempo indefinido en estado latente, sin perder un ápice de su lozanía, sin que sus tejidos mueran y sin que su corazón o sus músculos lleguen a atrofiarse. Pero son solo historias imaginadas, la realidad es muy distinta. La realidad es que los seres humanos no podemos entrar en animación suspendida. Sin embargo, ciertos experimentos científicos parecen indicar que esa posibilidad podría ser real en el futuro. Ulises lo cuenta hoy en este programa, os invito a escucharlo.
A pesar de que las pruebas de atletismo más celebradas son las carreras de velocidad, la realidad es que comparados con muchos de los habitantes de la sabana, los humanos somos mas bien lentos. En lo que sí podemos competir con cierto éxito con el reino animal es en las carreras de fondo. Los caballos pueden correr largas distancias a una velocidad moderada pero sus máximas prestaciones no son muy superiores a las de un atleta humano de maratón. Los lobos y las hienas, también son buenos corredores, pero sus marcas son comparables a las nuestras. Los investigadores Bramble de la Universidad de Utah y Daniel Lieberman de la de Harvard defienden que gracias a la capacidad de coordinarse en grupo y a la resistencia para correr largas distancias, nuestros antepasados lograron convertirse en cazadores y añadieron a sus dietas la carne que les proporcionó energía para sobrevivir y alimentar un cerebro cada vez más grande.
En febrero de 1971, millones de espectadores observaban, con la mirada fija en el televisor, al norteamericano Alan Shepard en el recorrido de golf más apasionante jamás realizado. Alan, con un traje que reflejaba la luz del Sol con tal intensidad que saturaba la cámara, dejó caer la bola en el suelo, tomó su palo de golf – un hierro 6 -, y se preparó para realizar el “drive” más extraño de la historia. El estilo y el atuendo no eran los más adecuados para ese deporte. Sus manos estaban enfundadas en unos guantes gruesos e hinchados, el traje, abultado, incómodo y poco flexible, cubría todo su cuerpo, una escafandra cubría su cabeza y reflejaba el entorno con tonos dorados, ocultando la cara del jugador y sobre su espalda una voluminosa mochila completaba la estrafalaria vestimenta. Todo a su alrededor parecía un despropósito para un deporte tan elitista, pero, después de todo, el Alan Shepard no se ganaba la vida jugando al golf, era astronauta y tras él se levantaba la imponente figura del módulo de descenso lunar del Apolo 14. Así comienza el relato en el que Ulises nos cuenta cómo debe ser un traje espacial para sobrevivir en la Luna.
La lucha del ser humano por comprender y dominar la gravedad está llena de frustraciones. A lo largo de la historia, miles de sesudos científicos se han enfrentado a las fuerzas de la naturaleza y han descubierto las leyes que las gobiernan, un conocimiento que les ha permitido tener cierto dominio sobre ellas. Podemos generar luz, calor, magnetismo, electricidad, es más, podemos convertir la luz en electricidad, la electricidad en calor, el calor en movimiento, etc. Pero, aunque conozcamos sus leyes, no sabemos generar gravedad. Hoy Ulises se vale de historias como la construcción de las pirámides, el dramático final de un ahorcado, la ingravidez de un astronauta, un partido de tenis muy especial y el relato de H.G Wells en su novela “Los primeros hombres en la Luna” para comprender esa fuerza omnipresente que gobierna nuestras vidas.
Salvo cuando hablaba de física o tocaba el violín, resulta difícil imaginar al sesudo y genial Albert Einstein pensando en cosas cotidianas ¡Acaso no resulta difícil de aceptar que el tiempo transcurra a distinto ritmo para personas en situaciones diferentes! ¿Quién, salvo expertos en física, tiene una idea intuitiva y clara de la curvatura del Espacio-Tiempo? Pero bueno, os preguntaréis, ¿es que Einstein no estudió o inventó nada aplicable a la vida cotidiana? La respuesta es ¡Sí! Las ideas de Einstein nos acompañan todos los días. Están presentes cuando se abren puertas automáticas, cuando se encienden sin intervención humana las luces de las ciudades, en los lectores ópticos de los supermercados, cuando obtenemos nuestra posición con precisión con un GPS,etc. Y no solo eso, Einstein inventó un tipo de frigorífico, un audífono, una bomba electromagnética y una cámara automática.
Un profesor jubilado y buen jugador de ajedrez, con una visión tan profunda del juego que era capaz de prever ocho jugadas por delante, comenzó a perder facultades y visitó al neurólogo. El doctor le hizo pasar una batería de tests para descubrir cualquier indicio de demencia senil, pero los resultados fueron negativos. El profesor siguió con su vida con el único inconveniente de que ya no jugaba tan bien al ajedrez, hasta que, dos años después, murió repentinamente. El neurólogo que le había atendido realizó la autopsia y, al observar el cerebro de su antiguo paciente, descubrió, asombrado, que la materia gris estaba sembrada de placas seniles, un fiel indicador de la muerte neuronal que aflige a los enfermos de Alzheimer en estado muy avanzado. Por razones desconocidas, algunas personas, especialmente aquellas que tienen un mayor desarrollo intelectual o un nivel más alto de educación, parecen tener algún tipo de protección contra el deterioro mental típico de las edades avanzadas. Los científicos la llaman “reserva cognitiva”.
Hoy os invito a viajar hasta Venus para conocer cómo ha ido evolucionando el conocimiento que tenemos de ese planeta. La mitología lo consideraba una diosa, pero la ciencia, apoyada en la investigación y la exploración espacial, ha revelado su verdadera cara: Venus es un infierno. No obstante, las últimas investigaciones indican que guarda muchas sorpresas todavía. Mirando a su pasado, Venus pudo haber tenido una evolución paralela a la Tierra. Durante miles de millones de años las condiciones ambientales fueron más agradables, existieron océanos que cubrían el planeta y el ambiente fue propicio para la vida. Hace unos cientos de millones de años el planeta sufrió un calentamiento extremo, provocado por un efecto invernadero desbocado, la temperatura en superficie subió hasta los 450ºC actuales y el ambiente se hizo inhabitable. No obstante, según recientes estudios, ciertas formas de vida microscópica podrían haber sobrevivido en las capas altas de su atmósfera.
