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El Neutrino

El neutrino es una partícula esquiva, en apariencia insignificante, pero necesaria para explicar el mundo. Ni la radiactividad, ni el big bang, ni el Modelo Estandar de la física de partículas serían posibles sin él. Con El neutrino, un blog nacido en febrero de 2009, el físico y escritor Germán Fernández pretende acercar al lector, y ahora al oyente, al mundo de la ciencia a partir de cualquier pretexto, desde un paseo por el campo o una escena de una película, hasta una noticia o el aniversario de un investigador hace tiempo olvidado.

Una libélula viajera

Libélula viajera  - El Neutrino - Cienciaes.com

Pantala flavescens es una discreta libélula de tamaño medio, con la cabeza amarillenta o rojiza; el cuerpo, peludo, es de color entre amarillo y dorado, a veces pardo o aceitunado, recorrido por una línea oscura. Las alas suelen ser transparentes, con una pequeña mancha amarilla en el extremo del borde delantero, aunque las alas de los machos suelen ser más oscuras que las de las hembras; en algunos ejemplares las alas están completamente teñidas de un color amarillo, pardo o verdoso. Mide hasta 4,5 centímetros de lon­gitud y entre 7,2 y 8,4 centímetros de envergadura. Es la libélula más extendida del planeta; sólo está ausente en Europa, el norte de Asia y de África, la mayor parte de Canadá, el oeste de los Estados Unidos, el sur de Chile y Argentina, Tasmania, Nueva Zelanda y la Antártida. En las islas Canarias se la ha observado esporádicamente. Se la encuentra incluso en la isla de Pascua, donde se han observado ejemplares con las alas negras, y fue la primera libélula que colonizó el atolón Bikini des­pués de los ensayos nucleares que se rea­li­za­ron allí entre años 1946 y 1958.

Se trata de una especie migratoria que busca lu­ga­res húmedos; como todas las libélulas, necesita el agua dulce para reproducirse. Aunque no es muy exigente: Las larvas, de 2,5 centímetros de longitud y de color verde claro con manchas marrones, se desarrollan en un periodo de tiempo muy corto, entre 35 y 65 días, lo que les permite reproducirse en aguas temporales, o incluso en piscinas.

En la India y el sudeste asiático, Pantala flavescens se des­plaza con los monzones. En latitudes más al­tas, como en el sur de Australia y en la región de los Grandes Lagos entre Estados Unidos y Ca­na­dá, el clima es demasiado frío para invernar, y nue­vos migrantes tienen que colonizar cada año esas regiones. En la isla de Pascua, demasiado alejada de cualquier otra tierra, han renunciado a emigrar. Pantala flavescens es una voladora excelente: alcanza una ve­lo­ci­dad de 5 metros por segundo, y se la ha re­gis­tra­do hasta una altitud de 6.200 metros, en el Hi­ma­la­ya. Suele volar en grandes enjambres; en una ocasión se observó una nube de libélulas que cubría 34 kilómetros cuadrados.

Hace pocos años, el biólogo marino Charles Anderson descubrió que Pantala fla­vescens es el insecto que realiza la migración más lar­ga, doblando la distancia que recorren las ma­ri­po­sas monarca (Danaus plexippus) en América del Nor­te. Y además lo hace sobre mar abierto, desde la India, a través de las Maldivas, hasta África.

Todos los años, desde octubre hasta diciembre, mi­llones de libélulas llegan en oleadas a las islas Mal­divas, donde permanecen unos pocos días. Ca­si todas pertenecen a la especie Pantala fla­ves­cens, aunque hay también unas pocas de otras es­pe­cies. Las observaciones en la India, en las Mal­di­vas y en navíos en alta mar indican que las li­bé­lu­las se mueven de norte a sur, desde el sur de la In­dia hasta los atolones más meridionales de las Mal­divas. Meses más tarde, entre abril y junio, las li­bélulas realizan el recorrido inverso. Por sí mis­ma, esta migración ya es sorprendente: Las Maldivas se extienden entre 500 y 1.000 kilómetros al sur de la India y son islas coralinas desprovistas de agua dulce en superficie. Aparentemente, las libélulas, volando a una altitud de más de 1.000 metros, acompañan el mo­vimiento de la zona de convergencia in­ter­tro­pi­cal, un cinturón de bajas presiones que rodea la Tie­rra en la zona ecuatorial y que se mueve hacia el sur desde octubre hasta diciembre.

Pero el viaje no termina ahí. En no­viem­bre, las libélulas aparecen en el norte de las Sey­chelles, a 2.700 kilómetros de la India, y en di­ciem­bre llegan al atolón de Aldabra, 1.000 kiló­me­tros más al suroeste. Más tarde, las libélulas se pre­sentan en gran número en el este y el sur de Áfri­ca: en Tanzania y Mozambique entre di­ciem­bre y enero, y en Uganda entre marzo y abril, y des­pués en septiembre. La ruta y las fechas coin­ci­den con los vientos que acompañan a la zona de convergencia intertropical; esto sugiere que las li­bélulas se sirven de esos vientos para migrar des­de la India hasta el sur de África, en un viaje de ida y vuelta de más de 15.000 kilómetros, al tiem­po que aprovechan sucesivamente los mon­zo­nes de la India y las estaciones lluviosas de Áfri­ca para reproducirse. Pero no son los mismos in­dividuos los que realizan todo el viaje: al igual que ocurre con las mariposas monarca, hacen fal­ta cuatro generaciones para completar el re­co­rri­do.

Desgraciadamente para las libélulas, otros animales también se aprovechan de esos mismos vientos para sus migraciones. Entre ellos hay varias especies de aves in­sec­tí­voras, como cucos, chotacabras y halcones abe­je­ros; probablemente muchas de ellas se ali­men­ten de las libélulas durante su viaje. Sólo las libélulas más fuertes y más rápidas sobrevivirán.

OBRAS DE GERMÁN FERNÁNDEZ:

El expediente Karnak. Ed. Rubeo

El ahorcado y otros cuentos fantásticos. Ed. Rubeo


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