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Las mentes más claras de la historia han ido tejiendo poco a poco la intrincada tela de araña del conocimiento científico. En cada programa del podcast Ciencia y Genios les ofreceremos la biografía de un gran sabio escrita por varios autores.

Azarquiel, el cincelador de estrellas.

Azarquiel - Ciencia y Genios - Cienciaes.com

(Autor: Antonio Claret)

“Y el más sabio de todos en la ciencia de los movimientos de los astros y de la constitución de las esferas es Abu Ishaq Ibrahim b. Yahya, el cincelador, el conocido por el hijo de Zarquel; él es el más eminente entre la gente de nuestro tiempo en las observaciones astronómicas y en la ciencia de la estructura de las esferas y en el cálculo de sus movimientos, y es el más sabio de todos ellos en la ciencia de las tablas astronómicas y en la invención de instrumentos para la observación de los astros.”

Estas son las palabras con que el cadí Ibn Said se refiere a Azarquiel. Nosotros no sólo estamos en pleno acuerdo, si no que extendemos estas calificaciones a los días de hoy. Azarquiel es, en nuestra opinión, por su enorme poderío creativo, el mayor astrónomo español de todos los tiempos. Nació probablemente en el año 1030 en Toledo y murió en Córdoba, en día 15 de Octubre de 1100.

No hay muchos datos relativos a su vida y entre los pocos que hay, se detecta una tendencia errónea a atribuir a Córdoba su lugar de nacimiento. Sin embargo, hay signos seguros de que nació realmente en Toledo. Según Ibn al-Abbar: Ibrahim ibn Yahya al-Naqqas, natural de Toledo, conocido con el nombre de Ibn al-zarquellu y con la kunya de Abu Ishaq….

Aparte de las citas puramente científicas, encontramos una reveladora mini biografía de Azarquiel en la obra de Ishaq Israeli que dice lo siguiente:
Azarquiel al principio no era más que un hábil artista o forjador en hierro o metal y que trabajaba en la confección de los instrumentos astronómicos que le encomendaban los sabios musulmanes y judíos de la ciudad de Toledo, a la cabeza de los cuales estaba Ibn Said, verdadero mecenas por su generosidad protectora. Nuestro Azarquiel sorprendió a aquellos sabios – a las órdenes de los cuales trabajaba – por su gran destreza e ingenio en la construcción de los instrumentos que le encargaban, y más por deberlo tan sólo a sus dotes naturales, pues no tenía ninguna preparación científica. Visto lo cual se le facilitaron a Azarquiel las obras de los antiguos autores, las que con gran facilidad se asimiló, de modo que ya en adelante no sólo pudo construir muy exactamente los instrumentos que se le encomendaban, sino que aún hizo otros que a aquellos primeros sabios no se les hubiera ocurrido. De esta manera, Azarquiel se convirtió casi en maestro de aquella sociedad de sabios de Toledo, con los cuales durante muchos años continuó observando los movimientos astronómicos.

El nombre Azarquiel ha sido, a lo largo de los años y de la geografía, escrito de diversas formas: al-Zarquel, al-Zarquellu, Zarquellu, Azarquelus, Arzachel, Elzerkel, Alzarchel, Alzarchellis, Azarquellu, Azarquel, Zarquiel. Pero, ¿que significa? Según Millás Vallicrosa, el significado del nombre Azarquiel es persona cuyo color tiende al rubio o cuyos ojos son del color azul, zarcos.

Azarquiel permaneció en Toledo buena parte de su vida. Sin embargo, no soplaban buenos vientos por esta ciudad. Al-Mamun había muerto y ahora era su nieto Suyi quien gobernaba. A través de un tratado precedido de algunas escaramuzas, los cristianos, al mando de Alfonso VI, tomaron la ciudad. Afortunadamente, cuando ocurrió esto (1085) Azarquiel ya se encontraba en Córdoba, bajo la protección de al-Mutamid. Quizá este mecenazgo haya generado confusión sobre el verdadero paradero de Azarquiel después de abandonar Toledo. Como al-Mutamid era el rey de Sevilla, algunos asocian esta ciudad con la definitiva morada de Azarquiel (los Libros del Saber de Astronomía de Alfonso X, el Sabio, contienen esta información errónea).

El escaso material biográfico no da mucho margen de maniobra con relación a la formación “académica” de Azarquiel. Sin embargo, no es descabellado pensar que tuvo un amplio dominio de los sistemas del mundo en vigor por aquella época (siglo XI) ya que su intervención en la construcción y, principalmente, en la invención de varios instrumentos nos hace creer en esta hipótesis. La obra astronómica de Azarquiel abarcó una amplia gamma en el campo astronómico. Su producción científica va desde la elaboración de tablas astronómicas hasta tratados puramente teóricos, pasando por la construcción de instrumentos y la astrología (en esta época, no tenían más remedio que ejercer de astrólogos).

Principales obras de Azarquiel

1- Tablas Toledanas
2- Almanaque de ammonio
3- Suma referente al movimiento del Sol
4- Tratado relativo al movimiento de las estrellas fijas
5- Tratado de la azafea
6- Tratado de la lámina de los siete planetas
7- Influencias y figuras de los planetas.

