La frase “apagar el cáncer antes de que se encienda” resume el objetivo principal de una disciplina todavía poco conocida: la biología de la prevención, es decir, la investigación enfocada no solo a tratar tumores sino a evitar que lleguen a formarse.

“El cáncer no aparece de un día para otro”, explica hoy en Hablando con Científicos la doctora Elena Élez, oncóloga e investigadora del Hospital Vall d’Hebron. “La inmensa mayoría de tumores tienen un proceso largo de carcinogénesis: una célula normal empieza a cambiar su comportamiento debido a mutaciones hasta adquirir la capacidad de multiplicarse sin control e infiltrarse en otros tejidos”. La clave está en entender por qué aparecen esas mutaciones: contaminación, hábitos de vida, infecciones, alimentación o alteraciones del microbioma pueden estar implicados. “No basta con saber que hay asociaciones: queremos conocer los mecanismos para poder intervenir antes de que aparezca la enfermedad”.

Patricia Nieto, directora de proyectos de la Fundación Científica de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), aporta un dato contundente: “La Organización Mundial de la Salud nos dice que entre el 30 y el 50% de los cánceres podrían evitarse actuando sobre los factores de riesgo que ya conocemos”. El tabaco, el alcohol, el sedentarismo o la mala alimentación destacan entre ellos, pero también hay exposiciones todavía poco definidas: contaminación ambiental, hábitos laborales o el entorno donde vivimos.

Elena Élez ofrece un ejemplo claro: el cáncer colorrectal, tradicionalmente vinculado al envejecimiento. “Las células del intestino se recambian constantemente y, con los años, pueden aparecer pólipos que al principio son benignos y no dan síntomas”. Con el paso del tiempo, y si se acumulan mutaciones, esos pólipos pueden convertirse en adenomas y finalmente en cáncer.

De ahí la importancia de los cribados: detectar lesiones premalignas cuando todavía pueden eliminarse con facilidad. “Eso es la prevención secundaria: encontrar el problema antes de que haya dado la cara”, subraya Patricia. En España tenemos cribados para mama, cuello de útero y colon, pero su implantación es desigual. “No toda la población participa, y es una pena, porque son pruebas baratas, indoloras y salvan muchas vidas”.
Preocupa especialmente el aumento de cáncer de colon en menores de 50 años. “Estamos viendo pacientes de treinta y pocos”, destaca Élez. “Por eso muchos investigadores trabajamos en saber cuándo empieza realmente el tumor y qué factores están acelerando el proceso”. Algunos países, como Egipto, ya han adelantado la edad del cribado, reduciendo significativamente los casos en jóvenes.

Prevenir desde la infancia: hábitos de vida

Ambas entrevistadas insisten en que la herramienta más eficaz es la prevención primaria, es decir, generar hábitos saludables desde edades tempranas. “Esto no solo previene cáncer, también enfermedades cardiovasculares y metabólicas”, enfatiza Élez. Sobre la dieta, explica que no todo alimento procesado es perjudicial, pero sí lo son los ultraprocesados: “Incluyen aditivos, microplásticos y compuestos generados durante la manipulación industrial que pueden alterar el microbioma e inducir procesos inflamatorios”. Existen ya estudios que muestran asociaciones entre estos factores y el aumento de algunos tumores. También menciona investigaciones recientes sobre el consumo excesivo de carne roja y determinadas firmas mutacionales.
Igual de importante es el ejercicio. “El sedentarismo es un factor clarísimo de riesgo”, señala la oncóloga. “Incluso en personas que ya han tenido un cáncer se ha demostrado que el ejercicio regular reduce recaídas y previene segundos tumores”. De hecho, un estudio reciente indica que el ejercicio supervisado en pacientes operados de cáncer colorrectal puede ofrecer beneficios comparables —o incluso superiores— a algunos tratamientos complementarios.

Si hay un enemigo prioritario, es el tabaco. Patricia es rotunda: “Si elimináramos el tabaco, se evitarían el 80% de los cánceres de pulmón y el 30% de la carga total del cáncer”. No solo se asocia al pulmón, sino también a vejiga, laringe, mama y otros tumores.

