El origen del lenguaje humano es un misterio que, como el del origen de la vida, la ciencia no ha podido todavía elucidar. Este misterio se compone, en realidad, de la combinación de varios misterios. Uno de ellos es la evolución del ser humano, es decir, las mutaciones genéticas que se tuvieron que producir y seleccionar y en qué genes para adquirir la capacidad del habla. Solo desvelar eso es ya una tarea titánica. Otro de los misterios es cuál fue la lengua original hablada por los primeros seres humanos capaces de vocalizarla. ¿Qué características tenía ese lenguaje? ¿Era vocal, gutural, consonántico…? De este asunto hablaba ya hace algo más de veinte años, en marzo de 2003. Os invito a leer lo que contaba por aquel entonces y visitemos luego si hemos aprendido alguna cosa nueva en las últimas dos décadas sobre este fascinante asunto que tantas implicaciones conlleva para nosotros, los humanos.

Leer aquí el artículo la lengua chasquear

En la actualidad, los misterios de como apareció el lenguaje hablado y qué características tenía la primera lengua, siguen sin estar completamente elucidados. Sobre el origen del lenguaje, en los últimos veinte años se han propuesto nuevas hipótesis que son atractivas, pero que no creo que puedan ser probadas jamás hasta que no se invente el viaje a través del tiempo y podamos volver al pasado para comprobar lo que sucedió. Estas hipótesis contemplan la posibilidad de una única mutación, que permitió la aparición del lenguaje hace unos 70.000 años, o de una combinación de mutaciones en varios genes, sucedidas a lo largo de más de medio millón de años, que condujo al mismo resultado. Sea como sea, de lo que nadie parece dudar es que nuestra capacidad lingüística depende de los genes, como, en realidad, dependen, más intensa o débilmente, todas nuestras capacidades humanas.

Centrándonos en el misterio de cuál fue la primera lengua hablada, hoy, la mayoría de los lingüistas están de acuerdo en que todas las lenguas actuales evolucionaron a partir de una lengua madre, a menudo llamada “proto-lengua”. Esta lengua probablemente se desarrolló en África, donde se originaron los humanos modernos, hace alrededor de 100,000 a 200,000 años.

Los estudios realizados en las últimas dos décadas parecen apoyar que la lengua madre tuvo que ser una lengua a base de chasquidos y sonidos consonánticos, aunque también contara con sonidos vocales. Probablemente también tenía una estructura gramatical, aunque es posible que esta fuera más simple que las gramáticas de las lenguas modernas. Yo apostaría un millón de euros si los tuviera a que su gramática era más sencilla que la del español.

Es probable que la primera lengua hablada también tuviera un vocabulario básico centrado en los aspectos esenciales de la vida cotidiana, como los alimentos, el refugio, los peligros que acechaban en el exterior y las relaciones sociales y familiares. A medida que las sociedades humanas se desarrollaron y se volvieron más complejas, es probable que el lenguaje también evolucionara para reflejar estos cambios. Y es que si el desorden y la entropía aumenta en el universo de acuerdo a una de sus más insoslayables leyes, la complejidad de las sociedades humanas también sigue esa ley y siempre aumenta, nunca disminuye.

Una grave dificultad para estudiar la evolución del lenguaje radica en que las pruebas son escasas. Los lenguajes hablados no dejan fósiles, y los cráneos fósiles solo nos indican la forma y el tamaño general de los cerebros de los homínidos, no las capacidades intelectuales que esos cerebros podían albergar. Para intentar paliar en parte esta dificultad, la reconstrucción de la primera lengua se ha intentado conseguir por métodos comparativos. Mediante la comparación de los sonidos empleados por varias lenguas consideradas primitivas y estimando la dinámica de la evolución de los fonemas y vocablos, sería en principio posible inferir la lengua original de la que derivaron. La lógica es similar a la empleada por la genética para intentar “resucitar” un gen original a partir de los genes presentes en las especies que hoy viven. Esto, por difícil que pueda parecernos, es no obstante bastante más fácil de conseguir que reconstituir la lengua madre de todas las lenguas. La razón es que, a diferencia de los sonidos empleados en el lenguaje, los genes mutan a frecuencias conocidas, y, en la actualidad, perviven muchas más variantes de un gen dado, que podemos comparar entre sí, que variantes de una lengua dada, y muchas menos cuanto más primitiva sea esta. Por ello, las actuales estimaciones de hasta donde es posible regresar en el tiempo para reconstituir una lengua primitiva calculan que el máximo periodo que se puede abarcar es de unos 10.000 años, un periodo insuficiente cuando se estima que el lenguaje hablado pudo nacer hace unos 70.000 años.

Para complicar más las cosas, no todos los antropólogos y lingüistas están de acuerdo en que todas las lenguas derivan de una sola, y algunos proponen que el lenguaje surgió de manera independiente en varias partes del mundo. No es una teoría tan absurda como podría parecer, porque, regresando a la genética, es conocido que algunos órganos importantes han aparecido de manera independiente en diferentes líneas evolutivas. Entre ellos podemos mencionar los ojos, las alas y los órganos de ecolocación de murciélagos y cetáceos. La importancia del lenguaje para la supervivencia de la especie humana es considerada elevada, similar a la importancia de los órganos mencionados para la supervivencia de ciertos animales. Por esta razón, la aparición del lenguaje múltiples veces de manera independiente es una posibilidad no tan improbable como pudiera parecer a primera vista. Dirimir entre una u otra de las dos opciones parece hoy imposible con las actuales tecnologías.

No obstante, apareciera el lenguaje una o múltiples veces, es razonable suponer que la primera o las primeras lenguas habladas eran similares entre sí en sus características fundamentales. Estas eran una mezcla de sonidos consonantes y vocales en diferente proporción, una estructura gramatical básica y un vocabulario centrado en los aspectos esenciales de la vida cotidiana. No obstante, eso es todo lo que podemos decir con un grado de certeza, así que ese chasquido de fastidio en el que estás pensando sigue estando justificado.

Jorge Laborda (29/06/2023)

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