Por los nombres de sus obras no es fácil intuir sus más importantes contribuciones astronómicas. Así que comentaremos de forma escueta las más relevantes, que no en orden cronológico necesariamente.

Tablas Toledanas

Como su nombre indica, estas tablas astronómicas fueron calculadas en la ciudad de Toledo, por orden de Al-Mamun en el año 1069 de nuestra era. Se las atribuye a Azarquiel pero es mucho más probable, sin embargo, que estas tablas fuesen preparadas por un grupo de astrónomos, quizá dirigidos por él. El texto original en árabe se ha perdido aunque se conservan cerca de 128 manuscritos, incluyendo traducciones al latín, siendo la más famosa la debida al traductor Gerardo de Cremona. El gran número de manuscritos sobrevivientes nos da una idea de su difusión. Aún con este abundante material, la ausencia de las tablas originales dificulta mucho las inter-comparaciones.

Parece ser que las Tablas Toledanas fueron fuertemente influenciadas por obras anteriores como las de al-Jwarizmi y al-Battani. Sin embargo, hay una nítida influencia del movimiento de trepidación de los equinoccios, elaborada por Azarquiel, inspirándose en los trabajos de Ibn Qurra. Como curiosidad, vale la pena señalar que las Tablas de al-Jwarizmi fueron utilizadas en Egipto hasta el siglo XIX (recuérdese que fueron generadas en el Siglo IX).

Otro punto que hay que destacar en las Tablas Toledanas es que adoptaba un origen diferente para el sistema de coordenadas celestes: en lugar de usar el equinoccio de primavera, utilizaba las estrellas, o sea, los movimientos planetarios se median con relación a éstas. Fueron muchas las tablas de carácter local que se basaban en las Toledanas, como por ejemplo, las de Marsella. Estas tablas estuvieron en vigor hasta ser sustituidas por las Alfonsíes.

Suma referente al movimiento del Sol

Desafortunadamente tampoco se ha conservado el original de este libro y sólo tenemos conocimiento de el a través de referencias en otras obras. El libro trata de las dificultades de definir y medir la duración del año solar. Azarquiel pasó veinticinco años de su vida observando y teorizando sobre los movimientos del Sol. Vale la pena reproducir, aunque de segunda mano, las palabras del propio Azarquiel sobre el movimiento del apogeo solar:

“Ciertamente recuerda Abu Abd Allah Muhammad ibn al-Samh – que Dios lo haya perdonado – que él reunió un buen número de observaciones de astrónomos, con lo que pudo llegar a comprender el curso u orden del movimiento de las estrellas fijas. Pero ello sólo se le ofreció de una manera asaz incompleta. Después de él proseguimos nosotros el estudio de dicho problema en la ciudad de Toledo, con un grupo de personas que nos merecían nuestra confianza, personas peritas y de mérito científico, conocedoras, en sus elementos esenciales, de las teorías sobre el año solar del Sind Hind y de las observaciones de los astrónomos.

“También vimos la diferencia que hay entre la posición media del sol según la teoría de los persas y según la teoría de los indos, y las dudas que ello pudiera ocasionar se explican teniendo en cuenta que son dos raíces antiguas. Además, hicimos instrumentos idóneos para la observación y encontramos que el límite de la ecuación del Sol se diferenciaba, en nuestra observación respecto al de aquellas obras, en 21’ aproximadamente, y esta diferencia no se compaginaba con las observaciones, a causa de que ella no provenía del movimiento de acceso y retroceso, sino que dicho error venía de la deficiencia de la raíz que se nos había transmitido por parte de aquellos autores, según los cuales el límite de posición del Sol era 2 y 12’. De manera que nosotros abandonamos estos autores y verificamos constante y atentamente las observaciones del Sol, de la Luna y de las estrellas, que nos era posible, valiéndonos de las personas que nos merecían confianza, por espacio de 25 años. Después de lo cual empecé a formar la Suma Relativa al Sol, de modo que con ella se me certificó toda su cuestión a medida de nuestras posibilidades.”

Es notable la fijación que demuestra Azarquiel por la precisión y su preocupación en contrastar sus resultados con los de otros autores. Notable es también la precisión con que Azarquiel midió la variación del movimiento del apogeo solar: 12,0´´ por año, mientras el valor moderno está en torno a 11,8´´. Pero no sólo la precisión es la marca de la casa: antes de él ni siquiera se hablaba de este movimiento, o sea, Azarquiel no solo medió con precisión sino que probablemente descubrió el movimiento del apogeo solar.

Las citaciones que se encuentran en las obras de astrónomos posteriores son abundantes aunque, desafortunadamente, dado que se ha perdido el original, un estudio completo de esta magnífica obra teórica y observacional no se ha podido llevar a cabo todavía. Como punto final, basta con decir que el famoso astrónomo Ulug Beg se refiere a cerca de 400 observaciones realizadas por Azarquiel para la determinación del apogeo solar. Este tipo de datos sirven para desmitificar un poco la idea de que la Edad Media fue una época absolutamente oscura donde el método, la preocupación por la precisión, el esfuerzo coordinado con la fabricación de nuevos instrumentos para aumentar el poder de resolución, estaban fuera de lugar.