Observar al firmamento estrellado y conocer los nombres de los astros es un viaje por dos mundos muy diferentes: la Astronomía y la Mitología. Hoy Ulises nos invita a escuchar la historia de la diosa Eris quien, al no ser invitada a la boda de Peleo con Tetis, padres de Aquiles, decidió vengarse regalando una manzana de oro que sembró la discordia entre los dioses del Olimpo. Miles de años después, la discordia volvió estar presente, esta vez en el campo de la Astronomía. El descubrimiento, en 2003, de un cuerpo tan grande como Plutón levantó una gran polémica entre los astrónomos que fue zanjada con la expulsión de Plutón del selecto grupo de planetas y su inclusión en una nueva categoría denominada “planetas enanos”. El nuevo cuerpo descubierto lleva el nombre de Eris, la diosa de la discordia.
Al sur de la cara visible de la Luna existe un cráter enorme, de 233 km de diámetro, al que los astrónomos dieron el nombre de “Clavius”, en honor al astrónomo y matemático alemán Cristóphorus Clavius. El sabio murió en 1612 en Roma, a los 73 años de edad, cuando otro contemporáneo suyo, Galileo Galilei, comenzaba a sorprender al mundo con los nuevos hallazgos que le proporcionaba su recién inventado telescopio. Clavius fue el artífice del calendario Gregoriano, que usamos hoy día, y luchó por dar a conocer las matemáticas como herramienta indispensable para la astronomía y el resto de las ciencias. La revolución que destronaría a la Tierra del centro del Universo llegó cuando Clavius era muy mayor y no pudo unirse a las nuevas corrientes, pero sus obras de matemáticas, continuaron usándose en todos los centros del saber de Europa durante dos siglos después de su muerte. Hoy la historia de Clavius tiene especial relevancia gracias al descubrimiento de agua en la región del cráter que lleva su nombre, un hallazgo que ha sido posible gracias al Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja (SOFIA) de la NASA.
Ulises nos invita viajar 90 millones de años hacia atrás en el tiempo para visitar la Antártida. A pesar de encontrarse en una posición semejante a la actual, investigaciones recientes describen un continente antártico muy distinto. En lugar de estar cubierto de una densa capa de hielo de 2000 metros de espesor medio, en tiempos del Cretácico, la Antártida disfrutaba de un clima templado. Testigos de sedimentos de aquella época, extraídos del fondo del mar de Amundsen en 2017, contienen granos de polen, esporas, plantas y raíces que indican la riqueza de vida de aquella época ¿Por qué era tan diferente? Diversas investigaciones hablan de un periodo extremadamente cálido en la Tierra, provocado por un exceso de dióxido de carbono en la atmósfera que triplica a la cantidad actual.
Historias y leyendas hablan de maldiciones que protegen a las tumbas faraónicas con signos mágicos, trampas diabólicas y todo tipo de amenazas imaginables, para castigar a los profanadores en este mundo y en el más allá. La Ciencia no cree en esas cosas pero los resultados de ciertas investigaciones, a veces, parecen sumarse a ellas. Investigadores canadienses y egipcios decidieron medir la radiactividad ambiental tumbas de monumentos del antiguo Egipto. Los detectores marcaron índices notables de radiación alfa en la Pirámide de Sakhm Khat en Saqqara y en la Tumba de Serapeum ¿A qué era debida esa radiactividad? ¿Acaso algún poderoso faraón tuvo en sus manos el secreto de la energía atómica cuatro mil años antes de su descubrimiento? Nada de eso, la Ciencia encontró la respuesta: El radón.
Las preguntas de un grupo de niños reunidos alrededor de un telescopio animan a Ulises a emprender un viaje imaginario por el Cosmos en busca de oyentes capaces de captar señales de la Tierra. Gracias a los últimos descubrimientos científicos ahora sabemos que existen planetas semejantes al nuestro, en tamaño, alrededor de otras estrellas. Algunos de esos mundos se encuentran situados en “zona habitable”, es decir, en lugares donde reciben radiación suficiente de su estrella como para exista agua en estado líquido en su superficie, un requisito indispensable para la vida. Utilizando los datos reales de esos planetas, Ulises emprende un viaje alucinante para explicar qué escucharían sus habitantes, si existieran y tuvieran una tecnología suficientemente desarrollada, al captar las señales electromagnéticas procedentes de la Tierra.
Sabemos en qué lugar vivimos, en qué ciudad, estado o país habitamos y conocemos muy bien el planeta al que pertenecemos. Sin embargo, más allá de la Tierra y del Sistema Solar los conocimientos se van haciendo más y más escasos. Hoy, Ulises ayuda a ampliar ese conocimiento con un viaje Imaginario por las barriadas estelares de nuestra ciudad cósmica: La Vía Làctea. Usando el combustible de la imaginación cruzaremos la galaxia, atravesaremos el inmenso agujero negro que alberga en su centro y saldremos de ella para visitar otras ciudades estelares situadas a millones de años luz. Veremos enormes aglomeraciones, como Andrómeda, y visitaremos otras mucho más pequeñas, llamadas galaxias enanas, que en su conjunto conforman el enorme entramado urbano que se conoce como Grupo Local.
La visita al Teatro Romano de Mérida, para asistir a una de las representaciones del Festival Internacional de Teatro Clásico, nos ha permitido vivir la experiencia de disfrutar de una obra clásica en un entorno que tiene más de dos mil años de antigüedad. El teatro, construido en los años 16 y 15 antes de Cristo, es una joya arquitectónica que originalmente tenía un aforo de 6.000 espectadores, aunque, en la actualidad, su capacidad es algo menos de la mitad. Asistir a la obra de teatro en semejante entorno infunde en nosotros un enorme respeto por los arqueólogos, esas personas, muchas veces anónimas, que rescatan para nosotros la historia y las obras del pasado. Hoy no está Ulises, es Melibea quien nos habla de Arqueología.
El viento se ha convertido en una de las fuentes de energía renovable más importantes en el mundo. Según el último informe del Consejo Global de energía eólica, la producción mundial alcanzó los 486 gigavatios en 2016. Los países más avanzados en este campo ya consiguen generar una proporción importante de su energía a partir del viento. Dinamarca, por ejemplo, genera el 40 por ciento de la energía que consume gracias a un enorme parque de aerogeneradores, le siguen Uruguay, Portugal, Irlanda y España, donde obtenemos más del 20% de la energía por este medio. Los datos son impresionantes, pero Ulises no quiere aburrirnos con números. Pensando de manera especial en los más jóvenes, ha pedido colaboración al mismísimo Don Quijote para le ayude a hablar de la energía eólica en este podcast.
