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Zoo de fósiles

La mayor parte de los seres vivos que han poblado la Tierra han desaparecido para siempre. Mensualmente, Germán Fernández Sánchez les ofrece en Zoo de Fósiles la posibilidad de conocer la vida de algunas de las más extraordinarias criaturas que vivieron en el pasado y que han llegado hasta nosotros a través de sus fósiles.

Hanyusuchus, el gavial chino.

Hanyusuchus, el gavial chino. Zoo de Fósiles podcast - Ciencies.com

Hace menos de cuatrocientos años, en 1630, apareció en la costa este de la isla de Hainan, en el sur de China, un monstruo marino con cabeza de tigre y dos alas, que devoraba a la gente y al ganado. El gobernador ofreció sacrificios de vino y animales para apaciguarlo. Este relato, muy exagerado, se refiere seguramente a un cocodrilo, pero ¿hay cocodrilos en China? Hoy en día, el único cocodrilo que habita en China es el aligátor chino o aligátor del Yangtze (Alligator sinensis), que sobrevive en unos pocos ríos del este del país. Aunque antiguamente su área de distribución era mucho más amplia, es dificil identificar este cocodrilo tímido y dócil, que no pasa de dos metros de longitud, y que se alimenta fundamentalmente de peces y ranas, con el monstruo marino de Hainan. Incluso cuando se aventura en zonas habitadas, el aligátor jamás ataca al hombre; a lo más que puede llegar es a comerse una rata, un perro o una gallina. Pero existen documentos históricos que indican que en el pasado hubo en el sur de China, al menos en las provincias de Cantón y Fujian y en la región autónoma de Guangxi, además de en la isla de Hainan, cocodrilos más grandes y feroces, de más de seis metros de longitud. Estos cocodrilos se describen como animales rápidos, de color pardo amarillento, verde oscuro y blanco, con el hocico muy largo, que se alimentaban de peces, pero de vez en cuando comían ciervos, ganados y seres humanos, y llegaban a aventurarse en el interior de las casas. Cuando estaban llenos, flotaban en el agua como borrachos, y la gente aprovechaba para matarlos. De noche, hacían sonidos retumbantes. Las crías, de color amarillo y blanco, nacían en la arena, de huevos parecidos a los de los patos.

En el año 210, el general Bu Zhi fue nombrado gobernador de la remota provincia de Jiao, formada por las actuales Cantón y Guangxi y por la costa norte de Vietnam. Cuando llegó a Cantón encontró en la región monstruos marinos, tortugas de caparazón blando, aligátores y un tipo diferente de cocodrilo, al que los lugareños llamaban “e”. Pocos años después, el foso del castillo de la ciudad de Wuzhou, en el este de Guangxi, estaba poblado por cocodrilos, y había tigres en el exterior de las puertas. Los criminales eran arrojados a los tigres y los cocodrilos, y si sobrevivían, a los tres días se les dejaba en libertad. A principios del siglo IV, se contaba que en el sur de China, los cocodrilos sacaban la cabeza del agua y atacaban a los barcos; los tripulantes se defendían con sus hachas de guerra, armas parecidas a alabardas.

A principios del siglo VIII, el río Han y el curso bajo de su principal afluente, el Ting, entre las privincias de Fujian y Cantón, estaban habitados por cocodrilos. Han Yu, un poeta y funcionario chino por entonces desterrado en la ciudad de Chaozhou, en el delta del Han, sacrificó un cerdo y una cabra a los cocodrilos, y publicó una proclama en la que amenazaba con matarlos con flechas envenenadas si no escuchaban la advertencia y se quedaban en la región. De hecho, el nombre del río Han rinde homenaje a este funcionario, pacificador de la región; antes se llamaba “exi”, que significa “río feroz”. En 849, otro poeta y funcionario, Li Deyu, también desterrado en Chaozhou como consejero militar del prefecto, fue degradado a encargado del censo en la isla de Hainan. Al inicio de su viaje a la isla, en un lugar llamado “bajío de los cocodrilos”, el barco fue atacado por estos animales, y sus libros y dibujos cayeron al agua; dada la gran cantidad de cocodrilos presentes, no pudieron rescatarlos. En 999, en Fengshun, al norte de Chaozhou, un cocodrilo se comió a un niño de diez años llamado Zhang. Chen Yaozuo, otro funcionario degradado y desterrado al sur, envió un centenar de soldados dirigidos por un pescador experimentado; estos capturaron los cocodrilos con redes y los llevaron a la ciudad, donde fueron ejecutados en público por sus crímenes. La forma de ejecución de los cocodrilos era la decapitación, seguida de desecación. Se decía que entonces, si se le arrancaban los dientes, a los diez días volvían a salir, y esto podía ocurrir hasta tres veces. Aún en el siglo XV, Xia Yuanji, ministro del gobierno, ordenó que cientos de barcos arrojaran cal viva en un estanque del río Han que estaba plagado de cocodrilos.

