En septiembre de 2002 relataba en un artículo el modo en que un anticuerpo monoclonal impedía el funcionamiento de una molécula que estimulaba el crecimiento del cáncer de mama. El anticuerpo se denominaba entonces Herceptin y, por diversos avatares, ha pasado a llamarse hoy Trastuzumab. Este anticuerpo monoclonal forma parte hoy del arsenal de armas terapéuticas que pueden ser utilizadas para frenar o incluso erradicar el cáncer de mama.

En el mismo artículo hablaba de la generación de otro anticuerpo monoclonal que podía unir sus fuerzas con Herceptin para inhibir con mayor eficacia el crecimiento tumoral. Veamos lo que sucedía hace casi ya veinte años y a qué resultado han conducido hoy las investigaciones que se iniciaban por aquel entonces para avanzar en la lucha contra el cáncer de mama. Aprovecharé también para aclarar luego algunos conceptos clave sobre los anticuerpos monoclonales, que se han convertido hoy en una importantísima herramienta terapéutica, no solo contra el cáncer sino contra muchas otras enfermedades.

Aquí podéis leer el artículo publicado hace casi dos décadas.

¿Qué ha sido de esa nueva esperanza que nacía en aquellos años? ¿Se han hecho realidad?

Antes de responder, me gustaría explicarte algunos conceptos importantes sobre la manera en que los anticuerpos monoclonales funcionan, porque todos funcionan de acuerdo con el mismo principio. Para empezar ¿Qué es un anticuerpo monoclonal? Simplemente un anticuerpo producido por un solo clon de células. Un monoclón. Las células del clon son, en principio, linfocitos B, que son las únicas células productoras de anticuerpos del organismo.

Cada anticuerpo monoclonal se une a una zona particular de la superficie de alguna molécula. Esta molécula recibe el nombre genérico de antígeno. Cada antígeno puede tener varios lugares diferentes en su superficie capaces de unir anticuerpos. Esos lugares sobre la superficie de los antígenos reciben el bonito nombre de epítopo, palabra derivada del Griego antiguo que significa lugar (topo) sobre (epi), es decir el epítopo es el lugar sobre el cual se une un anticuerpo determinado. Así, un antígeno puede tener una colección de epítopos sobre su superficie, dependiendo de la forma y del tamaño de la molécula de antígeno. A cada uno de esos epítopos puede unirse un anticuerpo monoclonal. Esto es importante. Un anticuerpo monoclonal solo se une a un epítopo concreto sobre la superficie de un antígeno.

En el caso de Trastuzumab, su unión a un epítopo particular de HER2 interfiere con la función normal de este receptor para enviar una señal bioquímica al interior de la célula, la cual la estimula a reproducirse. Sin embargo, esta inhibición nunca es total porque en el mundo real, los anticuerpos son metabolizados, y destruidos y nunca permanecen, además, unidos para siempre a su epítopo. Por ello, la colaboración de un segundo anticuerpo monoclonal que se una a otro epítopo diferente del primero y añada su fuerza a interferir con el envío de la señal reproductora, puede ser muy importante.

Esto es lo que logra el anticuerpo 2C4 al que me refería en el artículo, y que hoy recibe el nombre de Pertuzumab. Este anticuerpo fue aprobado para su empleo como terapia antitumoral en el año 2012.

Como vemos, ambos anticuerpos terminan en «mab». La terminación «mab» significa monoclonal antibody, es decir, anticuerpo monoclonal en inglés. Cualquier producto utilizado en medicina que veamos terminado en «mab» es, en general, un anticuerpo monoclonal. Tal vez te suene el nombre Tocilizumab, un anticuerpo monoclonal que se utiliza, junto al corticoide dexametasona, para neutralizar el efecto de una citocina inflamatoria en el tratamiento de casos graves de COVID-19.

Así, la historia que relataba en el artículo hace cuatro lustros se ha convertido en realidad. Hoy Trastuzumb, Pertuzumab y fármacos anticancerosos se utilizan en combinación para tratar el cáncer de mama que expresa HER2 en elevadas cantidades, lo que ha permitido alargar la vida de los pacientes, aumentar su calidad de vida e incluso alcanzar curaciones en muchos casos, lo que antes del advenimiento de estos anticuerpos monoclonales era imposible conseguir.

Jorge Laborda (24/07/2022)

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