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Ciencia Fresca

La ciencia no deja de asombrarnos con nuevos descubrimientos insospechados cada semana. En el podcast Ciencia Fresca, Jorge Laborda Fernández y Ángel Rodríguez Lozano discuten con amenidad y, al mismo tiempo, con profundidad, las noticias científicas más interesantes de los últimos días en diversas áreas de la ciencia. Un podcast que habla de la ciencia más fresca con una buena dosis de frescura.

Meteoritos en tu tejado. Neonicotinoides en la miel. Rompecabezas de los neutrinos. Efecto nocebo.

Meteoritos en el tejado - Ciencia Fresca podcast - CienciaEs.com

Meteoritos en tu tejado.

Hace ocho años, Jon Larsen, un músico de jazz de Noruega y, ahora, investigador invitado en el Departamento de geociencias de la Universidad de Oslo, estaba sentado al aire libre, cuando sobre su mesa cayó una brillante mancha de polvo metálico. Jon no se limitó a limpiarla, todo lo contrario, examinó detenidamente los diminutos restos y se le ocurrió la idea de que tal vez tenían un origen extraterrestre.

Diariamente llegan a la Tierra más de 100 toneladas de material procedente del espacio exterior. Los más llamativos, los meteoritos de gran tamaño, son los menos abundantes. La mayor parte llega en forma de un polvo cósmico fino que a lo sumo deja en el cielo nocturno la huella de una estrella fugaz. Suelen ser partículas muy pequeñas que, al chocar con la atmósfera a velocidades de decenas de miles de kilómetros a la hora, se calientan hasta fundirse en pequeñas gotitas de magma incandescente. La fricción es tan grande que la mayoría se disgrega y desaparece, pero algunos de ellos resisten y, como su velocidad y temperatura disminuyen rápidamente, se solidifican de nuevo adquiriendo forma cuasi esférica hasta caer al suelo.

Larsen pensó que muchos de esos micrometeoritos, de tamaños inferiores a la décima de milímetro, deben caer sobre los tejados de las casas para después ser arrastrados por el agua de la lluvia. No era la primera vez que alguien pensaba así, de hecho, los micrometeoritos que caen en los tejados forman parte de las leyendas urbanas defendidas por algunos pero sin comprobación científica, así que decidió investigarlo.

Durante varios años recolectó material procedente de los tejados de varias zonas de Noruega e Italia. Los 300 kg de tierra recogidos, correspondientes a una superficie de 30.000 metros cuadrados de tejados, fueron examinados con un microscopio binocular para detectar aquellas partículas que tenían forma aproximadamente esférica, consistencia vítrea, color y brillo negro a gris metálico y con presencia de dendritas o protuberancias superficiales metálicas. Se sabe que esas son las características de los micrometeoritos recogidos en lugares mucho menos contaminados, como el hielo Ártico y Antártico.
Se hallaron un total de 300 micrometeoritos cuya composición y forma no dejaba lugar a dudas sobre su origen extraterrestre. El resultado quedó plasmado en un artículo publicado en la revista Geology y un libro en el que Larsen cuenta su odisea. La investigación ha permitido, no solo demostrar que es posible encontrar micrometeoritos en los tejados de nuestras casas, sino que su recolección aporta información nueva sobre las variaciones en la llegada del polvo cósmico a la Tierra.

Referencia:
Genge1, Larsen, Van Ginneken, and Suttle. An urban collection of modern-day large micrometeorites: Evidence for variations in the extraterrestrial dust flux through the Quaternary. The Geological Society of America.
Jon Larsen. In Search of Stardust – Amazing Micrometeorites and Their Terrestrial Imposters. Voyageur Press, 2017, ISBN-13: 978-0760352649, ISBN-10: 076035264X.

Estimación del contenido de neonicotinoides en las mieles del mundo.

En los últimos años, se ha ido acumulando evidencia que indica un claro declive de las poblaciones de insectos polinizadores. Los insecticidas del grupo de los neonicotinoides son los principales sospechosos de ser la razón de este declive. La presencia de estos plaguicidas es cada vez más frecuente en ambientes terrestres y acuáticos. Los neonicotinoides son absorbidos por las plantas y transportados a todos los órganos, incluyendo flores, por lo que contaminan el polen y el néctar, así como cualquier fluido producido por las plantas. Cada vez hay mayor preocupación por el impacto de estos pesticidas, no solo en los organismos no que no están destinados a sufrir sus efectos, entre los que se encuentras los insectos polinizadores, como las abejas melíferas o silvestres, pero también otras especies de invertebrados o vertebrados, incluido el ser humano.

Como consecuencia del incremento de la preocupación sobre el uso de estos insecticidas, algunos países, como Francia, han comenzado a prohibir su uso. Sin embargo, insecticidas eficaces son necesarios para controlar las plagas de insectos, sin lo cual la agricultura sería incapaz de alimentar a todos los seres humanos que hay sobre el planeta.

Por consiguiente, para tomar decisiones informadas sobre el empleo de estos insecticidas, es necesario contar con datos fiables sobre su distribución y extensión en el planeta, en particular acerca de su posible efecto sobre los insectos polinizadores de mayor importancia económica, como las abejas.