En los experimentos científicos se utiliza una enorme diversidad de aparatos, cuyo funcionamiento escapa al más común de los mortales. No obstante, para comprender algo, siempre conviene contar con la ayuda de un experto en la materia. Aunque el experto que hoy nos trae Ulises para explicar el funcionamiento de un acelerador de partículas no sea quizás el más idóneo, él opina que puede ayudar a que comprendan las explicaciones sus oyentes favoritos: los niños. Así pues, gracias a la ayuda del Tío Obdulio, el rey del tirachinas, Ulises explica con sencillez cómo son esas máquinas, entre las que figura la más grande del mundo: el Large Hadron Collider (LHC).
En 1945, un famoso escritor de ciencia-ficción, llamado Arthur Clarke, sugirió la posibilidad de colocar tres satélites en órbita geoestacionaria para comunicar toda la Tierra. Una sugerencia que era muy atrevida, si se tiene en cuenta que aún faltaban doce años para que surcara el firmamento el primer ingenio espacial fabricado por el ser humano. En 1957, comenzó la era espacial con el lanzamiento del primer Sputnik por la, entonces, Unión Soviética. A partir de aquel momento, la idea de colocar satélites en la órbita geoestacionaria ya no resultó tan descabellada. Apenas dos décadas después de Clarke lo propusiera, sus ideas se hicieron realidad y ahora, centenares de satélites ocupan un lugar en el llamado “Cinturón de Clarke”.
El Plutonio fue descubierto en 1940 por Seaborg, Kennedy, McMillan y Wohl. En la naturaleza casi no existe, tan solo se han encontrado trazas en algunas minas de uranio. Si lo presentáramos al uso, tendríamos que decir que es un metal blanco plateado, altamente reactivo y radiactivo, que se funde a 640 º centígrados. Su densidad es muy elevada, hasta el punto que, si llenáramos con él un tetrabrick de los utilizados habitualmente para envasar un litro de leche, éste pesaría nada menos que 19,8 kilogramos. No obstante, eso es algo que jamás lograríamos hacer porque, si intentáramos reunir esa cantidad, se produciría una explosión nuclear de efectos devastadores. Esto, desgraciadamente, tiene su reflejo en la historia que hoy nos cuenta Ulises.
En 1924, Albert Einstein recibió el artículo científico publicado por un joven físico hindú llamado Satyendranath Bose. En él, se describía a la luz como un gas de partículas llamadas fotones. Ciertamente se trataba de un gas extraño, porque los fotones descritos por Bose no se comportaban como los objetos que nos rodean. Para hacernos una idea de su teoría y, como las cosas se entienden mejor cuando se comparan con objetos de la vida diaria, Ulises nos invita hoy a trasladarnos a una sala de billar, donde, por cierto, recibirá la ayuda de Guadalupe, la reina del lugar. Os invito a escuchar lo que sucede en el podcast que hoy les ofrecemos.
El pasado 20 de marzo fui testigo, junto a Ulises, de un eclipse parcial de Sol, incluso sacamos unas preciosas fotografías que publicamos en su momento en CienciaEs.com. En otra ocasión pudimos observar otro eclipse, aquella vez de Luna, una de cuyas impresionantes imágenes ofrecemos a la derecha. Observar un eclipse, ya sea de Sol o de Luna, es un espectáculo que ha fascinado a la humanidad desde tiempos remotos hasta el punto de dar luz a un enorme número de bellas historias, como la que hoy nos cuenta Ulises. ¿Por qué es tan difícil ver un eclipse total de Sol? ¿Por qué los eclipses de Luna, con ser más abundantes, suceden tan espaciados en el tiempo? ¿Por qué no vemos cada mes un eclipse de Sol y otro de Luna? Ulises nos cuenta la razón.
La principal fuente de energía, al menos desde nuestro punto de vista como seres vivos, tiene su origen en el Sol. No es de extrañar que estemos empeñados en descubrir todo lo que sucede en el interior de nuestra estrella para, si podemos, imitarla con el objetivo de conseguir una fuente de energía duradera y barata. Ulises nos cuenta hoy el camino seguido por la ciencia para desentrañar los secretos de la energía nuclear. Una historia que tiene hoy su punto culminante con el proyecto ITER que está construyendo el primer reactor nuclear de fusión que demostrará la viabilidad de esta forma de obtener energía. Completaremos la historia con las explicaciones sobre las dificultades de control que tiene la energía nuclear de fusión ofrecidas por D. Carlos Alejaldre.
Estamos en Fiestas Navideñas y para muchos preparar la cena de Nochebuena es un reto difícil de superar. Ir al mercado y encontrar todos los ingredientes que nos permitan elaborar los mejores platos para disfrutar en familia no es fácil. Salvo que seamos concienzudos haciendo la lista de la compra, siempre se nos olvida algo y a nadie le gusta tener que volver. Cada cual tiene sus propias estrategias para ayudar a la memoria. Claro que, la que nos va a contar Ulises hoy, nos dejará boquiabiertos. Será una excusa estupenda para hablar de la memoria, una facultad que no sólo tenemos nosotros, por eso, como complemento, hablaremos de la memoria de las moscas con Don Alberto Pascual, investigador del CSIC.
Ulises nos sorprende hoy con la asistencia a otro certamen de belleza. Parece que en verano se está aficionando a ellos después del éxito de aquel en el que Lucy fue nombrada Miss Homínida. En esta ocasión es más atrevido aún, el certamen es para elegir a “La estrella más guapa de la galaxia”. Ha sido nombrado presentador del concurso y, como suele ocurrir en este tipo de eventos, la elección no está exenta de polémica. Después les ofrecemos una ampliación del tema con una conversación con el astrónomo D. Mario Tafalla.
Se calcula que cada día caen a la Tierra alrededor de 20.000 meteoros de una masa superior a un gramo. Si, en un alarde de habilidad, lográramos reunir todo el polvo cósmico que cae sobre la Tierra en un solo día, obtendríamos 3.000 toneladas. Los objetos menores de diez metros de diámetro no suelen causar problemas. Si no son lo suficientemente compactos, estallarán y se desintegrarán totalmente o en partes más pequeñas antes de tocar tierra. La verdadera amenaza viene en forma de asteroides o cometas de gran tamaño. Ulises nos habla hoy de los visitantes que llegan desde el espacio exterior.
