El quilo, con “q” es el líquido formado en el duodeno (intestino delgado) por bilis, jugo pancreático y lípidos emulsionados resultado de la digestión de los alimentos ingeridos. En el podcast Quilo de Ciencia, realizado por el profesor Jorge Laborda, intentamos “digerir” para el oyente los kilos de ciencia que se generan cada semana y que se publican en las revistas especializadas de mayor impacto científico. Los temas son, por consiguiente variados, pero esperamos que siempre resulten interesantes, amenos, y, en todo caso, nunca indigestos.
Esta semana nos vamos a adentrar por un tema apocalíptico: el fin de la vida sobre la Tierra. ¿Cuántos años de vida le quedan a la vida sobre nuestro planeta? Aunque parezca mentira, desde hace ya muchos años, la ciencia también se ha ocupado de analizar este asunto de manera racional, y por supuesto, científica, basándose en los conocimientos adquiridos sobre la Tierra y sobre otros planetas del Sistema Solar. En este caso, la ciencia se proyecta no hasta el principio del pasado, sino hasta el final del futuro. Lo que nos cuenta, es, por supuesto, como digo, apocalíptico, pero afortunadamente, el apocalipsis está aún muy, muy lejos.
En abril de 2002, tras la Semana Santa de ese año, un periodo de muerte y resurrección para los cristianos, hablaba por primera vez de este tema. Veamos lo que la ciencia nos decía por aquel entonces y lo que las nuevas investigaciones indican.
Así estaba el fin del mundo hace veinte años. ¿Ha mejorado algo la situación hoy? Me temo que no y que el futuro es tan negro como antes, si no más.
Además de las posibles causas de extinción de la vida sobre la Tierra descritas antes, hay aún al menos otras dos que podrían causarla. Estas son la pérdida del oxígeno atmosférico y un estallido de rayos gamma que se produjera suficientemente cerca de nuestro planeta. Analicemos qué sucedería en uno u otro caso.
La muerte por desoxigenación no es solo cuestión de predicciones, sino que sucedió en el pasado, aunque no en una extensión suficiente como para acabar con toda la vida. Hablo de la causa de la extinción sucedida hace aproximadamente entre 440 y 450 millones de años, la llamada extinción del Ordovícico–Silúrico. Esta es la segunda extinción masiva más importante de las sucedidas, que acabó con el 85% de las especies marinas, solo superada por la extinción masiva del Pérmico-Triásico, sucedida hace unos 250 millones de años, de la que aún no se conoce con precisión la causa.
La causa de la extinción del Ordovícico-Silúrico es una disminución de la cantidad de oxígeno de la atmósfera. Sin embargo, todavía se debate cuál fue la causa o causas de esta disminución, lo que en realidad supone que como en el caso de la extinción del Pérmico, la verdadera causa sigue sin conocerse. No obstante, las medidas realizadas en los estratos correspondiente a esa época no dejan lugar a la duda sobre la disminución del oxígeno atmosférico en el Ordovícico. Si algo así sucede de nuevo, bien podría llegar a causar la extinción de la nuestra y otras especies animales.
¿Podría volver a suceder algo así? Según un artículo publicado en Nature Geoscience en marzo de 2021, la desoxigenación total de la atmósfera va a suceder incluso antes que el escenario predicho para la pérdida del CO2. Los autores del estudio encuentran que la desoxigenación será causada por los cambios en el flujo solar, aunque para cuando eso suceda, posiblemente la especie humana ya se haya extinguido por otras causas.
Hablemos ahora de las explosiones de rayos gamma. Son estas misteriosas explosiones que liberan una enorme cantidad de energía en forma de rayos gamma. Son las segundas explosiones más energéticas del universo después del Big Bang. Recordemos que los rayos gamma son similares a los rayos X, aunque aún mas energéticos que estos. Esta radiación puede romper el ADN y dañar a las células de forma irreparable, pero lo más importante es que solo una explosión de rayos gamma de diez segundos podría eliminar la mitad de la capa de ozono de la Tierra, dejando paso libre a los rayos ultravioleta del Sol, que contribuirían a la extinción. Además, los rayos gamma causarían la combinación de oxígeno y nitrógeno en óxidos de nitrógeno, o que causaría serios problemas para la vida. Por ello, una explosión de rayos gamma cercana podría llegar a esterilizar a toda al Tierra. Afortunadamente, por el momento, esas súper energéticas explosiones, causadas por el colapso de estrellas súper masivas llamadas hipernovas, diez veces más energéticas que las supernovas, solo se han detectado en otras galaxias, no en la nuestra. Esto sugiere que las explosiones de rayos gamma pueden ser eventos más propios del universo temprano, que han dejado de producirse en nuestro vecindario galáctico, siempre más moderno que el vecindario de otras galaxias, debido a los límites impuestos por la velocidad de la luz. Sin duda, debido a su gran masa, la vida de las estrellas hipernovas es muy corta, porque consumen muy rápidamente su combustible nuclear, lo que les conduce a su colapso y a una gran explosión.
