Esta semana comenzamos comentando la noticia del descubrimiento de que la muerte celular programada, o suicidio celular, denominada en lenguaje científico “apoptosis”, es uno de los procesos más antiguos conservado durante la evolución de los animales. La apoptosis es un fenómeno biológico fundamental, que participa en todas las fases de la vida de los organismos, desde el desarrollo fetal a la edad adulta, pasando por la lucha frente a las infecciones o el control del cáncer. Investigadores del Departamento de Biología de la Universidad del Estado de San Diego, en California, EE.UU, han descubierto que este proceso se produce también en los corales, uno de los animales más primitivos que existen, cuyo origen es previo a la denominada explosión del Cámbrico, un evento evolutivo sucedido hace unos 530 millones de años y que dio origen a la práctica totalidad de las clases de animales que hoy viven. Los investigadores no solo descubren que el proceso de la apoptosis existe en los primitivos corales, sino que estos cuentan con genes capaces de producir proteínas que inducen la apoptosis en células humanas, al mismo tiempo que los genes humanos pueden generar proteínas que inducen la apoptosis en los corales. En otras palabras, este mecanismo se ha conservado a lo largo de más de 550 millones de años y ha variado poco entre las distintas clases de animales (1).

Las explosiones de rayos gamma (gamma ray bursts, GRB) son los acontecimientos más energéticos del universo. En un par de segundos, la explosión desprende tanta energía como una galaxia entera. Los rayos gamma son radiaciones del mismo tipo que la luz visible pero mucho más energéticas, contienen más energía que los rayos X. Cuando se produce una explosión de este tipo, en el lugar de origen se observan reminiscencias en forma de rayos X, luz visible, ondas infrarrojas y de radio. Estas últimas son las que se han podido observar con ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array). Este instrumento astronómico es una de las estructuras de investigación científica más complejas y costosas de la Tierra. ALMA consta de 66 radiotelescopios, la mayoría de ellos con antenas de 12 metros de diámetro, que operan sincronizados para conseguir generar una imagen de las ondas de radio que llegan desde las profundidades del Cosmos. En un artículo que se publica en la revista Nature, un equipo de astrónomos de Japón ha utilizado ALMA para detectar la emisión de radio procedente del gas molecular en dos galaxias en las que se han producido explosiones de rayos gamma: GRB 020819B, situada a 4.300 millones de años-luz y GRB 051022, situada a unos 6.900 millones de años luz. Con una sensibilidad sin precedentes, ALMA ha permitido determinar, por primera vez, las proporciones de gas molecular y polvo que se encuentran en una galaxia que alberga estallidos de rayos gamma. La investigación ha revelado que en la región existe más polvo interestelar y menos gas del esperado. La presencia mayor del polvo hace que algunos GRB aparezcan como “GRB oscuros”. La noticia nos sirve para contar la curiosa historia del descubrimiento de las explosiones cósmicas de rayos gamma y para hablar de las consecuencias que podría tener para la Tierra si un acontecimiento así ocurriera en nuestra galaxia (2).

Terminamos el programa comentando un estudio que aborda el problema de si las parejas de novios o de esposos son más, menos, o igual de genéticamente diversas que la media de la población. Es conocido que las parejas humanas se forman más frecuentemente entre personas con mayor afinidad cultural o un nivel de educación similar. En este caso, investigadores del Instituto de Ciencias Comportamentales y Departamento de Sociología de la Universidad de Colorado, en colaboración con el Centro de Biología de Sistemas y Genómica de la Universidad de Nueva York, analizan la diversidad genética de miles de parejas humanas y concluyen que esta es menor que la encontrada en la población en general, lo que implica que en el proceso de selección de nuestras parejas, buscamos también aquellas que muestran una similitud genética con nosotros. Esto ha podido ejercer cierta influencia en la aparición de razas humanas y en nuestra propia evolución (3).

(1) Evolution of TNF-induced apoptosis reveals 550 My of functional conservation.
(2) Explosiones gigantes enterradas en polvo
(3) Genetic and educational assortative mating among US adults.