El quilo, con “q” es el líquido formado en el duodeno (intestino delgado) por bilis, jugo pancreático y lípidos emulsionados resultado de la digestión de los alimentos ingeridos. En el podcast Quilo de Ciencia, realizado por el profesor Jorge Laborda, intentamos “digerir” para el oyente los kilos de ciencia que se generan cada semana y que se publican en las revistas especializadas de mayor impacto científico. Los temas son, por consiguiente variados, pero esperamos que siempre resulten interesantes, amenos, y, en todo caso, nunca indigestos.
¿Qué molécula confiere al aire el olor a tierra mojada tan particular tras una tormenta o un chaparrón? Las gotas de lluvia al caer forman pequeñas burbujas que al explotar generan aerosoles, minúsculas gotitas que al flotar en el aire transportan con ellas un olor carácterístico. El olor a tierra mojada se debe a una sola molécula llamada geosmina, palabra derivada del griego que significa aroma (smina) a tierra (geo). El sufijo “smin” o “min” también aparece en otros nombres olorosos, como el jazmín.
La geosmina es una molécula volátil, es decir, que se evapora y pasa con facilidad al aire. Es producida por varias especies de bacterias del suelo, e impregna la tierra y los restos orgánicos. Las gotas de lluvia, al formar aerosoles, favorecen su paso al aire y, de este modo, la geosmina es un indicador de lluvia reciente.
La abundancia de la geosmina en el suelo y su volatilidad la convirtieron en una molécula muy ventajosa para la supervivencia de algunas especies, en particular para las que habitan regiones donde el agua es escasa. Acudir rápidamente donde esta haya podido caer puede ser cuestión de vida o muerte para algunos animales. Así, camellos, dromedarios y otros animales del desierto poseen un sentido del olfato extraordinariamente sensible a esta sustancia. Estos animales pueden detectar concentraciones de geosmina en el aire de menos de una parte por billón, es decir, una molécula de geosmina mezclada con más de un billón de moléculas de aire. Esta capacidad ha podido resultar determinante para la supervivencia de estos animales, al permitirles encontrar agua con rapidez.
La geosmina, sin embargo, es una molécula molesta, porque confiere un olor a tierra a determinados alimentos. A veces, las bacterias que la producen pueden crecer en las uvas y conferir con ello un olor terroso al vino. Algunas hortalizas, como el rábano, pueden producir esta molécula, y las bacterias del suelo pueden también estar presentes en lechugas y otros componentes de una buena ensalada, lo que no proporciona un buen sabor a estos productos. Afortunadamente, un ácido suave es capaz de destruir a esta molécula y eliminar así su olor.
Las bacterias productoras de geosmina contienen un gen dedicado a su producción. El gen, además, produce un enzima capaz de catalizar no una, sino dos reacciones bioquímicas al mismo tiempo, las cuales son ambas necesarias para la síntesis de la geosmina.
Cuando la evolución ha generado y mantenido un gen para producir una sustancia, probablemente es porque esa sustancia es importante para el organismo que la produce. No obstante, no es conocido aún cuál es la función de la geosmina en el mundo bacteriano.
Una de las más probables es que la geosmina sea una sustancia bactericida, es decir, una sustancia que unas bacterias son capaces de producir para defenderse de otras, matándolas. En efecto, los escasísimos estudios realizados indican que esta sustancia es capaz de matar a ciertas especies de bacterias. Sorprendentemente, se ha descubierto también que al menos tres especies de bacterias son capaces de colaborar entre sí para destruir esta sustancia. Son datos que apuntan a una guerra entre bacterias en la que la geosmina juega el papel de un arma importante.
Referencias:
https://www.heraldo.es/noticias/suplementos/tercer-milenio/divulgacion/2018/02/13/reto-quimico-una-moleculica-evocadora-1224472-2121028.html.
Ozaki K et al. Lysis of cyanobacteria with volatile organic compounds. Chemosphere. 2008 Apr;71(8):1531-8. doi: 10.1016/j.chemosphere.2007.11.052. Epub 2008 Jan 7
Más información en el Blog de Jorge Laborda.
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