Nuestro querido planeta tiene la manía de hacer desparecer a sus criaturas sin dejar rastro. Tan sólo en algunos lugares privilegiados, escasos restos fosilizados, rotos y dispersos, han logrado escapar al martillo del tiempo. Son tan pocos, y tan deteriorados, que cada uno de ellos cuenta una historia distinta. Los científicos intentan unir todas esas historias para reescribir el libro evolutivo de nuestra especie y de muchas otras. Hoy Ulises nos habla de una de esas historias, la de una pequeña australopiteco que recibió el nombre de Lucy. Después visitaremos un lugar tan cargado de historias que se ha convertido Patrimonio de la Humanidad: La Sierra de Atapuerca. Allí hablamos con Eudald Carbonell.
Ulises ha decidido contarnos un cuento, dirigido a los adultos, cuya moraleja tiene que ver con la población de nuestro planeta. La idea se le ocurrió un día que, navegando por Internet, descubrió una página web dedicada a mostrar la población de la Tierra en tiempo real. Más allá de la exactitud dudosa de los datos, lo que llamó su atención fue la cifra global de población mundial que facilitaba. En aquellos momentos, la cantidad superaba los 7.200 millones de personas. La cifra recordó a Ulises un cuento, no tan infantil, pero sí con moraleja, inspirado en la física del Caos. Escúchenlo y… saquen ustedes sus propias conclusiones.
El capitán Cook, uno de los exploradores mas grandes de la historia, partió a bordo del Resolution en 1772, en busca de la Terra Australis, un continente imaginario del que se pensaba que Africa formaba parte. Demostró que tal tierra no existía, descubrió nuevos parajes e islas y cruzó por primera vez el Círculo Polar Antártico. Entre todas sus hazañas, la que más nos interesa hoy, es la batalla que ganó una de las enfermedades más mortíferas que surgían durante esos largos viajes: el escorbuto. El escorbuto es la muestra más dramática de la carencia de vitaminas, por esa razón, hoy, Ulises nos invita a una comida sana, rica en esas sustancias imprescindibles para nuestro organismo. Ampliará el tema la investigadora Maria Cruz Matallana, profesora en la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid
Las fiestas Navideñas, la celebración de la llegada de un Nuevo Año o cualquier otra circunstancia que tenga especial significado para nosotros suelen ser ocasiones ideales para la diversión pero, hay que reconocerlo, también suelen ser excusa para comer y beber más de lo recomendable. Ulises, como todos los mortales, también ha pasado por momentos de exceso de este tipo, aunque, en cuanto a la bebida se refiere, hace mucho tiempo que aprendió la lección. El caso es que, sin ánimo de aguar la fiesta a nadie, hoy nos va a contar cómo fue aquel día y lo que averiguó después sobre los efectos tóxicos de las bebidas alcohólicas. Pero hay drogas mucho más peligrosas que el alcohol, de ellas y de los efectos que provocan en el organismo habla José Cabrera Forneiro, médico y exdirector de la Agencia antidroga de Madrid,
Ulises nos invita a viajar hasta el interior de los átomos de su nariz utilizando un método poco convencional: la hipnosis. Gracias a su atrevimiento podremos movernos entra átomos y moléculas para ver, en directo, las causas y los efectos de algunas radiaciones ionizantes en nuestro organismo. Como complemento, y dado que todo lo relacionado con las radiaciones no tiene por qué ser nocivo, hablaremos de algunas de las aplicaciones beneficiosas de las radiaciones con don Leopoldo Arranz, físico, médico y experto en protección radiológica.
La historia antigua está plagada de mitos que la ciencia se ha ocupado de destruir, sin embargo, las criaturas mitológicas, a pesar de su irrealidad, a veces, resultan tener algo de verdad a la luz de la Ciencia. Las quimeras eran seres monstruosos con forma de distintas criaturas unidas en un solo cuerpo. Recordarán a la esfinge, que tenía cabeza humana y cuerpo de león, las sirenas, mitad mujer y mitad pez, los centauros, humanos con cuerpo de caballo o el minotauro, con cabeza de toro y cuerpo humano. Son seres fantásticos, eso está claro, ahora bien, según nos cuenta Ulises, la ciencia ha descubierto y, lo que es más extraño, ha explicado la existencia de algunas quimeras. Como complemento, hablamos del ADN que nos diferencia, con Mónica Gratacós, médico, y Lluis Armengol, biólogo del Centro de Regulación Genómica.
Cada año, unos 50.000 millones de aves levantan el vuelo y se pierden en el horizonte en busca de tierras en las que comer y reproducirse. Unas simplemente abandonan las áreas montañosas y buscan inviernos más benignos en las tierras bajas, pero otras recorren largas distancias que llegan a alcanzar, en algunos casos, decenas de miles de kilómetros. Desde el principio de los tiempos los seres humanos las hemos mirado con curiosidad y preguntado: ¿Dónde irán? Hoy Ulises nos presenta a los viajeros más extraordinarios. Como complemento, hablamos de anillamiento científico, la técnica que ha permitido conocer las proezas de esos incansables viajeros. Recuperamos la voz de D Francisco Hernández Carrasquilla, que fue anillador experto y Coordinador de la Oficina de Especies Migratorias.
Mirar al cielo plagado de estrellas es un ejercicio de humildad que recomiendo a todo el mundo. Cada punto de luz del firmamento, salvo unos pocos, es un Sol, tal vez como el nuestro, rodeado de planetas. No podemos evitar la pregunta: ¿Realmente estamos solos en el Universo? Hoy Ulises habla de las posibilidades de vida extraterrestre. Como complemento, escucharemos una conversación que mantuve con una persona extraordinaria que, desgraciadamente, ya falleció. Su nombre era Francisco José Ynduráin, fue físico teórico y Catedrático en la Universidad Autónoma de Madrid. Su legado científico fue enorme y también divulgó la ciencia. Sobre el tema que hoy nos ocupa, escribió un libro titulado ¿Quién anda ahí? Con motivo de su publicación le hice una entrevista y hoy, a modo de homenaje, les invito a escucharla a continuación de Ulises.
