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Ciencia Fresca

La ciencia no deja de asombrarnos con nuevos descubrimientos insospechados cada semana. En el podcast Ciencia Fresca, Jorge Laborda Fernández y Ángel Rodríguez Lozano discuten con amenidad y, al mismo tiempo, con profundidad, las noticias científicas más interesantes de los últimos días en diversas áreas de la ciencia. Un podcast que habla de la ciencia más fresca con una buena dosis de frescura.

Violencia sexual e infanticidio. Rosetta y Philae.

Violencia sexual e infanticidio. Rosetta y Philae. Podcast Ciencia Fresca - CienciaEs.com

La violencia de los machos hacia las hembras

Esta semana se han publicado dos importantes estudios que avanzan nuestra comprensión sobre un fenómeno biológico que sin duda interesa: la violencia. Uno de estos trabajos aborda el tema de si la violencia de los machos hacia las hembras aumenta su frecuencia de reproducción, es decir, si los machos violentos engendran más hijos que los menos violentos. Es claro que en las especies que solo se reproducen sexualmente existe un conflicto entre los sexos, ya que los machos no solo necesitan competir entre sí por las hembras, sino que necesitan los cuerpos de estas para transmitir sus genes. Puesto que las hembras también necesitan un macho para reproducirse, son estas, sin embargo, las que se encuentran en mejor posición para elegir con quien se reproducen y negarse a compartir sus genes con quienes no les resultan atractivos. En este orden de cosas, la agresión sexual de los machos a las hembras podría ser una estrategia reproductiva para forzar a estas a reproducirse con quien no lo desean.
Este asunto se ha abordado en estudios con la especie genéticamente más relacionada con la nuestra: el chimpancé. Sin embargo, hasta el momento, los estudios no habían sido capaces de clarificar si la violencia puede ser una estrategia reproductiva eficaz o no. Para intentar aclararlo de una vez por todas, científicos de varias universidades y centros de investigación estadounidenses, liderados por el Dr. Joseph Feldblum, de la Universidad de Duke, analizan una colección de datos acumulados durante 17 años sobre el comportamiento y la genética del grupo de chimpancés bautizado como Kasekela, en el parque nacional Gombe de Tanzania. Los investigadores examinaron, en particular, el efecto de la agresión de los machos hacia las hembras a lo largo del ciclo reproductivo de estas. Las hembras de chimpancé sexualmente receptivas muestran una hinchazón en la zona del perineo, que rodea ano y vagina, y que indica a los machos (y a los investigadores) su receptividad sexual.

Los científicos encuentran que las agresiones de los machos hacia las hembras receptivas estaban positivamente asociadas a una mayor frecuencia de copulación. Sin embargo, esto no siempre es indicio de una mayor frecuencia de paternidad y, de hecho, este comportamiento agresivo no estuvo asociado con un incremento de la misma. Sin embargo, curiosamente, los episodios de agresión de los machos dominantes hacia las hembras no receptivas sexualmente sí estuvieron asociados con un incremento de la paternidad. De acuerdo a los investigadores, esto indica que un patrón continuado de agresividad hacia las hembras, independientemente del estado de receptividad sexual de estas, incrementa el éxito reproductivo de los machos, lo que apoya la hipótesis de que, en efecto, la agresión de los machos a las hembras conlleva una ventaja reproductiva para estos. Sin embargo, la agresión hacia las hembras no sucede con la misma intensidad en otros grupos de chimpancés con estructuras sociales diferentes, en los que las hembras han formado coaliciones o el caso de grupos más pequeños de animales, en los que el macho dominante no necesita ser agresivo para conseguir copular con las hembras. Este estudio, publicado en la revista Current Biology, es el primero en demostrar con solidez que la agresión sexual puede ser una estrategia reproductiva de éxito en un mamífero social estrechamente relacionado desde el punto de vista genético con la especie humana. (1).