¿Y qué sabemos hoy sobre la muerte por colisión de asteroides? Aunque un asteroide como el que acabó con los dinosaurios acabaría también con nosotros, acabar con toda la vida sobre el planeta necesitaría de la colisión con un asteroide mucho mayor. Según un artículo aparecido en Nature en 2017, las simulaciones actuales por ordenador, mucho más poderosas que las que podían hacerse hace 20 años, indican que solo asteroides de la talla de los que tienen nombre, como Palas y Vesta, serían capaces de extinguir la vida sobre el planeta. Esto es así porque para que la extinción suceda, la energía de la colisión debería ser tan enorme como para hacer hervir todos los océanos y desencadenar un proceso similar al que hemos descrito antes. Tanto Palas como Vesta poseen un diámetro superior a los quinientos km. La dimensión del asteroide que causó la extinción de los dinosaurios era solo de alrededor de diez kilómetros de diámetro. Así, los datos anteriores indican que, en la actualidad, es extremadamente improbable que se produzca una colisión de las proporciones necesarias para extinguir toda la vida sobre el planeta. No obstante, las estimaciones actuales indican que colisiones como la que acabó con los dinosaurios suceden de media cada cien millones de años Así que démonos prisa por vivir este año a tope, que solo nos quedan treinta y cuatro millones de años desde la última colisión.
Enlace de interés:
https://www.nature.com/articles/s41561-021-00693-5
https://www.nature.com/articles/s41598-017-05796-x
https://astronomy.com/news/2021/05/how-will-life-on-earth-end
(Jorge Laborda 07/01/2022)
Obras de Jorge Laborda.
Tus defensas frente al coronavirus
Tus defensas frente al coronavirus
Inmunología desinflamada: Una introducción al sistema inmunitario y sus patologías
Inmunología desinflamada: Una introducción al sistema inmunitario y sus patologías
Inmunología desinflamada: Una introducción al sistema inmunitario y sus patologías
Quilo de Ciencia Volumen XII eBook
Quilo de Ciencia Volumen XII Papel
Quilo de Ciencia Volumen I. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen II. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen III. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen IV. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen V. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen VI. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen VII. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen VIII. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen IX. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen X. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen XI. Jorge Laborda
Circunstancias encadenadas. Ed. Lulu
Circunstancias encadenadas. Amazon
Una Luna, una civilización. Por qué la Luna nos dice que estamos solos en el Universo
Una Luna, una civilización. Por qué la Luna nos dice que estamos solos en el UniversoOne Moon one civilization why the Moon tells us we are alone in the universe
Las mil y una bases del ADN y otras historias científicas
Apoya a CienciaEs haciéndote MECENAS con una donación periódica o puntual.
40,8 millones de audios servidos desde 2009
Agradecemos la donación de:
Angel Quelle Russo
“Vuestra labor de divulgación de la ciencia y en particular del apoyo a los científicos españoles me parece muy necesario e importante. Enhorabuena.”
Angel Rodríguez Díaz
“Seguid así”
Anónimo
Mauro Mas Pujo
Maria Tuixen Benet
“Nos encanta Hablando con Científicos y el Zoo de Fósiles. Gracias.”
Daniel Dominguez Morales
“Muchas gracias por su dedicación.”
Anónimo
Jorge Andres-Martin
Daniel Cesar Roman
“Mecenas”
José Manuel Illescas Villa
“Gracias por vuestra gran labor”
Ulrich Menzefrike
“Donación porque me gustan sus podcasts”
Francisco Ramos
Emilio Rubio Rigo
Vicente Manuel CerezaClemente
“Linfocito Tcd8”
Enrique González González
“Gracias por vuestro trabajo.”
Andreu Salva Pages
Emilio Pérez Mayuet
“Muchas gracias por vuestro trabajo”
Daniel Navarro Pons
“Por estos programas tan intersantes”
Luis Sánchez Marín
Jesús Royo Arpón
“Soy de letras, sigo reciclándome”