El aire que nos envuelve, el agua que bebemos o la sangre que bombea nuestro corazón son fluidos, tal vez por eso, la fluidez ha fascinado al ser humano desde tiempos inmemoriales. Ulises habla hoy de Arquímedes, el sabio de Siracusa que enunció el principio que lleva su nombre. Cuenta la leyenda que descubrió el famoso principio mientras buscaba la solución a un problema planteado por su tío el rey Herón. El relato servirá para mostrar algunas de las propiedades más clásicas de los fluidos, unas propiedades que en el siglo pasado fueron ampliadas con un descubrimiento sorprendente: La superfluidez. Como complemento, escucharemos las explicaciones de D Sebastián Vieira, catedrático de Física de la Materia Condensada en la Universidad Autónoma de Madrid.
En los tiempos que corren, la desconfianza crece por doquier. Desconfiamos de los políticos, de los bancos, incluso de aquellos que se acercan con la única intención de ayudar. Podríamos decir que los tiempos de crisis económica son tiempos de crisis de confianza. Ahora bien, los científicos han descubierto que la confianza está ligada también a un compuesto químico que existe en nuestro cerebro. Ulises nos cuenta su historia. Y, puestos a desconfiar, desde hace miles de años el ser humano ha desarrollado un arte para ocultar la información al enemigo, la criptografía. Hablamos de la historia de la criptografía con Don José María Amigó García, Catedrático de Estadística, Matemáticas e Informática en la Universidad Miguel Hernández.
Vivimos rodeados de productos de limpieza: detergentes, lejías, desinfectantes y un largo etcétera. Son productos necesarios, pero peligrosos, que conviene conocer. Por ello, presentamos el tema desde dos puntos de vista distintos. El primero, descriptivo, responde a preguntas como éstas: ¿Por qué limpia un jabón o un detergente? ¿Cómo se consigue eliminar una mancha de grasa y de qué manera se logra un blanco luminoso en la ropa? El segundo aspecto está relacionado con los peligros que representan. Los productos de limpieza son en su mayoría tóxicos ¿Cómo debemos actuar si, por accidente, un niño ingiere jabón, lejía o cualquiera de los muchos productos que guardamos bajo el fregadero? Responde el doctor José Cabrera Forneiro.
Durante mucho tiempo nos han vendido la idea de que un diamante es el regalo más precioso que uno pueda ofrecer a la persona que ama. Ulises recuerda hoy que, a los 13 años, intentó regalar uno a la chica de sus sueños. Pronto se convenció de que un diamante es, al fin y al cabo, carbono en estado puro, el mismo elemento que sirve de base para toda la materia viva, y decidió ofrecerle otro regalo, también con carbono, pero más asequible. La historia sirve de base para aprender cómo el carbono se asocia de muy distintas maneras con otros átomos para crear moléculas orgánicas. Curiosamente, algunas de esas moléculas, como las que forman el vinagre, el alcohol o el benceno no sólo existen en la Tierra, han sido detectadas también en las profundidades del Cosmos. Como complemento a la historia de Ulises, D. José Cernicharo, investigador del CSIC y del Centro de Astrobiología, nos habla de moléculas de carbono descubiertas en el espacio extraterrestre.
Todos hemos tomado algún fármaco y nos hemos preguntado cómo se ha logrado averiguar que los compuestos químicos que contienen son beneficiosos para el tratamiento de ciertas enfermedades o para paliar algunos síntomas. Cada fármaco tiene su historia y, entre todas esas historias, Ulises ha escogido la del más universal de todos: la aspirina. Como complemento, hablaremos de ciertas propiedades de la aspirina descubiertas en tiempos recientes, como son las propiedades relacionadas con la prevención del infarto. Nos hablará de ello el investigador Antonio López Farré.
En el programa de hoy, Ulises habla de los rayos y los truenos, unos fenómenos naturales que en tiempos antiguos los seres humanos asociaban al poder de sus dioses. Las tormentas suelen ir unidas a precipitaciones que, a veces, se convierten en trombas de agua que arrastran consigo todo lo que encuentran a su paso. Esos acontecimientos catastróficos vienen ocurriendo desde tiempos remotos y su estudio puede ayudarnos a prevenir las consecuencias de las inundaciones en el presente. D. Gerardo Benito Ferrández, profesor de Investigación del CSIC, Habla de las inundaciones del pasado.
Vivimos inmersos en un océano de sonidos de muy diversa índole que pueden proporcionarnos momentos relajantes o “machacar” nuestros oídos hasta llevarnos a la desesperación. Cuando el sonido no tiene orden y ni concierto, cuando supera ciertos niveles o, simplemente, cuando es desagradable para nosotros, no dudamos en calificarlo de “ruido”. Hoy Ulises explica cómo nuestro oído tiene una forma muy curiosa de medir la intensidad del sonido y don Plácido Perera, miembro de la Sociedad Española de Acústica, habla de contaminación acústica .
Los polímeros están cambiando nuestras vidas, están en el ordenador, en el teléfono móvil o en el aparato de radio con el que nos escuchan, en su coche, en su cama y, sobretodo, existen dentro de nosotros mismos ¿Qué son los polímeros, con qué materiales se fabrican y qué los hace tan importantes como para compartir de esa forma nuestras vidas?. Escuchen a Ulises y la entrevista que a continuación les ofrecemos.
Durante los más de tres años Ulises nos ha acompañado y muchas personas le han expresado su apoyo por la forma de enseñar los conceptos más básicos de la ciencia. Entre los oyentes hay, eso es motivo de orgullo para nosotros, muchos profesores de enseñanza primaria y secundaria que recomiendan el programa a sus alumnos y lo utilizan como material didáctico de apoyo. Uno de esos jóvenes amigos ha preguntado: ¿Por qué se llama Ulises? Hoy conoceremos la razón, con la ayuda de Homero, la ninfa Calipso y el texto de la Odisea.
Ulises y un científico hablan hoy de las distintas formas de contaminación. Como no podía ser menos, Ulises ha pedido ayuda a una colaboradora poco convencional, pero experta en el tema: la ratita presumida. Su charla se complementa con la entrevista a Victor de Lorenzo, un científico del Centro Nacional de Biotecnología que investiga con bacterias genéticamente modificadas para luchar contra la contaminación por metales pesados.
Ulises habla hoy de la relación entre la materia y el calor. La historia se le ocurrió mientras leía un artículo sobre el enfriamiento de los átomos utilizando luz láser, un método que mereció la concesión del Nobel de Física a los investigadores Chu, Cohen-Tannoudji y Phillips en 1997. Como complemento a la exposición de Ulises hoy les invitamos a escuchar con las explicaciones del investigador D. Fernando Sols.