La odisea de Rosetta

Hace muy pocos años, los científicos discutían acaloradamente sobre la esencia del núcleo de los cometas. Se decía que eran sucias bolas de polvo y hielo, una descripción que no pasaba de ahí y daba una idea del profundo desconocimiento que teníamos sobre estos visitantes de los cielos. Tan poco conocimiento alimentaba la imaginación, hasta el punto que algunos, yo entre ellos, pensábamos en los cometas como las bolas de nieve que, con la zanahoria por nariz, suelen coronar los muñecos navideños. Ahora, gracias a la sonda espacial Rosetta, por fin tenemos imágenes reales del núcleo del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, una de las cuales les ofrecemos más arriba. Ya lo ven, no se parece en nada a la bola de nieve que imaginábamos, aunque, casualmente, la forma, con dos lóbulos, bien podría hacernos pensar que en algo se asemeja. El lóbulo menor, en primer plano en la imagen, contiene el lugar en el que se encuentra la sonda de descenso Philae; el primer ingenio humano que ha descendido sobre el núcleo de un cometa. Si el descenso fue una aventura que muchos no olvidarán jamás, el viaje de la Rosetta hasta llegar allí fue una odisea en el más amplio sentido de la palabra. Conscientes de que las investigaciones irán sucediéndose sin descanso durante los próximos meses, nosotros, en este programa, hemos dado un repaso a lo sucedido durante el viaje alucinante de la Rosetta desde su lanzamiento el 2 de marzo de 2004 hasta el descenso de la Philae el 12 de noviembre de 2014. En el momento de su lanzamiento, más la mitad de los 3.000 kg de masa de la Rosetta era combustible, sin embargo, con eso no era suficiente. La verdadera fuente de energía que impulsó a la sonda espacial hasta su destino la obtuvo de la Tierra y de Marte gracias a hábiles maniobras que le permitieron aprovecharse de estos planetas para recibir el empujón gravitatorio que la llevó a su destino. Por tres veces Rosetta recibió el impulso de la Tierra y una vez más el de Marte. Este juego de billar cósmico no fue en vano, en absoluto, entre idas y venidas, Rosetta tuvo encuentros memorables con dos asteroides. El 5 de septiembre de 2008 pasó por las cercanías del asteroide Steins, un cuerpo rocoso de 6,67 km en su lado más largo, que sorprendió a todos por su forma semejante a la de un diamante. El parecido con una piedra preciosa era remoto porque su superficie, lejos de ser tallada y lisa, estaba sembrada de cráteres, algunos de los cuales tenían dos kilómetros de diámetro. El segundo encuentro fue con el asteroide Lutetia, mucho más grande (132 × 101 × 76 km) que sorprendió también por los cráteres y por tener una superficie labrada con múltiples estrías. Después de aquellos encuentros, Rosetta se sumió en un profundo sueño cuando los responsables de la misión la ordenaron entrar en hibernación hasta el 20 de enero de 2014. Despertada con éxito, se fue acercando a su objetivo, el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. El 12 de noviembre, la misión alcanzó el climax cuando la sonda de descenso Philae, se separó de la nave nodriza y descendió hasta la superficie del cometa. No es fácil descender sobre un cuerpo en el que los 100 kg de masa de la sonda de descenso son atraídos por una gravedad tan débil que apenas le proporcionaba un peso de 10 gramos. Descendió, rebotó con la superficie y volvió a descender, así hasta tres veces, hasta que por fin se detuvo en un lugar en el que, para desesperación de los científicos, apenas recibe luz solar para cargar sus baterías. Después del envío de datos preciosos de su encuentro, la Philae ha entrado en estado de letargo, a la espera de que, a medida que el cometa se acerque al Sol, cambien las condiciones de iluminación y vuelva a despertar. Mientras tanto Rosetta sigue vigilante en la distancia, acompañando al cometa en su máximo acercamiento al Sol. La misión continúa y su inmediato futuro promete ser todavía más excitante. (2)

Machos infanticidas y evolución.

Acabamos las noticias científicas de esta semana relatando un estudio que también está relacionado con la violencia reproductiva, esta vez con la muerte por parte de machos adultos de recién nacidos y cachorros de su propia especie, es decir, el denominado infanticidio. En este caso, es aún controvertido si este comportamiento agresivo es ventajoso para los machos y tampoco son conocidas las razones de su evolución. ¿Por qué los machos de algunas especies de mamíferos cometen infanticidios y otros, no? En principio, la ventaja del infanticidio derivaría del hecho de que, liberadas de la necesidad de criar a los hijos de un macho anterior, las hembras volverían a ser sexualmente receptivas en un tiempo más corto, lo que permitiría la reproducción del macho infanticida con ella. En algunas especies, el infanticidio es tan común que es probablemente la primera causa de mortalidad infantil, por encima de la depredación o de las enfermedades. Curiosamente, el infanticidio ocurre principalmente en especies sociales, y la razón de este hecho tampoco es bien comprendida. (2)

Para avanzar en la comprensión de las causas del infanticidio, los investigadores Dieter Lukas y Elise Huchard, de las universidades de Cambridge y Montpellier, respectivamente, realizan un análisis comparativo de 260 especies de mamífero, 119 de las cuales comenten infanticidio y 141, no. Los investigadores intentan así averiguar qué factores pueden ser comunes a las especies infanticidas que no se encuentren presentes en las especies no infanticidas. Encuentran que el único factor común en las especies infanticidas es que las hembras se encuentran sexualmente receptivas constantemente, siempre que no se encuentren criando a sus hijos, periodo en el que no son receptivas sexualmente. Por consiguiente, parece que es en especies con esta particularidad fisiológica femenina en las que los machos adquieren una ventaja reproductiva si matan a la descendencia de un competidor y aceleran así la receptividad sexual de la hembra. De hecho, en el caso de especies con lactancias prolongadas el infanticidio es más frecuente. Asimismo, los investigadores encuentran que en este tipo de especies la reproducción está monopolizada por un reducido grupo de machos socialmente dominantes, los cuales lo son solo por un periodo breve, dada la intensa competición entre ellos. ¿Cómo se defienden las hembras de esta terrible agresión de los machos? Las hembras de las especies infanticidas son mucho más promiscuas sexualmente que las de las especies no infanticidas. De esta manera dificultan que los machos puedan concluir que los hijos de una hembra determinada no son los suyos, ya que probablemente también tuvo relaciones sexuales con ella, además de con otros machos. En otros casos, las hembras son también mucho más sociales entre ellas, formando grupos de colaboración y coaliciones que se oponen a los machos. Estos hallazgos, publicados en la revista Science, sugieren que el infanticidio es un comportamiento que se origina como consecuencia de la fisiología sexual y de la estructura social de las especies en las que existe alta competición entre los machos, y no es causa de estas, como se había propuesto anteriormente (3).

(1). Joseph T. Feldblum, et al. Current Biology 24, 1–6, December 1, 2014. http://dx.doi.org/10.1016/j.cub.2014.10.039

(2) Pioneering Philae completes main mission before hibernation

(3) The evolution of infanticide by males in mammalian societies, D. Lukas; E. Huchard, (2014). 14 NOVEMBER 2014 • VOL 346 ISSUE 6211, pp 841.


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