El quilo, con “q” es el líquido formado en el duodeno (intestino delgado) por bilis, jugo pancreático y lípidos emulsionados resultado de la digestión de los alimentos ingeridos. En el podcast Quilo de Ciencia, realizado por el profesor Jorge Laborda, intentamos “digerir” para el oyente los kilos de ciencia que se generan cada semana y que se publican en las revistas especializadas de mayor impacto científico. Los temas son, por consiguiente variados, pero esperamos que siempre resulten interesantes, amenos, y, en todo caso, nunca indigestos.
Algunos cánceres son mucho más frecuentes que otros
Casi a diario nos asombramos con un nuevo avance de la ciencia o de la tecnología que pone a nuestra disposición una inesperada posibilidad de hacer o crear, o una mayor comprensión sobre algún aspecto, en general, muy concreto de la realidad. Son raros, sin embargo, los estudios que ayudan a explicar fenómenos globales, y más raros aun los que ayudan a explicar hechos fundamentales para nuestra vida como, por ejemplo, qué probabilidad tengo yo de morir de cáncer si mi madre murió de esa enfermedad. El estudio que voy a intentar explicar aquí creo que nos ayudará a entender esta última cuestión: avatares de la vida y de la muerte.
Aunque mucho se conoce sobre las causas del cáncer, algunos hechos bien confirmados por repetidas observaciones seguían sin tener explicación. Uno de los más sobresalientes es por qué los distintos tipos de tumores aparecen con tan diferente proporción. Por ejemplo, un 6,9% de las personas sufrirá un cáncer de pulmón, un 0,6% lo sufrirá de cerebro, pero solo un 0,00072% lo sufrirá en el cartílago de la laringe. Algunos cánceres son mucho más frecuentes que otros.
Los científicos han atribuido estas diferencias generalmente a factores ambientales, al tabaco o a la exposición al sol, pero también se han dado cuenta de que eso no lo explica todo. Por ejemplo, mientras todo el tubo digestivo está expuesto a similares agresiones por las potenciales toxinas o carcinógenos que podemos ingerir con los alimentos, las distintas partes del intestino muestran una frecuencia de tumores muy diferente. Así, el cáncer de esófago solo se produce con una frecuencia de 0,51%; el de intestino delgado, de 0,20% y el de estómago, de 0,86%, pero el de colon sucede con una frecuencia de 4,82%.
Otros factores que se han considerado para dar razón a las distintas incidencias de los diversos tumores son los genéticos. En este caso, sin embargo, también nos encontramos con situaciones difíciles de explicar, como cuando mutaciones heredadas en los genes BRCA suelen resultar en cáncer de mama o de ovario, pero no de otros tipos. Igualmente, mutaciones heredadas en el gen denominado APC predisponen a tumores del colon o de intestino delgado, pero los tumores de colon son, de nuevo, mucho mas frecuentes. ¿Por qué? Tengamos en cuenta que las mutaciones heredadas se encuentran en todas las células de nuestro cuerpo, y no solo se producen en los tejidos que acaban por desarrollar tumores.
Inevitable azar
Una vez más, si las hipótesis que invocan factores ambientales y genéticos no pueden explicarlo todo en relación a la incidencia de los distintos tipos de cáncer, es necesario emplear el método científico y explorar nuevas ideas para intentar hallar la causa de lo que sucede. En todo caso, estas deben ser razonables, y estar basadas en el conocimiento que ya se posee sobre Biología y Medicina. Afortunadamente, a medida que el conocimiento avanza, es posible también elaborar nuevas hipótesis inspiradas por él.
Un conocimiento relativamente reciente es el descubrimiento de la existencia de células madre adultas de distintos órganos y tejidos y que estas células madre se dividen a distinta velocidad, según los casos, para sustituir a las células muertas y mantener así el equilibrio vital de cada órgano. Utilizando este conocimiento, los investigadores Cristian Tomassetti y Bert Vogelstein, de la Universidad John Hopkins, EE.UU., idean y analizan una nueva hipótesis que considera si la distinta frecuencia de tumores no estaría relacionada con la velocidad de división de las células madre en diferentes tejidos y órganos.