Ulises relata hoy un accidente que puso en alerta a sus sentidos. Un día en el que su abuela preparaba un cocido, llegó desde la cocina un inconfundible olor a quemado. Algunas moléculas escaparon del puchero achicharrado mezclándose con el aire, recorrieron el especio que separaba a nuestros protagonistas de la cocina y entraron por sus fosas nasales al respirar. Unas pocas quedaron pegadas al moco que recubre el interior de la cavidad nasal, quedaron enganchadas en unas trampas químicas llamadas quimiorreceptores y dispararon la señal de alarma.
La historia del Agujero de Ozono, cuyos orígenes nos cuenta hoy Ulises, se escribe cada año gracias a las continuas observaciones que realizan los científicos. Como complemento, les ofrecemos los últimos datos disponibles sobre el Agujero de Ozono en el 2011. Les invito a escuchar a de Ulises, un relato no exento de humor para hacerlo atractivo a los más jóvenes.
Ulises recuerda hoy a uno de esos profesores que comunican el conocimiento con entusiasmo y siembran en nosotros el deseo de imitarlos. Apoyado en el recuerdo de una inolvidable clase de física, Ulises nos cuenta el largo camino seguido por la materia desde los primeros momentos de la formación del Universo, hasta las fábricas estelares donde se forjaron los átomos que ahora forman nuestros cuerpos.
Los ácidos son sustancias fundamentales en nuestras vidas. Los llevamos en el interior de nuestros cuerpos, los consumimos en nuestros alimentos, los utilizamos en los artículos de limpieza e, incluso, los empleamos para quitarnos el dolor de cabeza. Hoy Ulises habla de los ácidos y nos invita a hacer un experimento en la cocina: quitar la cáscara a un huevo sin romperlo.
Descubrir que la molécula de ADN es la portadora de la información genética no fue tarea fácil. La prueba es que desde que la molécula fue identificada por primera vez por el médico alemán Friedrich Miescher en 1869, hasta que Watson y Crick desentrañaron su estructura en 1953 pasaron 84 años de investigaciones. Ulises nos da hoy una visión general y aquí les contamos una de las muchas investigaciones que fueron tejiendo la historia.
Los seres vivos tenemos una visión limitada de la Naturaleza, distorsionada por la percepción incompleta de nuestros sentidos. Para suerte nuestra, la Naturaleza proporcionó a nuestra especie un cerebro capaz de ver mucho más de lo que se rebela ante nuestros ojos. Unos ojos que, como cuenta Ulises, se maravillan ante el espectáculo multicolor del Arco Iris pero que, gracias a los incesantes avances de la ciencia y de la tecnología, miran fascinados las imágenes ocultas en las olas de radiación que llegan desde las profundidades del Océano Cósmico.
No corren buenos tiempos y, quizás por ello, sea el momento de pensar en cosas que no cambian, que son iguales para todos, que nos ofrecen un espectáculo grandioso y minimizan nuestros problemas. Eso es lo que nos invita a hacer Ulises, quiere que, al menos por una noche y, si puede ser, muchas más, salgamos lejos de las luces que iluminan nuestras ciudades y miremos más allá, hacia las estrellas, hacia nuestro verdadero Universo.
En estos momentos hace mucho calor, al menos en algunas regiones de España. En las ciudades, favorecido por el exceso de asfalto y edificios, el calor puede ser asfixiante a partir del mediodía. No es nada extraño que la imaginación de Ulises vuele sin control soñando con ciudades cubiertas de jardines colgantes y terrazas cargadas de árboles como los que un día adornaron la ciudad de Babilonia.
Los adelantos de los últimos tiempos en todos los campos de la ciencia, especialmente en biología y medicina, están planteando cuestiones éticas jamás conocidas por el ser humano. Hoy Ulises nos invita a caminar por el borroso sedero que separa la ciencia y la filosofía. Como referencia utilizará el “Juramento Hipocrático”, un juramento público de carácter ético utilizado durante más de dos mil años por los practicantes de la medicina occidental.
La era de los transbordadores espaciales termina. Dos de ellos se han despedido ya. El Discovery lo hizo en febrero pasado y el Endeavour aterrizó por última vez el 1 de junio. El 8 de de julio de 2011, si todo sale como está previsto, el transbordador Atlantis será el último en visitar el espacio exterior a la Tierra. Con él terminará, por ahora, de una larga historia de viajes tripulados de ida y vuelta con vehículos reutilizables. Ulises habla hoy de estas magníficas máquinas.
El aceite de oliva ha sido y es una de las fuentes principales de riqueza y desarrollo en las civilizaciones que han surgido alrededor del mar Mediterráneo. En España, los olivos se cuentan por centenares de millones, algunos de ellos plantados por aquellos primeros pobladores hace miles de años. Hoy, Ulises nos habla del aceite de oliva y las propiedades que los antiguos intuían y los científicos han corroborado con sus investigaciones.
Ulises cuenta la historia del Tío Gamarza y su teoría sobre el pelo de burro que se convierte en culebra. Es un relato basado en hechos reales que le sirve para introducir los conocimientos básicos sobre la molécula de la vida, el ADN.
Ulises cuenta cómo los elementos químicos que componen objetos cotidianos, como una tarta de chocolate, son los mismos que forman las estrellas y galaxias ¿Cómo lo hemos averiguado, si nadie ha podido llegar ni siquiera a la estrella más cercana a nosotros? Escuchen ustedes a Ulises y, como complemento, les contamos cómo se descubrió el Helio en el Sol.
Si hay aprovechados en esta vida, el parásito de la malaria, el plasmodium, es un verdadero maestro entre los seres que sacan partido de otros. El plasmodium se aprovecha de la sed de sangre de la hembra del mosquito anófeles para saltar de ser humano en ser humano y asegurarse la supervivencia. Bien mirado, el mosquito, el parásito y el ser humano son tres actores de una misma obra vital. Ulises nos habla en el programa de hoy de la vida del parásito y, como complemento, les contamos la vida del mosquito y les ofrecemos un vídeo que ilustra el proceso de infección.
