El quilo, con “q” es el líquido formado en el duodeno (intestino delgado) por bilis, jugo pancreático y lípidos emulsionados resultado de la digestión de los alimentos ingeridos. En el podcast Quilo de Ciencia, realizado por el profesor Jorge Laborda, intentamos “digerir” para el oyente los kilos de ciencia que se generan cada semana y que se publican en las revistas especializadas de mayor impacto científico. Los temas son, por consiguiente variados, pero esperamos que siempre resulten interesantes, amenos, y, en todo caso, nunca indigestos.
Muchos científicos creen que la terapia más eficaz contra el cáncer todavía no ha sido desarrollada.
En mi opinión, el cáncer es la enfermedad o, más precisamente, el conjunto de enfermedades, cuya curación se ha abordado de más formas diferentes. Se han desarrollado numerosas terapias para los distintos tipos de cánceres, cuyo objetivo final es, obviamente, impedir el crecimiento incontrolado de las células cancerosas en el organismo. Estas terapias incluyen la cirugía, cuando es posible, la quimioterapia, la radioterapia y el empleo de anticuerpos contra diversas moléculas de las células cancerosas. Juntas, estas y otras estrategias terapéuticas que no enumero, están consiguiendo vencer al cáncer con cada vez mayor frecuencia.
Sin embargo, numerosos científicos creen que la terapia más eficaz contra el cáncer todavía no ha sido desarrollada, o incluso comprendida, adecuadamente. Se trata de la inmunoterapia, es decir, de ayudar a nuestro sistema inmune a que impida que las células tumorales se desarrollen en primer lugar y, si lo hacen, estimularlo para que acabe con ellas. No se trata aquí tanto de atacar a las células tumorales como de actuar sobre las células inmunitarias y ayudarlas.
El estudio de la inmunología tumoral durante las últimas décadas ha revelado hechos sorprendentes. Uno de los más relevantes es que para que un tumor se desarrolle debe ser capaz de evadir la acción del sistema inmune. En el fondo, las células del sistema inmune tratan a las células tumorales como si fueran una infección. Al igual que en las infecciones los microorganismos son detectados como extraños y se inducen mecanismos para eliminarlos, lo mismo sucede en el caso de las células tumorales. Y al igual que en algunas ocasiones, tal vez por tener bajas nuestras defensas, una bacteria o un virus puede generar una infección, en otras ocasiones las células tumorales que se han podido originar por diversas causas (mutaciones originadas por el sol, contaminantes, alcohol, tabaco, etc.) evaden la acción del sistema inmunitario y establecen un tumor que va creciendo y amenaza con acabar con nuestra vida.
Para que el sistema inmune reconozca a un microorganismo o a una célula como extraña necesita de la acción de células especializadas en lo que se denomina “la presentación de antígenos”. Podemos considerar un antígeno como una molécula propia de un microorganismo o de una célula tumoral, la cual siempre posee mutaciones. Sin embargo, los antígenos extraños no serán reconocidos como tales a menos que una célula especializada en la tarea de captarlos se los presente a los linfocitos T. Estos últimos, en especial los llamados linfocitos T citotóxicos, son los encargados de matar a las células “traidoras”, bien las tumorales, bien las que han sido “subvertidas” por un virus.
Células dendríticas
La presentación de antígenos extraños a los linfocitos T se lleva a cabo, entre otras, por unas células particulares denominadas células dendríticas, ya que en su superficie poseen muchas prolongaciones similares a las dendritas de las neuronas, aunque nada tienen que ver con ellas. La interacción de una célula dendrítica que ha captado un antígeno extraño con un linfocito T es fundamental para que este último se active y sea luego capaz de detectar el mismo antígeno extraño en otras células del organismo y matarlas.
En este sentido, se ha descubierto también que los linfocitos T citotóxicos infiltran los tumores y pueden llegar a matar a las células cancerosas y erradicar el tumor. Por desgracia, esto no sucede en todos los casos. En algunas –siempre demasiadas– desafortunadas ocasiones, a pesar de que los linfocitos T citotóxicos parecen atacar al tumor, no son capaces de detener su crecimiento. ¿Por qué sucede esto? ¿Por qué en algunos casos el sistema inmune vence al tumor, pero en otros, el tumor vence al sistema inmune?
Para intentar avanzar en la comprensión de este fenómeno, investigadores de la Universidad de San Francisco y del Instituto Curie de París deciden analizar el ambiente inmunológico de varios tumores tanto en ratones de laboratorio como en biopsias procedentes de tumores humanos. El ambiente inmunológico no es otra cosa que la cantidad y clase de células inmunes que están localizadas en el interior del tumor, infiltradas en el mismo.
Los investigadores descubren que dicho ambiente es fundamental para que el tumor evada o no al sistema inmunitario. En particular, realizan el sorprendente hallazgo de una nueva clase de célula dendrítica, por consiguiente, una célula presentadora de antígenos, que infiltra en elevados números los tumores que son rechazados, pero que está ausente, o se encuentra en cantidad insuficiente, en los tumores que evaden con éxito la acción del sistema inmune. Al parecer, la presencia de esta hasta ahora desconocida célula dendrítica en el tumor es necesaria para presentar antígenos tumorales y estimular de manera continuada a los linfocitos T citotóxicos, los encargados de matar a las células cancerosas. En ausencia de estas células dendríticas, los linfocitos T, aunque pueden infiltrar el tumor, no actúan con la necesaria contundencia para detenerlo. De hecho, los autores afirman que la abundancia de la nueva clase de célula dendrítica en un tumor permite predecir si este va a curarse o no.
Estos descubrimientos, publicados en la revista Cancer Cell, incitan ahora a investigar la forma de estimular la generación y la actividad de estas células dendríticas, de manera que nuestro sistema inmune sea más eficaz para la lucha antitumoral. Esperemos que pronto podamos disponer de novedosas herramientas terapéuticas contra el cáncer basadas en este nuevo conocimiento.
NUEVA OBRA DE JORGE LABORDA.
Se puede adquirir aquí:
Circunstancias encadenadas. Ed. Lulu
Circunstancias encadenadas. Amazon
Otras obras de Jorge Laborda
Una Luna, una civilización. Por qué la Luna nos dice que estamos solos en el Universo
One Moon one civilization why the Moon tells us we are alone in the universe
Apoya a CienciaEs haciéndote MECENAS con una donación periódica o puntual.
40,8 millones de audios servidos desde 2009
Agradecemos la donación de:
Angel Quelle Russo
“Vuestra labor de divulgación de la ciencia y en particular del apoyo a los científicos españoles me parece muy necesario e importante. Enhorabuena.”
Angel Rodríguez Díaz
“Seguid así”
Anónimo
Mauro Mas Pujo
Maria Tuixen Benet
“Nos encanta Hablando con Científicos y el Zoo de Fósiles. Gracias.”
Daniel Dominguez Morales
“Muchas gracias por su dedicación.”
Anónimo
Jorge Andres-Martin
Daniel Cesar Roman
“Mecenas”
José Manuel Illescas Villa
“Gracias por vuestra gran labor”
Ulrich Menzefrike
“Donación porque me gustan sus podcasts”
Francisco Ramos
Emilio Rubio Rigo
Vicente Manuel CerezaClemente
“Linfocito Tcd8”
Enrique González González
“Gracias por vuestro trabajo.”
Andreu Salva Pages
Emilio Pérez Mayuet
“Muchas gracias por vuestro trabajo”
Daniel Navarro Pons
“Por estos programas tan intersantes”
Luis Sánchez Marín
Jesús Royo Arpón
“Soy de letras, sigo reciclándome”