El quilo, con “q” es el líquido formado en el duodeno (intestino delgado) por bilis, jugo pancreático y lípidos emulsionados resultado de la digestión de los alimentos ingeridos. En el podcast Quilo de Ciencia, realizado por el profesor Jorge Laborda, intentamos “digerir” para el oyente los kilos de ciencia que se generan cada semana y que se publican en las revistas especializadas de mayor impacto científico. Los temas son, por consiguiente variados, pero esperamos que siempre resulten interesantes, amenos, y, en todo caso, nunca indigestos.
El mundo nunca ha estado tan cansado y falto de sueño como hoy.
¿Es esto cierto? ¿Ha cambiado el patrón de sueño del ser humano en los tiempos modernos? Una manera de averiguarlo es estudiar el tiempo que duermen otros primates evolutivamente relacionados con nosotros y, a partir de esos datos y de otros parámetros fisiológicos, intentar predecir cuántas horas necesitaríamos dormir los humanos y compararlas con las horas que dormimos en realidad. Este ha sido uno de los trabajos dirigidos por el Dr. David Samson, de la Universidad de Toronto.
Los primates duermen entre 9 y 16 horas al día, dependiendo de una diversidad de factores. De acuerdo a estos datos, y mediante la utilización de un modelo evolutivo, el Dr. Samson predice que, si los humanos no hubiéramos evolucionado de manera diferente a la de otros simios, deberíamos dormir más de diez horas cada noche. Sin embargo, los humanos dormimos solo unas siete horas de media. ¡Maldita evolución!
¿Cuándo sucedió este cambio en nuestra evolución? Los científicos creen que sucedió cuando nuestros ancestros descendieron de los árboles y se adentraron en las sabanas africanas, conquistando la tierra firme y domesticando el uso del fuego.
Sin embargo, la seguridad nunca es completa. Si los miembros de una familia o un clan duermen profundamente todos al mismo tiempo, sus miembros pueden ser vulnerables al ataque de cualquier predador. Por consiguiente, la mayor profundidad del sueño tuvo que ser compensada de alguna forma. Esta idea dio lugar a la hipótesis del centinela: algunos miembros de la tribu o del clan deberían tomar turnos para vigilar y dar la alarma si fuera necesario. Hoy, claro está, la vida moderna habría hecho innecesarios a los centinelas.
El Dr. Samson tuvo la idea de analizar el patrón de sueño de una tribu muy primitiva que, no obstante, no es seguidora de ningún equipo de fútbol: la tribu de los Hadza, un pueblo del norte de Tanzania. El modo de vida de esta gente sigue el patrón de los cazadores-recolectores, es decir, no se dedican ni a la agricultura ni a la ganadería. Es, por consiguiente, un modo de vida ancestral. Los Hadza viven en grupos de 20 o 30 personas. Durante el día, hombres y mujeres se separan, los unos para cazar, las otras para recolectar. Durante la noche, sin embargo, todos se reúnen para dormir, lo que hacen dentro de cabañas de paja y ramas.
Lo primero que quedó patente tras observar cómo dormían los Hadza fue que no tenían centinela alguno, a pesar de los peligros de la noche.
El investigador decidió analizar el sueño de los Hadza con la tecnología moderna. Los datos recogidos indicaron que, de las más de 220 horas de observación durante esos 20 días, todos los miembros del clan estuvieron dormidos al mismo tiempo solo durante 18 minutos. Rara era la persona que dormía toda la noche de un tirón.
Además, el patrón de sueño variaba con la edad. Mientras los más mayores se acostaban temprano y se despertaban al amanecer o poco más tarde, los más jóvenes se acostaban más tarde y se despertaban igualmente bien salido el sol. Esta diferencia de patrón de sueño permitía que prácticamente en cada momento de la noche alguien estuviera despierto por si era necesario dar la alarma. Además, echarse una cabezadita en algún momento del día era también lo más natural para esas personas.
Más información en el Blog de Jorge Laborda: Sueño y evolución humana.
Referencia: David R. Samson et al (2017). Chronotype variation drives night-time sentinel-like behaviour in hunter–gatherers. http://rspb.royalsocietypublishing.org/content/284/1858/20170967
Obras de divulgación de Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen I. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen II. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen III. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen IV. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen V. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen VI. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen VII. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen VIII. Jorge Laborda
Circunstancias encadenadas. Ed. Lulu
Circunstancias encadenadas. Amazon
Una Luna, una civilización. Por qué la Luna nos dice que estamos solos en el Universo
One Moon one civilization why the Moon tells us we are alone in the universe
Apoya a CienciaEs haciéndote MECENAS con una donación periódica o puntual.
40,8 millones de audios servidos desde 2009
Agradecemos la donación de:
José V González F
“A nombre de mi hijo León Emiliano hacemos esta pequeña aportación. Escuchar ciencia juntos nos hace muy felices. Gracias.”
Mecenas
Héctor Vaquero Benito
Mecenas
Carlos Garcia Gutierrez
“Gracias por su gran labor divulgativa”
Mecenas
Francisco Sicilia Espuny
Mecenas
Jesús Mª Perez Carranza
Mecenas
Mario Castiñeira Garcia
Mecenas
Jurgen Goicoechea
“Entretiene y siempre se aprende.”
Mecenas
Urko Iturbe
Mecenas
Labea
Nuevo Mecenas a través de Patreon
Julia Dolores Martínez Vilela
“Gracias por entretener”
Mecenas
Frida Palacios García
Mecenas
Vicente Manuel Cereza
“Linfocito T CD8 citotóxico”
Mecenas
Anónimo
Mecenas
Jesús Antón Cayuela
Mecenas
Ernesto Mauricio Deluquez.
Mecenas
Luis Miguel Muñoz Gallo
Mecenas
Marlene Musiol.
Mecenas
Rogelio Cueva
“Saludos desde Mexico y felicidades por difundir la ciencia de una manera interesante y clara.”
Mecenas
Daniel Ocana
Mecenas
Terrence Rooney
Mecenas
Aser Sanchez Huerga
Mecenas
María D Walker
Mecenas
Juan Agustín Esteban Jiménez
Mecenas