La luz es uno de los fenómenos más maravillosos de la Naturaleza y nuestra relación con ella es, si cabe, más maravillosa todavía. La enorme cantidad de información que transporta se revela a veces en los hechos cotidianos más inesperados. Hoy Ulises, que siempre nos asombra con sus recuerdos infantiles, nos cuenta cómo la luz iluminó una tarde oscura de su infancia.
Desde el comienzo de la exploración espacial, 39 misiones interplanetarias han tenido en Marte su destino y nadie duda que será el próximo cuerpo celeste en el que pondrá su pie el ser humano. Llegar hasta allí no es empresa fácil y sobrevivir en Marte es todo un reto por las condiciones ambientales extremas que imperan. Hoy les ofrecemos dos historias que se complementan: Ulises habla de las condiciones que reinan en Marte con la ayuda de unos seres muy singulares: Los dioses del Olimpo, y en el texto complementario les contamos la historia de la exploración de Marte y las naves interplanetarias que allí han tenido su destino.
La historia nos dice que el primer reactor nuclear fue construido por Enrico Fermi en 1941 pero la verdad, como les contamos en la información adicional que ponemos en cienciaes.com, es que el primer reactor nuclear conocido no fue inventado por el ser humano, surgió de manera natural en una región de Gabón denominada OKLO. Les invitamos a leer la historia de Oklo y a escuchar a Ulises quien, para hablar de reactores nucleares ha invitado a un científico muy extraño: un experto jugador de dominó
Desde el mismo momento en el que usted ha comenzado a leer estas líneas, su futuro se ha ido convirtiendo en pasado, así de sutil es el paso del tiempo. Si sigue leyendo, su presente se desplazará letra a letra, alimentando el pasado en una única dirección que se ha llamado de muchas maneras: la flecha del tiempo, el fluir del tiempo, el paso del tiempo, etc. Ulises nos invita hoy a conocer las distintas formas de interpretar el tiempo.
Ulises ilustra la historia de los sueños con un relato de Herodoto de Halicarnaso incluido en el primero de sus Nueve libros de Historia. Cuenta el historiador griego cómo Astyages, rey de los Medos, haciendo caso a los intérpretes de sueños, intentó matar a su nieto Ciro. En la información complementaria les invitamos a leer el texto original de Herodoto sobre la macabra venganza que llevó a cabo el rey al no conseguir su propósito.
Ulises, que es admirador de Sherlock Holmes, se pregunta qué haría el famoso detective ante un caso en el que el muerto no fuera humano, es más, que ni siquiera perteneciese a una especie animal conocida. Un caso en el que sólo quedaran del cadáver unos cuantos trozos de huesos fosilizados y en el que la fisonomía, la forma de locomoción o los hábitos de vida de la criatura fueran un absoluto misterio ¿Qué pensaría nuestro concienzudo investigador si lo importante no fuera conocer al asesino sino describir al muerto?
Ulises nos cuenta la historia de un profesor de música, aparentemente normal, que comenzó a comportarse de una forma extraña: era capaz de ver perfectamente pero no era capaz de “reconocer” lo que veía, hablaba con las farolas, no identificaba los rostros pero sí las voces y confundía a seres humanos con objetos inanimados. Encontrar el origen de esos desequilibrios exige desentrañar los mecanismos más íntimos del cerebro.
La divulgación científica no da para mucho ¡para qué nos vamos a engañar! por eso les pedimos que colaboren con una donación visitando nuestra Web. Ulises, por ejemplo, ni siquiera puede cambiar de coche. No se queja, no, después de tantos años le ha cogido cariño y, además, en su compañía puede observar el mundo que le rodea con tranquilidad y filosofar sobre la energía, las leyes de la termodinámica o el desorden del Cosmos.
Amanece. El Sol asoma tras el horizonte ofreciendo su disco hermoso, anaranjado, que parece encoger en tamaño y ganar en brillo, aunque lo primero sea sólo un engaño de nuestros sentidos. Al atardecer, cambia de nuevo, parece crecer y apagarse. Cada cual ve a nuestra estrella a su manera pero, durante el último siglo, esa visión se ha multiplicado en multitud de imágenes multicolores haciendo eco al poeta don Ramón de Campoamor cuando decía: “Y es que en el mundo traidor nada hay verdad ni mentira: todo es según el color del cristal con que se mira.”
Bebemos, nos aseamos, cocinamos y lavamos sin preocuparnos de lo que sucede con el agua una vez utilizada. Se calcula que, por término medio, utilizamos unos 300 litros de agua al día. Si vive usted en una gran ciudad, multiplique el agua que consume diariamente por los millones de personas que la habitan y quedará atónito ante el inmenso caudal de aguas residuales generadas, aguas que deben ser depuradas para evitar que contaminen los ríos y los acuíferos. Ulises habla hoy de depuradoras con la ayuda de un héroe anónimo: Máximus.
Los incendios no son patrimonio de los tiempos modernos, vienen sucediendo desde hace muchos millones de años, mucho antes de que existiera el ser humano o cualquiera de sus antecesores directos. Aquellos incendios antiguos se conocen como paleofuegos. El ser humano debe al fuego su desarrollo y la conquista del medio ambiente, por esa razón su origen tiene un protagonismo muy especial en la mitología. Como a Ulises le encanta la mitología griega, no va a perder la ocasión de contarnos, a su manera, la leyenda de Prometeo.
En el texto que complementa a las palabras de Ulises les invitamos a leer la historia de los incendios forestales más terribles de la antigüedad, aquellos que siguieron al impacto de Chicxulub y que, posiblemente, contribuyeron a la desaparición de los dinosaurios
Ulises nos habla hoy de la construcción de la Gran Pirámide de Guiza, una de las siete maravillas del Mundo Antiguo. Su fuente de inspiración es el segundo de los Nueve Libros de Historia del griego Heródoto (484 – 425 a. C). A decir de Heródoto, el faraón Queops (su nombre real era Khufu) fue un gobernante sin escrúpulos que sumió a Egipto en la miseria. Queops reinó desde el año 2509 hasta el 2483 a. C., cerró los templos, impidió ofrecer sacrificios y ordenó que todos los egipcios trabajaran para él y para su obra titánica: la construcción de la Gran Pirámide. Sin embargo, los egiptólogos discrepan de la versión transmitida por el historiador griego. La idea actual es que Queops o Khufu no fue un tirano, sino que durante su gobierno la administración del Estado egipcio alcanzó un grado de eficacia considerablemente superior al que tendría después.
