Desde abril de 1995, el profesor Ulises nos ha ido contando los fundamentos de la ciencia. Inspirado por las aventuras de su ilustre antepasado, el protagonista de la Odisea, la voz de Ulises nos invita a visitar mundos fascinantes, sólo comprendidos a la luz de los avances científicos. Con un lenguaje sencillo pero de forma rigurosa, quincenalmente nos cuenta una historia. Un guión de Ángel Rodríguez Lozano.
La ciencia yace escondida en todos los rincones de nuestra vida y descubrirla es un ejercicio fascinante. Para disfrutar con ella no son necesarios costosos aparatos ni laboratorios ultramodernos, basta con mirar a nuestro alrededor y sentir curiosidad por lo que observamos. Deshagámonos de los prejuicios rancios que colocan a la ciencia en el pedestal inaccesible del "eso es muy difícil", "yo soy de letras" o toda la colección de tópicos con el que intentamos justificar lo que no necesita justificación. Al fin y al cabo, si no fuéramos ignorantes ¿qué necesidad tendríamos de aprender?
Albert Einstein decía "No entendemos realmente algo si no somos capaces de explicárselo a nuestra abuela". Resulta difícil creer que la abuela de don Alberto comprendiera la Teoría General de la Relatividad pero, si él lo dice... Lo que está claro es que, en el proceso de aprendizaje, hay dos factores que se complementan: el que aprende y el que enseña. Si humano es aprender, más humano es curiosear en lo que no se entiende y si, a pesar del intento no logramos entenderlo, no pasa nada, seguro que el esfuerzo dará sus frutos en el futuro. Por otro lado, si algo aprendemos, compartirlo con los demás enriquece nuestro propio conocimiento.
Tendemos a idealizar los textos de ciencia como si fueran artículos de Fe, pero no siempre nos dan una idea correcta de la realidad. Tomemos un texto de física, por ejemplo. La mayoría de los problemas que resuelve están tan idealizados que, muchas veces, solamente tienen un fino hilo de conexión con la realidad.
Todos nos hemos enfrentado a problemas que comienzan: Un vehículo que viaja a velocidad constante... ¡no hay manera de mantener un coche a velocidad constante! El rozamiento de las ruedas, el rozamiento con el aire, los cambios de dirección, las irregularidades de la carretera o del funcionamiento del motor, etc, etc,... hay tantos factores en juego que lograr mantener la velocidad constante durante una hora sería una odisea digna de pasar a la historia. Las fórmulas son necesarias, sí, pero el hecho de no conocerlas, no implica que seamos incapaces de entender el fenómeno. Una fórmula se olvida pero un concepto comprendido permanece ¡no rechacemos la Ciencia por culpa de una fórmula!
Cuando estudiaba enseñanza secundaria, me encontré por primera vez con las fórmulas que describen la caída libre de un cuerpo debida a la gravedad: el movimiento uniformemente acelerado. Un día intenté comprobarlo con un experimento. Desde una gran altura dejé caer una piedra y medí el tiempo que tardaba en golpear el suelo. ¡No hubo forma de que el resultado cuadrara con los cálculos que me habían enseñado! Después alguien me explicó que intervienen muchos otros factores: el viento produce cambios en la trayectoria, el rozamiento con el aire que va frenando la piedra, el giro y la superficie que opone la piedra en su movimiento,… etc. ¡el mundo real es más complicado de lo que aparece en los libros! Pero, curiosamente, me sentí bien después del experimento, averigüé muchas cosas que desconocía y comprendí que las fórmulas tampoco son la panacea.
En muchos casos, éso es lo que realmente nos echa atrás de un libro de física: las fórmulas matemáticas que encierra. Las fórmulas son un maravilloso avance del conocimiento humano, nos permiten ampliar el entendimiento de la naturaleza y hacer predicciones, sin embargo, para una persona de a pié que no tenga que utilizarlas en su trabajo, no son necesarias. Podemos asumir perfectamente que una piedra se frenará al caer porque choca con el aire en su camino sin necesidad de conocer la fórmula matemática que describe el movimiento. Tampoco conocemos toda la mecánica de un coche cada vez que lo ponemos en marcha, pero ello no nos impide conducir. Lo que realmente necesitamos es comprender la Naturaleza, discutir y compartir con los demás nuestros conocimientos y disfrutar haciéndolo.
