El quilo, con “q” es el líquido formado en el duodeno (intestino delgado) por bilis, jugo pancreático y lípidos emulsionados resultado de la digestión de los alimentos ingeridos. En el podcast Quilo de Ciencia, realizado por el profesor Jorge Laborda, intentamos “digerir” para el oyente los kilos de ciencia que se generan cada semana y que se publican en las revistas especializadas de mayor impacto científico. Los temas son, por consiguiente variados, pero esperamos que siempre resulten interesantes, amenos, y, en todo caso, nunca indigestos.
Se intenta reproducir en el ser humano la capacidad regenerativa de algunos anfibios
La investigación en medicina regenerativa, como es sabido, ha adquirido mucha relevancia últimamente. Muy probablemente, todos recordamos el reciente logro de la clonación de células madre embrionarias humanas a partir de células adultas, que promete la generación de células madre a voluntad para regenerar órganos o tejidos dañados. Se trata de la misma tecnología que permitió la clonación de la oveja Dolly, por transferencia de un núcleo de célula adulta a un óvulo, pero esta vez conseguida con células humanas.
Además de intentar la regeneración celular por estos medios, se están investigando otros, tal vez menos controvertidos desde el punto de vista de la ética dominante, que son igualmente muy prometedores. Se trata de intentar reproducir en el ser humano la capacidad que poseen determinados reptiles o anfibios de regenerar extremidades amputadas, lo cual sería, definitivamente, un logro espectacular.
Puede resultar sorprendente a muchos, y tal vez incluso injusto, que animales simples y casi sin inteligencia puedan crecer de nuevo una extremidad perdida, pero el ser humano, el más inteligente de la creación o de la evolución, según se considere, sea incapaz de hacer lo mismo. ¿Por qué?
Si desde el punto de vista del creacionismo cada cual podrá encontrar la explicación que más le satisfaga –aunque sea falsa–, desde el punto de vista científico, la explicación solo puede provenir del proceso evolutivo. Es obvio que si la amputación de una extremidad conduce a la muerte del animal de manera inexorable en unas horas, o en unos días, de nada sirve mantener los genes que harían posible la regeneración, la cual tardaría varias semanas. Los anfibios y reptiles no solo poseen la capacidad de la regeneración, sino también la de sobrevivir por un largo tiempo sin una de sus extremidades. Esto permite que resulte ventajoso, desde el punto de vista de la transmisión de los genes a las siguientes generaciones, mantener la capacidad genética de regenerarlas.
LA PUNTITA, NADA MÁS
Los mamíferos hemos perdido nuestra capacidad regenerativa a lo largo de la evolución. ¿Toda? ¡No! Algunos órganos internos, como el hígado, poseen una extraordinaria capacidad regenerativa, tal vez como resultado de la frecuente muerte de células hepáticas, encargadas de la detoxificación general del organismo. Menos conocido, probablemente, es que los mamíferos, incluido el ser humano, somos también capaces de regenerar la punta de los dedos de manos y pies si esta resulta amputada. Al parecer, no somos totalmente incapaces de regenerar extremidades, a pesar de que solo se trate de la punta de las mismas.
Que somos capaces de regenerar la punta de los dedos se conoce desde hace más de cuarenta años, pero esta regeneración solo sucede si la amputación se produce por debajo de la uña. Si la amputación se produce más arriba de la misma, es decir, el trozo de dedo amputado es mayor que la uña, la regeneración de la punta del dedo es imposible. ¿Por qué sucede esto?
Claramente la respuesta no se encuentra en que de ese modo no tenemos problema si al hacernos la manicura con una tijera de cortar huesos, –que alguien habrá que, creyéndose un Rambo o una Ramba, se la haga con ella– nos descuidamos un poco y nos cortamos las uñas algo más de la cuenta. La respuesta debe residir en las células madre que se encuentran localizadas en la zona del dedo cubierta de uña, las cuales son capaces de regenerarlo. ¿Qué son esas células? ¿Cómo se comportan? ¿Podrían ser manipuladas para regenerar algo más que las puntas de los dedos?
PINTADAS DE AZUL
La búsqueda y estudio de esas células madre ha sido el objetivo de un grupo de investigadores de la Facultad de Medicina de la universidad de Nueva York. Utilizando potentes técnicas genéticas, las cuales permiten que determinadas células adquieran color azul, los investigadores convierten en azules a las células madre localizadas bajo las uñas, lo que les permite seguirlas perfectamente al microscopio y examinar su división y el proceso regenerativo en ratones de laboratorio a los que, bajo anestesia, se les ha amputado la punta de un dedo.
Los investigadores comprueban que dichas células madre están involucradas en la regeneración continua de las uñas. Tras la amputación, sin embargo, las células madre se reproducen y maduran, secretando factores que estimulan el crecimiento de los nervios necesarios para restaurar también la sensibilidad del dedo. Además, se organizan en una estructura denominada blastema, muy similar a la que se encuentra en los anfibios y reptiles en proceso de regenerar una extremidad perdida.
Los investigadores descubren, igualmente, que la capacidad de regeneración de estas células madre depende de proteínas concretas que también actúan durante el desarrollo embrionario. Estas proteínas activan un programa genético de regeneración en las células madre, pero no en las demás. Es el conocimiento de estos factores y de los mecanismos moleculares que activan lo que más esperanzas proporciona sobre la posibilidad de manipularlos de manera controlada para inducir la regeneración de miembros amputados. Quizá en unas décadas esto se haya convertido en realidad.
OBRAS DE JORGE LABORDA.
Una Luna, una civilización. Por qué la Luna nos dice que estamos solos en el Universo
One Moon one civilization why the Moon tells us we are alone in the universe
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