Tratado relativo al movimiento de las estrellas fijas

Aquí lamentamos nuevamente que no se haya conservado la obra original pero por lo menos se ha conservado una traducción hebraica. Como vimos anteriormente, el hecho de que en las Tablas Toledanas se utilizara una estrella patrón como origen del sistema de coordenadas, llevaba consigo la necesidad de corregir la longitud sumando el valor de la precesión. En este tratado, Azarquiel adapta y extiende las ideas de Ibn Qurra, el cual suponía que las estrellas fijas tenían un movimiento de acceso y retroceso. En contraste con las teorías de Hiparco y de Ptolomeo que predecían un movimiento constante, la teoría de la trepidación de Azarquiel-Ibn Qurra predecía un acceso y retroceso de los equinoccios.

Estas correcciones a la longitud fueron aplicadas a las Tablas Toledanas y su influencia fue grande hasta bien entrado el Renacimiento. Llama fuertemente la atención que Azarquiel fuese consciente y meticuloso con los fenómenos astronómicos de larga duración. Su intuición científica en este aspecto es sorprendentemente moderna. De hecho, hay constancia de que no sólo observó el Sol durante 25 años sino que incluso se superó dado que el período de tiempo que dispendió en observar la Luna fue de 37 años. Otro fenómeno de larga duración que investigó Azarquiel fue la disminución de la oblicuidad de la eclíptica, o sea, el ángulo que forman la eclíptica (el plano de la órbita terrestre) y el ecuador.

Tratado de la azafea

Para hablar de la azafea, es necesario antes hablar del astrolabio. Éste era uno de los instrumentos más utilizado por los astrónomos de la Edad Media. Era simple de manejar y transportar y permitía una serie de cálculos y de mediciones. Su construcción estaba basada en la proyección de la esfera celeste sobre un plano: más o menos como se proyectan los mapas terrestres. En el astrolabio plano, esta proyección es la estereográfica ecuatorial. Esta, sin embargo, tenía sus inconvenientes ya que hacía falta, grosso modo, una lámina para cada latitud, lo que limitaba el uso del astrolabio o entonces obligaba al fabricante a manufacturar varias láminas, distorsionando de esta forma la sencillez de su manejo.

La innovación técnica introducida por Azarquiel en la azafea se refiere al cambio del tipo de proyección. Introdujo dos proyecciones meridianas, una para cada mitad de la esfera. Así, algunos planos fundamentales, como el ecuador, la eclíptica y los horizontes son representados por líneas rectas. Este cambio posibilitaba utilizarla en cualquier latitud, pagando el precio de una peor representación de la rotación de las esferas celeste y terrestre.

Curiosamente, aparecieron en Toledo dos instrumentos que estaban diseñados más o menos de acuerdo con las especificaciones anteriormente descritas: la lámina universal, debida a Ali b. Jalaf y la azafea de Azarquiel. Según Said al-Andalusí, Azarquiel proyectó y construyó la Zarqaliyya en la segunda mitad de la década de 1040, mientras que Ali b. Jalaf publicó sus investigaciones casi 30 años después.

A diferencia de tantos manuscritos árabes de Astronomía perdidos, se conservan muchas copias del original en árabe de la azafea. La azafea, que tiene dos versiones, la Zarqaliyya y Sakkaziyya (una versión optimizada de la primera), se difundió con mucha rapidez y es la obra más conocida de Azarquiel. De hecho, Alfonso X mandó traducir dos veces el tratado, siendo la segunda traducción más completa y es ésta la que está incluida en los Libros del Saber. La penetración de la azafea en los medios astronómicos invirtió el sentido del transvase de conocimiento: fue de las pocas veces en que la producción científica occidental conseguía, en esos tiempos, difundirse por Oriente. Lo atestigua Al-Qifti: cuando el conocimiento de la azafea de Azarquiel se extendió entre los sabios de Oriente, quedaron estupefactos y no pudieron comprenderla sino con la ayuda de Dios.

Varios astrónomos posteriores a Azarquiel añadieron mejoras en la azafea dando origen a variantes, algunas con nombres tan altisonantes como el astrolabio católico (Gema de Frisia).

NOTA DEL AUTOR: Esta biografía está basada en hechos reales. Sin embargo, los monologos de Azarquiel son pura ficción. Una especie de radio-teatro. El autor ha imaginado lo que diría, si hubiera tenido la oportunidad…

REFERENCIAS

AZARQUIEL Y OTRAS HISTORIAS. LA ASTRONOMÍA EN AL-ANDALUS.”
Antonio claret. Instituto de Astrofísica de Andalucía, CSIC.
(El autor facilita una copia gratuita del libro, en versión electrónica a los oyentes de cienciaes.com que lo soliciten por Email a claret@iaa.es)


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