Preocupa la normalización de los vapeadores entre jóvenes. “No son inocuos: contienen sustancias nocivas y están dirigidos deliberadamente a generar nuevos consumidores”, denuncia. Por eso la AECC impulsa la iniciativa de la “Generación Cero” para 2030, con el objetivo de lograr la primera generación libre de exposición al tabaco.

Solo un pequeño porcentaje de cánceres —alrededor del 5%— es hereditario. “No heredamos el cáncer, heredamos una predisposición”, explica Patricia. De ahí la importancia del consejo genético: evaluar el entorno familiar y aplicar cribados específicos o medidas preventivas.

Otro factor clave es el papel de los patógenos. Elena recuerda que gracias a la investigación hoy sabemos que el Helicobacter pylori está relacionado con el cáncer gástrico o que el virus del papiloma humano causa varios tipos de cáncer. “Por eso las vacunas son un avance crucial: previenen la infección y, con ello, el desarrollo del tumor”.
También se investiga el microbioma intestinal. Ciertas bacterias —como cepas de E. coli productoras de colibactina— pueden inducir mutaciones asociadas a cáncer colorrectal. “Estamos estudiando cómo modular el microbioma para prevenir la enfermedad o incluso detectar riesgos de forma temprana”, añade la oncóloga.
En tratamiento, el gran cambio de paradigma es la inmunoterapia. “Nuestro sistema inmune reconoce al tumor, pero este crea mecanismos para hacerse invisible”, explica Élez. “La inmunoterapia bloquea esas barreras y permite que los linfocitos ataquen las células cancerosas”. Su tolerancia es mejor que la quimioterapia clásica y los beneficios pueden mantenerse en el tiempo gracias a la memoria inmunitaria.

Además, se están desarrollando vacunas personalizadas a partir del propio tumor para prevenir recaídas tras la cirugía. “El sueño final es intervenir antes incluso de que aparezca el cáncer”, apunta.

Patricia detalla cómo la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) construye un ecosistema científico completo: desde la captación de vocaciones jóvenes hasta la consolidación de grandes grupos de investigación. La nueva convocatoria sobre biología de la prevención financia proyectos de tres años con 300.000 euros, pensados para descubrir factores de riesgo y trasladar los resultados a políticas sanitarias reales.
También existen otras líneas, como las Cátedras AECC, destinadas a humanizar la atención y estudiar intervenciones como el ejercicio físico personalizado.

Acompañar al paciente

Un mensaje central es que el cáncer no es solo tratamiento médico: es una experiencia emocional, social y práctica. “La incertidumbre acompaña al paciente desde que llega una carta de cribado positiva hasta el diagnóstico final”, señala Élez. Por eso es fundamental el acompañamiento integral.

Patricia recuerda que la “AECC”: https://www.contraelcancer.es/es ofrece gratuitamente “apoyo psicológico, social y burocrático”: https://www.contraelcancer.es/es/te-ayudamos, además del teléfono 24 horas 900 100 036. “Da igual la hora o el motivo: siempre hay alguien al otro lado”.

La detección de ADN tumoral circulante en sangre, el análisis del microbioma, la inteligencia artificial aplicada a grandes bases de datos sanitarios y los programas de cribado cada vez más precisos apuntan hacia una oncología de anticipación: tratar riesgos antes de que se conviertan en enfermedad o, dicho con otras palabras. “apagar el cáncer antes de que se encienda”.

El mensaje final es de esperanza: “La investigación está cambiando radicalmente el panorama”, asegura Patricia. “Cada año diagnosticamos antes, tratamos mejor y acompañamos más. El cáncer ya no es lo que era, y el futuro pasa por prevenirlo”.

En apoyo a la investigación en este campo, la “Fundación Científica de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC)”: https://www.contraelcancer.es/es ha convocado “ayudas destinadas a aquellos proyectos que aporten ideas que abran nuevos caminos para la lucha contra el cáncer, en este caso, centrados de la Biología de la Prevención.”:https://www.contraelcancer.es/es/area-investigador/ayudas/proyectos/biologia-medicina-prevencion-aecc-2026

Os invitamos a escuchar a M. Elena Élez Fernández oncóloga e investigadora del Hospital Vall d’Hebron, y a Patricia Nieto Cantero, directora de proyectos de la Fundación Científica de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).

Referencias:

Biología y Medicina de la Prevención AECC 2026