Hoy, explorando los temas que hace casi veinte años trataba de divulgar, me he encontrado con uno de mis temas científicos favoritos: los genes y su influencia en el comportamiento. Para mí este es un tema capital que intenta responder desde el análisis, la observación y la lógica científica a la pregunta ¿qué es un ser humano? No sé si a ti también, sospecho que sí, pero a mí, durante mi educación temprana, me transmitieron una idea del ser humano que, como descubrí más tarde, no está basada en esas premisas. Me aseguraron que el ser humano está compuesto de cuerpo y alma y que en ella reside la inteligencia, cuando la hay, y la voluntad. La voluntad y, en definitiva, el comportamiento humano que depende de esa voluntad estaría pues desligado del cuerpo y dependería solo del alma. Por esa razón, se supone que somos libres y, por consiguiente, se nos puede demandar responsabilidad por nuestros actos. En esta idea del ser humano se sigue basando, en mi opinión, todo el ordenamiento social que gozamos y sufrimos. Como creo que pensareis conmigo, el tema tiene bastante enjundia, porque basar cosas tan importantes sobre ideas cuya veracidad no ha sido contrastada no deja de ser algo chocante en los tiempos que corren.

Las enseñanzas que recibí durante la infancia, como en tantas y tantas otras ocasiones, entraron en colisión directa con lo que la ciencia iba desvelando sobre la naturaleza, incluida la nuestra propia. En particular, el descubrimiento de que mutaciones en ciertos genes podían afectar a nada menos que al control del comportamiento agresivo, uno de los comportamientos más perseguidos y penalizados a lo largo de la historia, y también uno de los comportamientos más necesarios para la supervivencia de tantas especies, incluida el Homo sapiens, socavó los cimientos de las creencias que intentaron implantarme sobre mi propia naturaleza. Por esta razón, el asunto de la influencia de los genes en el comportamiento humano fue uno de los primeros temas que abordé.

Aquí podéis leer el artículo publicado en febrero de 2002.

¿Qué podemos decir hoy sobre la influencia de los genes en el comportamiento, en particular en el comportamiento agresivo?

Lo primero que podemos decir es que los estudios que se han producido en estas dos décadas han dejado claro que existen numerosas variantes de genes que afectan al comportamiento agresivo, y también al comportamiento suicida, que no deja de ser una agresión contra uno mismo. Sin embargo, no existe un único gen de la agresión. ¿Cuáles son los genes más importantes? Aquellos que fabrican proteínas relacionadas con la gestión de neurotransmisores, las moléculas necesarias para poner en comunicación a las neuronas entre sí. Entre estos genes se encuentran los que fabrican enzimas necesarios para su producción, para su degradación y eliminación, y para su transporte en las sinapsis.

Los estudios también han demostrado que los genes no actúan solos sino en combinación no solo con el ambiente, sino también con otros genes. Obviamente, un ambiente agresivo y estresante, demasiado competitivo quizá, puede exacerbar un comportamiento agresivo en animales y personas. Sin embargo, en un mismo ambiente determinadas variantes de genes no siempre resultan en comportamientos agresivos en animales. Por ejemplo, los ratones sin el gen NOS que eran tan agresivos eran de una estirpe determinada. Al quitarles el gen a ratones de otra estirpe, podríamos decir de otro bagaje genético, estos siguieron comportándose de manera normal y civilizada para un ratón. Eso quiere decir que determinadas mutaciones podrán afectar al comportamiento dependiendo de qué otras variantes de genes las acompañen y también dependiendo del ambiente en el que los organismos vivan.

Sin embargo, esto no modifica en absoluto el fondo del asunto. Y este no es otro que, nos guste o no, nuestro comportamiento, por lo que la ciencia va desvelando, depende de nuestros genes. No hace falta decir que no hemos podido elegir las variantes de genes que nos han tocado en suerte. Tampoco podemos controlar el ambiente en el que nos toca vivir, en su gran mayoría, y que afecta a cómo los genes actúan. Dejo que saques las conclusiones que creas adecuadas por ti mismo.

Para despedirme, si te apetece leer algo más sobre este tema, te recomiendo el libro que escribí sobre este. Se trata de una novela titulada Circunstancias encadenadas que cuenta la historia de un asesino y violador atrapado por sus genes y que intenta escapar de ellos. No está escrito con un lenguaje tan magnífico como el de Vargas Llosa, o el de García Márquez, pero lo importante del lenguaje no es solo su belleza, sino también las ideas que intenta comunicar.

(Jorge Laborda 11/10/2021)

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