Los que tenemos ya una cierta edad, aprendimos que el número de planetas del Sistema Solar eran nueve: Mercurio, Venus, La Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón. Así los decíamos de carrerilla sin dudar cuando nos preguntaban. Los niños de ahora, en cambio, se ríen al escucharnos porque ellos sólo aprenden ocho, Plutón ha desaparecido relegado a una nueva categoría de Planetas enanos, acompañando a Ceres, Haumea, Makemake y Eris.

Como suele ocurrir, los nombres escogidos por la comunidad astronómica internacional para los nuevos cuerpos pertenecen a dioses mitológicos y uno de ellos, Eris, pertenece a una diosa griega que sembró la manzana de la discordia entre las deidades del Olimpo. Ulises cuenta hoy la historia de la diosa Eris en el programa y su relato sirve de base para entender la relación con el planeta enano del mismo nombre.

La historia actual comienza el año 2003, cuando los astrónomos Mike Brown, Chad Trujillo y David Rabinowitz descubrieron un punto lejano y frío en las profundidades del Sistema Solar. Más allá de Plutón. Poco sospechaban entonces que ese cuerpo celeste recién descubierto iba a sembrar la manzana de la discordia entre los planetas del Sistema Solar y entre los humanos de la comunidad astronómica Internacional. Las primeras medidas mostraron que el nuevo cuerpo descubierto –nombrado provisionalmente como 2003 UB 313- parecía ser incluso más grande que Plutón. Eso obligaba a aumentar el número de planetas conocidos a diez, pero muchos astrónomos sospechaban que en las regiones frías más allá de Plutón podía haber más planetas como él y tal vez, con el tiempo, la lista fuera difícil de recordar.

Las tensiones entre la comunidad científica crecieron hasta que, en el mes de agosto de 2006, la Unión Astronómica Internacional decidió modificar nuestra visión del Sistema Solar. Borró a Plutón de la lista de planetas de pleno derecho y lo incluyó en una nueva categoría a la que denominó “Planetas Enanos”. A esta pertenecen cuerpos lo suficientemente grandes como para adquirir forma esférica, pero demasiado pequeños como para limpiar sus alrededores de otros cuerpos menores. No orbitan alrededor de ningún Planeta Mayor, y por lo tanto no son satélites, pero existen familias de cuerpos como ellos en su misma región.

Así 2003 UB 313 pasó a formar parte de la nueva categoría y fue bautizado, después de no pocas discusiones, con un nombre muy apropiado: Eris, la diosa de la discordia. El estudio de Eris ha sido un verdadero reto para la comunidad científica, especialmente porque se encuentra mucho más lejos que Plutón. Éste sigue una órbita que oscila entre 30 y 49 unidades astronómicas (UA), pero Eris se encuentra ahora mucho más alejado, a 96 UA. Estudiar un cuerpo como Eris, situado a esa distancia con los telescopios terrestres y espaciales es un verdadero reto. Una manera de hacerlo consiste en medir la luz que nos llega de él, que, por supuesto, es luz reflejada del Sol. Cuando se hicieron las primeras mediciones, pensaron que la superficie de Eris reflejaría la luz solar de forma parecida a la de Plutón y eso llevó a creer que el nuevo planeta era más grande. Sin embargo, mediciones posteriores permitieron descubrir que ambos planetas no reflejan la luz del Sol de la misma manera. Eris es mucho más brillante que Plutón y por lo tanto su tamaño estaba sobrevalorado.

Al parecer, Eris guarda secretos insospechados. Tarda 557 años en dar una vuelta completa alrededor del Sol, pero su órbita es tan elíptica que unas veces se encuentra más cerca que Plutón del Astro Rey y otras se aleja hasta el doble de distancia, en las regiones más frías del Sistema Solar. Cuando se encuentra más alejado, la atmósfera de Eris, formada por metano, se congela y cubre la superficie con una fina capa blanca que refleja la luz solar con gran eficacia. En 2010, Eris cruzó por delante de una estrella y la ocultó por unos instantes, el eclipse permitió a los astrónomos medir el tamaño con mayor exactitud y ahora sabemos que Plutón y Eris son prácticamente iguales. Las últimas medidas de Plutón, obtenidas gracias a la nave New Horizons, indican que su radio es de 1.185 km, mientras que el radio estimado de Eris es de 1.163 km.

Eris, junto a Plutón, Ceres, Haumea y Makemake son, por ahora, los planetas enanos reconocidos por la Unión Astronómica Internacional, pero la realidad es muy distinta. La lista de planetas enanos potenciales crece sin parar, algunos ejemplos son Quaoar, Sedna, Orcus o Salacia, pero según defienden muchos astrónomos, podría haber miles aún por descubrir. Faltarán dioses en el Olimpo para darles nombre.

Angel Rodríguez Lozano (27/11/2020)