Cienciaes.com

Quilo de Ciencia podcast - cienciaes.com suscripción

Quilo de Ciencia

El quilo, con “q” es el líquido formado en el duodeno (intestino delgado) por bilis, jugo pancreático y lípidos emulsionados resultado de la digestión de los alimentos ingeridos. En el podcast Quilo de Ciencia, realizado por el profesor Jorge Laborda, intentamos “digerir” para el oyente los kilos de ciencia que se generan cada semana y que se publican en las revistas especializadas de mayor impacto científico. Los temas son, por consiguiente variados, pero esperamos que siempre resulten interesantes, amenos, y, en todo caso, nunca indigestos.

Kafka y los ayunadores

Kafka y los ayunadores - Quilo de Ciencia - cienciaes.com

La Fundación Francisco Grande Covián, Ángel Rodríguez Lozano y yo mismo os ofrecemos un nuevo programa de Quilo In Memoriam. En esta ocasión, la conmemoración será doble, porque por un lado recordaremos, como es habitual, al científico Francisco Grande Covián, destacado experto en nutrición y candidato a premio Nobel y por otro lado, las palabras del Dr. Grande nos recordarán a la figura del escritor checo Fran Kafka, del que este año se cumple el centenario de su muerte.

Poco antes de morir, Kafka publicó un relato relacionado con la nutrición, y los extraños y tal vez absurdos personajes de los ayunadores, relato que el Dr. Grande aprovecha sesenta y cuatro años después de su publicación, es decir, en 1988, para ilustrarnos sobre los límites del ayuno. Os dejo con las sabias palabras del Dr. Grande Covián, pronunciadas con su propia voz y estilo, que, como sabeis, he podido rescatar gracias a la inteligencia artificial.

Kafka y los ayunadores

En mil novecientos veinticuatro, publicó Franz Kafka un relato titulado Ein Hungerkünstler (un artista del hambre), en el que hace interesantes reflexiones sobre esos curiosos personajes a los que yo suelo referirme con la denominación menos literaria de «ayunadores profesionales». Se trataba de personas cuyo medio de vida consistía en exhibirse en circos u otros lugares semejantes, sometidos a la privación total de alimentos. De este modo, padeciendo hambre durante un cierto número de días, ganaban lo bastante para mantenerse una temporada, y así sucesivamente.

Kafka señala al comienzo de su relato que el interés por los ayunadores profesionales había decaído mucho en los decenios anteriores a la publicación de su escrito. Antes, dice, era un buen negocio organizar grandes exhibiciones de este género como espectáculo independiente, cosa que hoy en cambio es imposible. Eran otros tiempos, añade. Entonces, dice Kafka, toda la ciudad estaba pendiente del ayunador; crecía su interés con cada día de ayuno y todos querían verle al menos una vez al día. En los últimos días del ayuno, no faltaba quien pasaba días enteros sentado ante la pequeña jaula en la que estaba encerrado el ayunador.

En el curso de los sesenta y cuatro años transcurridos desde la fecha en que Kafka escribió su relato, los ayunadores profesionales parecen haber desaparecido definitivamente. Pero los ayunadores profesionales han prestado un servicio importante al conocimiento de la fisiología de la nutrición. El estudio de los cambios producidos en el organismo humano durante un período de ayuno sirve para conocer los mecanismos que nuestro organismo pone en juego para utilizar sus propios componentes corporales, a fin de satisfacer sus necesidades de energía y nutrientes esenciales en ausencia de alimento. Algunos de los ayunadores profesionales fueron estudiados con este objeto por los fisiólogos de la época, y en los tratados de fisiología de comienzos de siglo se consignan numerosos datos obtenidos en ellos. Los nombres de Succi, Cetti, Breithaupt, Levanzin, Kozawa, Beauté y otros que en dichas obras aparecen pertenecen a otros tantos ayunadores que gozaron de popularidad en su época.

Evidentemente, Kafka no se interesa tanto por la fisiología del ayuno como por la personalidad del ayunador. Parece haber creído que estas personas adoptaban tan singular profesión no sólo como medio de vida, sino también como medio de alcanzar notoriedad y fama y demostrar su superioridad sobre el resto de los mortales, incapaces de prescindir voluntariamente de la comida diaria. Sólo ellos sabían, dice Kafka, que el ayuno es fácil de soportar durante algún tiempo. Parte del público que acudía a verlos lo hacía con la secreta esperanza de descubrir el artificio que les permitía alimentarse subrepticiamente. Porque pocos creían que era posible subsistir varias semanas sin comer; debía existir alguna forma de alimentar al ayunador, burlando la vigilancia del público que le observaba. Pero los iniciados, escribe Kafka, sabían muy bien que el ayunador no tomaría la más mínima cantidad de alimento durante el período de exhibición. El honor de su profesión se lo impedía.