Hasta ahora, se suponía que todas estas historias se referían al cocodrilo marino (Crocodylus porosus), y es posible que en algunas de ellas fuera así, pero el hocico del cocodrilo marino no es especialmente alargado, y además esta especie habita en aguas saladas y salobres, en marismas, deltas y estuarios, mientras que algunos de los documentos históricos se refieren a ciudades del interior: Chaozhou, por ejemplo, se encuentra a unos cincuenta kilómetros aguas arriba de la desembocadura del Han, y Wuzhou, en la cuenca del río de las Perlas, está a más de doscientos cincuenta kilómetros de su desembocadura.

La verdadera identidad de estos cocodrilos ha salido a la luz este año. El 9 de marzo de 2022, un grupo de científicos de China y Japón ha publicado la descripción de un nuevo género y especie de gavial, Hanyusuchus sinensis, a partir de seis especímenes descubiertos en varios yacimientos del área del delta del río de las Perlas entre 1963 y 1980, a los que no se había dado importancia hasta ahora, ya que en un principio se creyó que pertenecían a una especie moderna. Por el contrario, se trata de un descubrimiento cuya trascendencia va más allá de la zoología y la paleontología, y que puede arrojar luz también en el estudio de la cultura china antigua: estos cocodrilos tuvieron seguramente su influencia en la formación de mitos como los de los dragones chinos, que están muy relacionados con el agua, y no con el fuego como los dragones occidentales.

Hanyusuchus tiene características tanto del gavial (Gavialis gangeticus) como del falso gavial (Tomistoma schlegelii), los dos únicos representantes vivos de la familia de los gaviálidos. Los gaviálidos son cocodrilos semiacuáticos especializados en la captura de peces; para ello, su hocico es muy largo y estrecho, con decenas de dientes finos y puntiagudos, y sus dedos están palmeados. El gavial, que puede superar los seis metros de longitud, habita en el subcontinente indio, y se encuentra en peligro crítico de extinción; el falso gavial, de hasta cinco metros de largo, vive en el Sudeste Asiático; a diferencia del gavial, que se alimenta exclusivamente de animales acuáticos (peces, insectos, anfibios, crustáceos y tortugas), el falso gavial tiene una dieta más generalista; captura también aves acuáticas, reptiles y mamíferos, e incluso se han documentado casos de ataques a humanos.

Se calcula que Hanyusuchus medía hasta seis metros de longitud, tal como se describe en las historias. Su nombre significa “cocodrilo de Han Yu”, en honor del poeta y funcionario que lanzó la proclama contra los cocodrilos en el siglo VIII. El hocico de Hanyusuchus es estrecho y alargado, con 116 dientes. El cráneo mide noventa centímetros de largo y cuarenta de ancho. Como el del gavial, presenta un abombamiento en los huesos pterigoides, llamado bulla pterigoidea. Los huesos pterigoides forman la parte posterior del paladar en los reptiles y otros vertebrados; en los primates no existen como tales, están fusionados con el esfenoides. En el gavial, la bulla pterigoidea solo está presente en los machos maduros, que presentan además una excrecencia carnosa en el extremo del hocico llamada ghara porque su forma recuerda al recipiente de barro de ese nombre, típico de la India y Pakistán, que se usa para mantener fría el agua. Se supone que la ghara y la bulla pterigoidea le sirven al gavial para amplificar su llamada, un sonido silbante que puede oírse a 75 metros de distancia. Quizá en Hanyusuchus la bulla pterigoidea, que en su caso tiene una forma diferente, le ayudara para producir los sonidos retumbantes que, según los documentos históricos, emitía por la noche.

Todos los fósiles que se han datado proceden más o menos de la Edad del Bronce, hace entre tres mil y cinco mil años, pero algunos de ellos ya muestran señales de las hostilidades entre cocodrilos y humanos: uno presenta diecisiete marcas de corte, estrechas y profundas, la mayoría en el cráneo y una en la articulación con el cuello; y en otro ejemplar hay un corte en la cuarta vértebra cervical que indica que fue decapitado. La forma de los cortes es compatible con las hachas de guerra de bronce que se usaban en la época. No sabemos cuándo se extinguió Hanyusuchus, pero fueron seguramente la política gubernamental de exterminio y la destrucción de su hábitat debida a la extensión de la agricultura las causas de su desaparición.

(Germán Fernández, 25/05/2022)

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