Investigadores de la Universidad de Neuchatel, en Suiza, publican en la revista Science un estudio en el que analizan los contenidos de neonicotinoides en la miel. El 75% de las muestras de miel recogidas en varias partes del mundo contiene al menos uno de los cinco neonicotinoides diferentes analizados y esto en concentraciones que pueden afectar a estos animales. Esto indica que, en efecto, estas sustancias son ingeridas por las abejas y acaban en la miel que producen. En el programa damos más detalles sobre este estudio y sus importantes conclusiones.

Referencia: E. A. D. Mitchell. A worldwide survey of neonicotinoids in honey. Science. 6 OCTOBER 2017 • VOL 358 ISSUE 6359 pp.109.

El rompecabezas de los neutrinos.

Los neutrinos son unas partículas diminutas, escurridizas, sin carga eléctrica y con una masa tan pequeña que pueden atravesar la Tierra entera limpiamente, sin chocar con nada. Su comportamiento y sus características son tan peculiares que llevan casi 90 años intrigando a los científicos. Fue el físico Wolfgang Pauli el primero en dar cuenta de su existencia al estudiar teóricamente el proceso mediante el cual un neutrón se descompone en un electrón y un protón. La ecuación indicaba la existencia de un sobrante de energía que, según Pauli, podía corresponder a una partícula nueva y desconocida hasta entonces. Posteriormente, el físico Enrico Fermi, le dio el nombre: neutrino.

Desde entonces, los neutrinos no han dejado de sorprender. Durante un tiempo las medidas de la cantidad de neutrinos que llegaban del Sol mantuvieron en jaque a la comunidad científica. Los detectores solo podían demostrar la presencia de un tercio de los neutrinos predichos por los cálculos teóricos. Una explicación al enigma de los neutrinos solares llegó al descubrirse que había tres tipos de neutrinos que intercambian su naturaleza entre sí, un fenómeno que se conoce como “oscilación de los neutrinos”.

Otro punto importante de conflicto fue su masa. Inicialmente se pensaba que los neutrinos eran partículas sin masa, como los fotones, pero, hace unos 15 años, experimentos en Canadá y Japón descubrieron que sí la tienen, aunque todavía se desconoce en qué medida. Tan sólo recientemente, en 2016, se ha logrado acotar su valor máximo que viene a ser de una mil millonésima parte menor que la de un átomo. Pero la presencia de masa plantea otros interrogantes, porque los neutrinos no parecen adquirir masa como lo hacen otras partículas.

Para investigar los comportamientos de los neutrinos está en marcha la construcción de un experimento de gran física, denominado Deep Neutrino Experiment (DUNE). Se trata de una gran instalación, cuyo presupuesto supera los 1.500 millones de dólares, que consta de un acelerador capaz de generar un haz de neutrinos, situado en el complejo Fermilab, en Batavia, Estados Unidos, y dos enormes detectores separados entre sí 1300 km. Los detectores están formados por enormes recipientes con 17.000 toneladas de argón líquido, uno de ellos en el origen del haz de neutrinos y otros cuatro en el Stanford Underground Research Facility en Dakota del Sur.

DUNE está programado para comenzar a operar en la década de 2020 y debe durar al menos 20 años. El proyecto involucra a 1.000 investigadores de 30 países y se convertirá el mayor experimento de neutrinos del planeta. Con él se pretende aumentar nuestros conocimientos sobre estas partículas diminutas que, tal vez, encierran las claves de una nueva física que explique enigmas como el origen de su masa y la naturaleza de la materia oscura del Universo.

Referencia:
Moscowitz. The Neutrino Puzzle. Scientific American. October 2017. https://www.scientificamerican.com/article/the-neutrino-puzzle/

El efecto nocebo está mediado por interacciones entre el cerebro y la médula espinal.

Como es conocido, la investigación médica ha revelado que la administración de píldoras sin principio activo alguno genera efectos positivos en muchos pacientes. Este efecto, que depende de las expectativas generadas sobre la eficacia del supuesto tratamiento recibido, se denomina efecto placebo.
La investigación también ha revelado la existencia del efecto opuesto, denominado efecto nocebo. Este efecto se reveló al comprobar que algunos pacientes participantes de ensayos clínicos los abandonaban porque decían que el tratamiento les hacía más mal que bien. Sin embargo, en algunos casos, los pacientes que decían esto no habían recibido el tratamiento, sino que formaban parte del grupo control que solo recibía placebo. Por tanto, los efectos negativos que decían sufrir eran solo producto de su imaginación.

Estos efectos positivos o adversos de un tratamiento sin principio activo son dependientes de la información que los pacientes reciben en el consentimiento informado, un documento que los pacientes deben firmar para autorizar la administración de los medicamentos, normalmente experimentales, y que contiene información básica sobre los efectos tanto positivos como negativos esperados de dicho tratamiento.

Los estudios sobre el efecto placebo han revelado que uno de los factores que lo potencia es la información sobre el precio del tratamiento. Los pacientes a quienes se dice que el tratamiento es muy caro experimentan efectos placebo más intensos que aquellos a quienes se dice que el tratamiento, aunque puede ser eficaz, es muy barato.

Los investigadores estudian ahora si la información sobre el precio de un tratamiento sin principio activo puede afectar a la intensidad del efecto nocebo. Además, estudian las regiones cerebrales que podrían ser las responsables de este efecto. En el programa damos los detalles de este interesante e imaginativo estudio.

Referencia:
A. Tinnermann et al. (2017). Interactions between brain and spinal cord mediate value effects in nocebo hyperalgesia. Science 6 OCTOBER 2017 • VOL 358 ISSUE 6359, pp 105.


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