La mayor parte de los seres vivos que han poblado la Tierra han desaparecido para siempre. Quincenalmente, Germán Fernández Sánchez les ofrece en Zoo de Fósiles la posibilidad de conocer la vida de algunas de las más extraordinarias criaturas que vivieron en el pasado y que han llegado hasta nosotros a través de sus fósiles.
El periodo Pérmico, que comenzó hace unos 300 millones de años y terminó hace 250 millones de años, debe su nombre a los yacimientos de esa antigüedad que se encuentran en los alrededores de la ciudad rusa de Perm. Allí, cerca de la ciudad de Kotelnich, a orillas del río Viatka, se decubrió en 1990 el cráneo de un pequeño herbívoro, que fue bautizado con el nombre de Suminia. Suminia pertenece al grupo de los sinápsidos, los antepasados de los mamíferos, que en aquella época se habían diversificado en una gran variedad de carnívoros y herbívoros de todos los tamaños.
La cabeza de Suminia, parecida a la de un mono o un roedor, mostraba por primera vez unos dientes anchos y serrados que encajaban unos en otros, lo que le permitía masticar los alimentos y aprovechar con más eficacia los nutrientes de los vegetales. Del estudio del desgaste de los dientes de Suminia se deduce que se alimentaba de plantas duras y fibrosas, que resultaban imposibles de digerir para los otros herbívoros, con dientes más primitivos. Gracias al desarrollo de dientes masticadores como los de Suminia, los herbívoros terrestres prosperaron y llegaron a convertirse en un eslabón importante en la cadena alimenticia; hasta entonces, la fuente principal de alimento para los carnívoros terrestres eran los invertebrados y los animales acuáticos.
Recientemente se ha descubierto en la misma región del río Viatka un bloque de sedimento que contenía los esqueletos completos de una docena de ejemplares, jóvenes y adultos, de Suminia, con los que se ha podido estudiar en detalle la anatomía del animal. Se trataba de un reptil de medio metro de longitud, con cuello largo y grueso, cuerpo esbelto, patas largas, manos grandes y cola larga y musculosa. Comparando la estructura de las manos y los pies con la de otros fósiles emparentados, así como con diversas especies vivientes (camaleones, lagartos, iguanas, marsupiales, murciélagos, roedores, primates, etc), los paleontólogos han llegado a la conclusión de que Suminia era un animal arborícola, el primero del que tenemos noticia. La forma del cuerpo y de la cola apoyan esta interpretación. Probablemente, la cola era prensil, y le servía como una quinta mano.
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