Volar es un reto para una criatura tan poco apta como el ser humano, a pesar de todo, hace más de mil años, en Córdoba, la capital de Al-Andalus, un hombre llamado Abbas Ibn Firna levantó el vuelo frente a cientos de testigos . Les contamos su historia aquí . Pero si esta historia es sorprendente, lo es mucho más la que nos cuenta hoy Ulises. Ha entrevistado a un elefante que asegura que puede volar y, para colmo, además habla. No sé si nos convencerá pero tal vez con el intento aprendamos algo sobre el vuelo. Escuchen ustedes a Ulises.
Si lográramos comprimir el tiempo para observar, concentrados en una película de pocos minutos de duración, los movimientos de la superficie terrestre durante los últimos mil millones de años, seríamos testigos de la existencia de ritmos vitales de nuestro planeta lentos pero implacables. Durante las últimas semanas hemos sido testigos de cómo la Tierra tiembla en lugares como Haití, Chile o Turquía. Esos movimientos bruscos son la expresión de un planeta vivo, aunque su vitalidad se muestre, a veces, de forma dramática. Ulises nos presenta hoy una película de lo sucedido en la Tierra durante los últimos 300 millones y, para mejorar nuestra comprensión, nos invita a jugar como niños.
El domingo anterior al día de Navidad del año 1895, el investigador alemán Wilhelm Conrad Röntgen, llevó a Bertha, su esposa, al laboratorio de Física de la Universidad de Würzburg. Rodeados de aparatos poco tranquilizadores, Röngen pidió a Bertha que pusiera la mano izquierda en un lugar determinado, sobre una placa fotográfica. Encendió el tubo de rayos catódicos e hizo la primera fotografía de rayos X de la historia, en ella se distinguen con nitidez los huesos desnudos de la mano de Bertha y el anillo que portaba. Hoy Ulises nos habla de ese descubrimiento y de algo que entonces se desconocía, los peligros de abusar de los Rayos X.
En 1793, el científico italiano Lazzaro Spallanzani decidió investigar cómo los animales nocturnos encuentran su camino en la oscuridad. Capturó varios murciélagos en el campanario de la Catedral de Pavía, los dejó totalmente ciegos y les devolvió la libertad. Varios días más tarde volvió a capturar a los animales ciegos, éstos no sólo habían encontrado el camino de regreso al campanario sino que, además, no habían tenido ninguna dificultad para alimentarse, sus estómagos estaban repletos de insectos voladores recién capturados. Ésta es la historia que hoy les contamos en el texto que complementa la charla de Ulises, quien, por cierto, ha optado por contarles su propio cuento: el cuento de Pulgarcito.
Ulises nos invita hoy a un viaje muy especial. Montados en su nave imaginaria, acompañaremos a un cometa en su periplo alrededor del Sol. Visitaremos las regiones frías que existen más allá de Plutón, una región inmensa del Sistema Solar que se extiende hasta la cuarta parte de la distancia que nos separa de la estrella más próxima, un lugar donde la gravedad del Astro Rey retiene débilmente a billones, con b, de cuerpos helados. Esa región se conoce como Nube de Oort y, ya que Ulises perseguirá al cometa hasta las cercanías del Sol y apenas tendrá tiempo de detenerse en ella, la describimos con más detalle en nuestra página Web…
La Tierra, aparentemente calmada y cuidadosa con sus criaturas, a veces despierta con tal violencia que deja el suelo surcado por cicatrices imborrables. Cuando rugen las entrañas terrestres, el fuego fluye entre explosiones de lava y cenizas sembrando el pánico generador de mitos y leyendas. Una de las leyendas más fantásticas, la de Zeus y Tifón, quedó escrita en la Mitología Griega. Ulises nos la cuenta hoy. Como complemento, les contamos otra historia que no por real es menos fascinante: La erupción del Pinatubo.
No es fácil mantener vivo a un organismo, los cuerpos calientes se enfrían, las sustancias se mezclan, los ambientes se igualan… Sin embargo, nuestros cuerpos hacen gala de una exquisita organización que lucha contra ese afán de la naturaleza por destruir las desigualdades. Envueltos con nuestra cubierta externa, en nuestro interior reina un mundo propio, con sofisticados sistemas de control, de obtención de energía, redes de distribución, almacenamiento y defensa. Hoy, Ulises nos cuenta una historia de guerra en la que el sistema inmune, aquel que defiende a nuestro cuerpo de las invasiones externas, destruye a un poderoso enemigo…
Las Leónidas del 2009 pasaron sin pena ni gloria, al menos para los que, como Ulises y yo, tuvimos la desgracia de esperarlas bajo cielos cargados de nubes. Sin embargo, aunque las estrellas fugaces nos nieguen el espectáculo, lo cierto es que, para disfrutar del firmamento, sólo hace falta una pizca de imaginación. Ulises nos lo demuestra hoy soñando con las Pléyades y aquí les hablamos de otro lugar no menos fascinante: un hermoso conglomerado de estrellas denominado Trumpler 14, recientemente fotografiado desde el Observatorio Europeo Austral.
Apoya a CienciaEs haciéndote MECENAS con una donación periódica o puntual.
40,8 millones de audios servidos desde 2009
Agradecemos la donación de:
Angel Quelle Russo
“Vuestra labor de divulgación de la ciencia y en particular del apoyo a los científicos españoles me parece muy necesario e importante. Enhorabuena.”
Angel Rodríguez Díaz
“Seguid así”
Anónimo
Mauro Mas Pujo
Maria Tuixen Benet
“Nos encanta Hablando con Científicos y el Zoo de Fósiles. Gracias.”
Daniel Dominguez Morales
“Muchas gracias por su dedicación.”
Anónimo
Jorge Andres-Martin
Daniel Cesar Roman
“Mecenas”
José Manuel Illescas Villa
“Gracias por vuestra gran labor”
Ulrich Menzefrike
“Donación porque me gustan sus podcasts”
Francisco Ramos
Emilio Rubio Rigo
Vicente Manuel CerezaClemente
“Linfocito Tcd8”
Enrique González González
“Gracias por vuestro trabajo.”
Andreu Salva Pages
Emilio Pérez Mayuet
“Muchas gracias por vuestro trabajo”
Daniel Navarro Pons
“Por estos programas tan intersantes”
Luis Sánchez Marín
Jesús Royo Arpón
“Soy de letras, sigo reciclándome”