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Ulises y la Ciencia

Desde abril de 1995, el profesor Ulises nos ha ido contando los fundamentos de la ciencia. Inspirado por las aventuras de su ilustre antepasado, el protagonista de la Odisea, la voz de Ulises nos invita a visitar mundos fascinantes, sólo comprendidos a la luz de los avances científicos. Con un lenguaje sencillo pero de forma rigurosa, quincenalmente nos cuenta una historia. Un guión de Ángel Rodríguez Lozano.

Miss homínida.

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Nuestro querido planeta tiene la manía de hacer desparecer a sus criaturas sin dejar rastro. Tan sólo en algunos lugares privilegiados, escasos restos fosilizados, rotos y dispersos, han logrado escapar al martillo del tiempo. Son tan pocos, y tan deteriorados, que cada uno de ellos cuenta una historia distinta. Los científicos intentan unir todas esas historias para reescribir el libro evolutivo de nuestra especie y de muchas otras. Hoy Ulises nos habla de una de esas historias, la de una pequeña australopiteco que recibió el nombre de Lucy. Después visitaremos un lugar tan cargado de historias que se ha convertido Patrimonio de la Humanidad: La Sierra de Atapuerca. Allí hablamos con Eudald Carbonell.

Miss Homínida.

Lucy fue, durante mucho tiempo, el primer eslabón conocido de la evolución humana y, por supuesto, el más famoso. Se descubrió en 1974 en el desierto de Afar, en Etiopía. En la antigüedad la zona había sido un lago, hoy seco, tapizado con cenizas volcánicas, sedimentos de barro y limo. Actualmente allí raramente llueve y cuando lo hace, caen trombas de agua que discurren por los barrancos, arrastrando viejos fósiles. La historia de su descubrimiento comenzó un día en el que el paleontólogo americano Donald Johanson, encontró un trozo de hueso que asomaba entre la arcilla de un barranco. Cuando lo observó con detenimiento, le dio un vuelco el corazón ¡Era el cráneo de un antiguo primate!

Johanson y su equipo se pusieron inmediatamente a trabajar. Aparecieron los huesos de la pelvis y comprobaron que se trataba de una hembra. Luego encontraron los huesos de las piernas y dedujeron que la criatura caminaba erguida, una característica fundamental en los homínidos. Estudiando los sedimentos que envolvían los restos llegaron a la conclusión de que su propietaria era muy, muy antigua, sus huesos tenían más de tres millones y medio de años.
En las excavaciones el trabajo era arduo y la noche era bienvenida para relajarse con unas cervezas y escuchar la música de una radio a la luz de las estrellas. Una noche, en la radio sonaba esta canción de los Beatles “Lucy in the sky with Diamonds”. Alguien propuso llamar “Lucy” a la pequeña homínida y todos estuvieron de acuerdo.

Así fue como Lucy, cuyo nombre científico es Australopitecus Afarensis, comenzó su camino al estrellato. Aunque, la verdad es que, su físico no era precisamente lo que exigían por aquellos tiempos en Hollywood. A sus 25 años medía poco más de un metro de estatura, sus dientes se proyectaban hacia adelante y su barbilla y pómulos apenas existían. La frente huía hacia atrás ocultando un cráneo de poco más de 400 centímetros cúbicos de capacidad, apenas la tercera parte del que ahora tenemos. Bien mirada Lucy tenía más de mono que de ser humano. Y, probablemente, su inteligencia no superaba a la de un chimpancé. Pero caminaba erguida y esa posición le permitió liberar las manos y abrir el camino hacia el orgulloso hombre moderno.

Desde el descubrimiento de Lucy se han encontrado muchos más restos de esta misma especie. Algunos dejaron sobre las cenizas volcánicas las huellas que demuestran su bipedismo. Otros son más viejos, los más antiguos ya andaban por la tierra hace 4 millones doscientos mil años de antigüedad. Pero todas estas criaturas tienen algo en común. Todas vivieron en África.

Hace ahora 20 millones de años, una franja de 5600 kilómetros de largo y unos 80 de ancho, que va desde el Mar Rojo hasta Mozambique, se hundió debido al movimiento de las placas continentales. A lo largo de esa extensa cicatriz se crearon grandes lagos, como el Victoria o el Tanganika, y se produjo un cambio drástico en la vegetación. Al Oeste, en las zonas altas, estaban los bosques cerrados y al Este se formaron sabanas y bosque abierto. Unos seres que vivían en el borde, ancestros tanto de los hombres como de otros primates, tuvieron que adaptarse o desaparecer. Lucy pertenece a estos últimos.

Los descendientes del Australopitecus Afarensis, cuyo representante más famoso es Lucy, dieron lugar a no menos de cinco ramas del árbol genealógico humano. Tres de estas ramas estaban formadas por criaturas musculosas, de cerebros pequeños y muelas grandes que se extinguieron; otras dos generaron seres de cerebro grande y muelas pequeñas que aprendieron a usar herramientas. Uno de estos últimos saltó a escena hace 2 millones y medio de años. Tenía el cerebro más grande y, quizás por esa razón, aprendió a fabricar herramientas. Por ello se les dio el nombre de Homo Habilis. La mejora tuvo éxito y, con el tiempo, dio lugar a una nueva especie, el Homo Erectus, que, a su éxito en la lucha por la supervivencia, añadió un afán expansivo. Se han encontrado restos de él por Asia, Europa y Oceanía.

El homo Erectus fue el último eslabón anterior al hombre actual. Hace unos quinientos mil años apareció el Homo Sapiens. No se sabe muy bien donde aunque obviamente era una especie evolucionada del Homo Erectus. De hecho hay varias teorías. Unos dicen que surgió en África y desde allí se expandió por todo el mundo. Otros opinan que surgió en muchos sitios simultáneamente. Sea como sea, de ahí venimos todos.

Fuera de África, quedan vestigios de la expansión de los homínidos en varios lugares. De todos ellos, el más importante se encuentra en España, en la provincia de Burgos, en la Sierra de Atapuerca. Hoy les invitamos a visitarlo con nosotros. La Sierra de Atapuerca alberga un conjunto de yacimientos de fama mundial porque contiene una riqueza de fósiles de homínidos fabulosa. Su extensión, el amplio espacio de tiempo que abarcan sus yacimientos y, sobretodo, la información que nos está proporcionando sobre un conjunto de especies de homínidos que habitaron allí durante más de un millón de años, ha merecido el honor de ser declarado Patrimonio de la Humanidad. Allí estuvimos de visita durante la pasada compaña de excavación y nos entrevistamos con uno de sus directores: Eudald Carbonell. Les ofrecemos la entrevista.


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