Es esta una hipótesis razonable, si consideramos que es también conocido que a cada división celular las mutaciones al azar en el ADN son inevitables. A más divisiones, más mutaciones se producirán y, en algunos casos, puede darse la mala suerte de que se produzca una mutación en un gen que acabe por conducir al desarrollo de un cáncer.
Los investigadores analizan los datos ya existentes en la literatura científica sobre el número de divisiones que sufren las células madre a lo largo de la vida en 31 órganos o tejidos diferentes y, mediante el empleo de avanzados métodos estadísticos, los comparan con los datos de la frecuencia de aparición de los diferentes tipos de tumores. Los resultados, publicados en el último número de la revista Science, revelan una fuerte asociación (coeficiente de correlación 0,81) entre el número de divisiones de las células madre y la frecuencia de tumores. En concreto, el número de tumores que pueden explicarse solo por el hecho de que las células madre se dividen y mutan al azar es aproximadamente el 65%, es decir, la gran mayoría.
Basados en estos datos, los investigadores se dan cuenta de que, desde el punto de vista estadístico, existen dos tipos de tumores: aquellos cuya frecuencia de aparición es predicha por el número de divisiones de las células madre, y aquellos cuya frecuencia es incluso superior a la predicha por la división de las células madre. Encuentran así que 22 tipos de tumores pueden atribuirse solo a la mala suerte sí solo a la mala suerte de sufrir mutaciones perniciosas que transforman a las células en tumorales. Los otros 9 tipos de tumores pueden atribuirse a la mala suerte aumentada por factores genéticos heredables, y ambientales.
La vida es una tómbola, tom tom tómbola, nos cantaba Marisol hace ya muchos años. En efecto, así parece ser la vida… y también el cáncer.
Obras de divulgación de Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen I. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen II. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen III. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen IV. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen V. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen VI. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen VII. Jorge Laborda
Circunstancias encadenadas. Ed. Lulu
Circunstancias encadenadas. Amazon
Una Luna, una civilización. Por qué la Luna nos dice que estamos solos en el Universo
One Moon one civilization why the Moon tells us we are alone in the universe
Apoya a CienciaEs haciéndote MECENAS con una donación periódica o puntual.
40,6 millones de audios servidos desde 2009
Agradecemos la donación de:
María D Walker
Mecenas
Juan Agustín Esteban Jiménez
Mecenas
Ramón Bernardo
Mecenas
Juan Pedro de Penolite
Mecenas
Juan José Señor López
“Buena Ciencia”
Mecenas
José Luis Montalbán Recio
Mecenas
Familia Herrero Martínez
Mecenas
Víctor Casterán Villacampa
“Apoyo a Cienciaes”
Mecenas
Juan Miguel Alcalá
“Bravo.”
Mecenas
*Jesús Rodríguez Onteniente.
“Dar gracias por su labor de divulgación científica.”
Mecenas
Dr. Ulrich Mencefricke
“Donación porque me gustan sus podcasts”
Mecenas
José Colon
Mecenas
David Webb
“¡Enhorabuena por una labor tan eficaz de divulgación!
Mecenas
David Bueno
“Mecenazgo”
Mecenas
José Luis Sánchez Lozano
“Contribución a vuestro trabajo”
Mecenas
ihortas
Nuevo mecenas
Ulises Gil
Nuevo Mecenas
Marco Arnez
Nuevo Mecenas
Familia Parra Armesto
“Gracias”
Nuevo Mecenas
Francisco Rosado
Mecenas
Vaughan Jackson
Mecenas
Vicente Guinea
Nuevo Mecenas
Juan Andrés García
Nuevo Mecenas
Angel Rodriguez Diaz
“BUEN TRABAJO. Tercer donativo que hago y seguro que no será el último. SEGUID ASÍ”
Mecenas
Enrique González
“Gracias por vuestro trabajo”
Mecenas
Javier Pozo Altillo
Nuevo Mecenas