Ulises nos invita hoy a utilizar esta forma de afrontar la ciencia. Nos anima a observar un partido de fútbol y disfrutar de algunas de las cosas que suceden en el campo. El movimiento del balón sirve de excusa para una clase de física que marcó su vida gracias a un profesor capaz de captar la atención de sus alumnos y mostrarles el camino del conocimiento. Escuchen ustedes a Ulises.
Apoya a CienciaEs haciéndote MECENAS con una donación periódica o puntual.
36,3 millones de audios servidos desde 2009
Agradecemos la donación de:
Jairo Ospino Rodriguez
Mecenas
Rafa Castillejo
“Soy profesor de física y química en un instituto de enseñanza secundaria en Mijas Costa y este año he utilizado los podcasts de CienciaEs para que los alumnos hicieran exposiciones a sus compañeros sobre los temas que ellos elegían.”
Mecenas
Javier Gorriz Ortiz
Mecenas
Fidel Díaz Rodríguez
Mecenas
Anónimo
“Miles de gracias por el esfuerzo y felicitaciones a todos, en particular a la Dra Josefina Cano por sus doscientas aportaciones. Acepten un abrazo agradecido desde México.”
Mecenas
Carlos Serrano
Mecenas
Eulogio González Moreno
“Encantado de apoyaros. Realizáis unos programas estupendos.”
Mecenas
Wendy Trollope
Mecenas
Angel Manuel García Martín
Mecenas
Mauro Mas
Mecenas a través de Patreon
María Elena García Martín
Mecenas a través de Patreon
Anónimo
“Agradecido por su esfuerzo, los saludo desde México.”
Mecenas
Pilar Soler
Mecenas
Francisco Javier Gallegos Casado
Mecenas
Daniel Faba Corral
Mecenas
Marcos López Montes
Mecenas
José Luis Moreno González
Mecenas
Alvaro Vallejo
“Muchísimas gracias por tan maravilloso trabajo de divulgación. Ustedes me acompañan varias horas al día, todos los días.”
Mecenas
Juan Gomez-Cuetara
“¡Una gran programa!!! Es de agradecer que deis difusión a lo que los científicos españoles están haciendo.”
Mecenas
Alfredo Diaz Miranda
“Mi profundo y sincero agradecimiento para todos en CienciaEs pero en especial para Angel Lozano y Jorge Laborda por la esmerada labor que realizan.”
Mecenas
Jorge Valencia Jiménez
Mecenas
Anónimo
“Tarde pero sin sueño, mis admirados divulgadores. Un abrazo agradecido desde el otro lado del Atlántico.”
Mecenas
María del Carmen Colodrero
Joaquín Méndez Colodrero
Mecenas
Carlos Fernández
Mecenas
Carlos Garcia Gutiérrez
Mecenas
Marian y Miguel Ángel
“Muchas gracias por tu trabajo. La Ciencia al alcance de todos.”
Mecenas
Carlos Serrano
“Un placer cooperar un poco con su proyecto. Buen trabajo!”
Mecenas
Francisco Javier Aguilar
Mecenas
Francisco J. García Pato
Mecenas
Jesús López Tapia
“Querido Ángel. Me siento muy honrado de pertenecer a esta comunidad. Gracias por vuestro trabajo.”
Mecenas
Javier Olveira
“Gracias por seguir realizando divulgación de calidad.”
Mecenas
Sara Carrero
“Aprovecho para daros la enhorabuena por el espacio “Hablando con Científicos”, que me gusta especialmente.”
Mecenas
Mariano Redondo de la Villa
Mecenas
Javi Zumaia
“En plena era de la desinformación, vuestra labor dedicada a la divulgación científica no hace sino aportar un balón de oxígeno a todos los amantes de la ciencia.”
Mecenas