La Naturaleza nos sorprende cada instante con multitud de fenómenos que despiertan nuestra curiosidad. La Ciencia Nuestra de Cada Día es un espacio en el que Ángel Rodríguez Lozano nos incita a mirar a nuestro alrededor y descubrir fenómenos cotidianos que tienen explicación a la luz de la ciencia.
El ambiente en el congelador del frigorífico es muy frío, lo normal es que la temperatura descienda hasta los 18 o 20ºC bajo cero, pero, además de frío, es muy seco.
La cantidad de humedad que puede contener el aire depende mucho de la temperatura, cuanto más frío hace, menos humedad contiene. Como dato, la Antártida, que es el lugar más frío del planeta, también es el lugar más seco, es un desierto helado, a pesar de que contiene el 80% del agua dulce de la Tierra.
El aire caliente, en cambio, puede contener mucha humedad, de hecho, esa es la causa por la que los congeladores de los frigoríficos van acumulando hielo en las paredes, porque, cada vez que lo abrimos, permitimos la entrada de aire caliente y cargado de humedad. Al enfriarse el aire, la humedad se deposita sobre las paredes creando una nueva capa de escarcha. Los frigoríficos no-frost evitan la formación de escarcha extrayendo el aire húmedo del interior y creando un ligero vacío.
Dicho esto, pasemos a responder a la pregunta de hoy. Se enfrentan, pues, dos ambientes totalmente diferentes. Por un lado, el de los cubitos de hielo y el recipiente que los contiene, que, como hemos dicho, se encuentran a una temperatura cercana a los 20ºC bajo cero y en un ambiente extremadamente seco. Por el otro, nuestra piel, que está caliente y cubierta por una pequeña cantidad de agua líquida y vapor producido por la sudoración.
Al tocar un cubito de hielo o el recipiente que los contiene, el agua y el vapor que envuelve a los dedos se congela instantáneamente. Se crea así una fina capa de hielo que queda adherida a ambos sitios: al cubito de hielo y a nuestra piel. Nuestros dedos se quedan pegados.
Si en ese momento despegamos los dedos, queda impresa la huella con sorprendente nitidez. Pero si no los despegamos, se produce un intercambio de calor con nuestro cuerpo, la temperatura de la superficie del cubito sube hasta los Oº C y el hielo que los une se derrite. Entonces en la superficie de contacto se crea una fina capa de agua líquida que es la culpable de que el hielo se torne escurridizo y resbale con facilidad.
En los lugares muy fríos, como la Antártida, hay que tener mucho cuidado con estas cosas porque, cuando la temperatura exterior baja mucho, el calor de la piel es incapaz de fundir la capa de contacto con el hielo y la persona se puede quedar pegada sufriendo serias heridas por congelación.
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