El quilo, con “q” es el líquido formado en el duodeno (intestino delgado) por bilis, jugo pancreático y lípidos emulsionados resultado de la digestión de los alimentos ingeridos. En el podcast Quilo de Ciencia, realizado por el profesor Jorge Laborda, intentamos “digerir” para el oyente los kilos de ciencia que se generan cada semana y que se publican en las revistas especializadas de mayor impacto científico. Los temas son, por consiguiente variados, pero esperamos que siempre resulten interesantes, amenos, y, en todo caso, nunca indigestos.
En 2015, alrededor de 600 millones de adultos y 100 millones de niños eran obesos, y otros tantos millones o más estaban afectados de sobrepeso. La obesidad conduce a un aumento de tejido adiposo blanco, un tejido formado en su mayor parte por un tipo particular de adipocito, la célula almacenadora de grasa por excelencia.
Existen también los adipocitos marrones. En lugar de acumular grasas, estos adipocitos están especializados en quemarlas para generar calor. La función de estos adipocitos es crítica tras el nacimiento, momento en el que salimos a un mundo exterior mucho más frio, en todos los sentidos, que el vientre de nuestra madre. Sin la generación de calor por el tejido adiposo marrón, en el que se acumulan estos adipocitos, moriríamos al nacer.
Hace unos años, se descubrió la existencia de los adipocitos beis (o beige). Estos adipocitos se encuentran en el interior del tejido adiposo blanco y se originan en el mismo a partir de los blancos en respuesta a diversas circunstancias del entorno, como por ejemplo el frio.
Si pudiéramos inducir por algún medio la transformación de adipocitos blancos en beis sería una manera de luchar contra la obesidad. Y bien, la ciencia ha revelado que esta transformación puede inducirse mediante un fármaco que actúa sobre unas proteínas receptoras con las que llevamos trabajando varios años en la Facultad de Medicina de Albacete, desde donde hemos contribuido a aumentar la comprensión de su funcionamiento en el tejido adiposo y en otras células. Se trata de los receptores NOTCH. El fármaco en cuestión, llamado dibenzacepina, inhibe la actividad de estos receptores.
Un grave problema es que los receptores NOTCH no se encuentran solo en el tejido adiposo y su correcto funcionamiento es fundamental para muchos otros tejidos y órganos. No se puede administrar este fármaco de forma indiscriminada, o puede resultar muy tóxico. Su administración debe hacerse de forma controlada.
Investigadores de la Universidad de Purdue, en Indiana, USA, consiguen este objetivo mediante el empleo de nanopartículas que son capaces de englobar el fármaco en su interior. Cargadas con dibenzacepina e inyectadas en el tejido adiposo blanco de ratones obesos, las partículas fueron captadas por los adipocitos blancos, el fármaco fue liberado en su interior, los receptores NOTCH fueron inhibidos, y los adipocitos blancos se convirtieron en beis. Como resultado, los ratones mejoraron los síntomas de su obesidad, perdieron peso y disminuyeron los niveles de glucosa en sangre.
Más información en el Blog de Jorge Laborda: Nanopartículas antiobesidad
Referencia: Jiang et al., Dibenzazepine-Loaded Nanoparticles Induce Local Browning of White Adipose Tissue to Counteract Obesity, Molecular Therapy (2017), http://dx.doi.org/10.1016/j.ymthe.2017.05.020
Obras de divulgación de Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen I. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen II. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen III. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen IV. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen V. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen VI. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen VII. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen VIII. Jorge Laborda
Circunstancias encadenadas. Ed. Lulu
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Una Luna, una civilización. Por qué la Luna nos dice que estamos solos en el Universo
One Moon one civilization why the Moon tells us we are alone in the universe
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