El relato al que hoy me refiero termina describiendo el caso de un ayunador que se niega a ingerir alimentos después de terminado el período de exhibición, cuando todo el mundo se ha olvidado de él. Un inspector del circo encuentra al ayunador entre la paja que cubría el suelo de lo que cree ser una jaula abandonada, y le pregunta: « ¿Ayunas todavía?, ¿cuándo vas a terminar?» «Perdonadme —contesta el ayunador—, había deseado toda la vida que admiraseis mi resistencia al hambre.» «La admiramos», responde el inspector. «Pues no debéis hacerlo —replica el ayunador—, porque me es forzoso ayunar; no puedo evitarlo. No he podido encontrar alimento alguno que me guste. Si lo hubiera encontrado, ten por seguro que no hubiese hecho ningún cumplido, pues me habría hartado como tú, y como todos los demás.»

Así pues, Kafka parece creer que los ayunadores profesionales escogían su extraña profesión porque sentían aversión por los alimentos.

La literatura científica que describe las observaciones realizadas en los ayunadores profesionales no contiene comentarios acerca de los motivos que les llevan a escoger su profesión. Sólo en el caso de Succi, probablemente el más popular y el más pintoresco de todos ellos, se comenta que creía poseer facultades extraordinarias gracias a las cuales había sido capaz de ayunar repetidas veces, durante cuarenta días cada vez. Pero este límite de ayuno, más allá del cual no se permitía ayunar ni siquiera en las capitales de primer orden, como dice Kafka, no parece haber sido establecido por razones fisiológicas, médicas o humanitarias. Kafka afirma que se debe solamente a razones publicitarias. Según escribe en su relato, los empresarios habían aprendido por experiencia que, pasado este plazo, el público dejaba de asistir al espectáculo y disminuía el crédito de que gozaba el ayunador. Por esta razón, y no por otra, los cuarenta días eran considerados el plazo de ayuno máximo posible.

Sabemos hoy que una persona en estado normal de nutrición al comienzo del ayuno puede soportar la privación total de alimentos (sin privación de agua) durante unos sesenta a setenta días. Los datos bien documentados que poseemos, y sirven de base a esta afirmación, no proceden de los ayunadores profesionales. Proceden principalmente de ciudadanos irlandeses que declararon la huelga de hambre al ser encarcelados por las autoridades británicas y mantuvieron el ayuno hasta la muerte. Uno de los casos mejor conocidos es el de Terence MacSweeney, alcalde de la ciudad de Cork, quien falleció a los setenta y cuatro días de haber iniciado el ayuno. En estos dos últimos años varios jóvenes irlandeses han fallecido entre los sesenta y los setenta días siguientes a la iniciación de la huelga de hambre. Cifras semejantes han sido obtenidas en Francia y Alemania en presos que habían declarado la huelga de hambre.

No conozco datos en mujeres de peso normal. En la lista de ayunadores profesionales que recuerdo no aparece ningún nombre femenino, y tampoco recuerdo ninguno en la lista de personas que fallecieron como consecuencia de la huelga de hambre. Tenemos en cambio datos fidedignos de mujeres muy obesas, quienes, bajo vigilancia médica, se sometieron al ayuno absoluto como remedio heroico para reducir su peso corporal. Una de ellas ayunó durante trescientos quince días y perdió un cincuenta por cien de su peso inicial. Desgraciadamente para ellas, muchas de estas mujeres vuelven a ganar el peso perdido al volver a su vida habitual.

La tolerancia al ayuno, es decir, el número de días que una persona puede sobrevivir a la privación total de alimentos, depende principalmente de la cantidad de grasa corporal que posea en el momento de iniciar el ayuno. La grasa constituye la principal reserva de energía del organismo animal, como es bien sabido. Un hombre en estado normal de nutrición posee alrededor de un quince coma cinco por ciento de grasa corporal. Para un hombre de setenta kilos, esto corresponde a unos once kilos de grasa, que corresponden a su vez a unas cien mil kilocalorías.

Hace años declaró Gandhi la huelga de hambre como forma de protesta pacífica contra la introducción del impuesto sobre la sal por las autoridades británicas. Desde entonces, la huelga de hambre ha sido practicada como protesta contra las más variadas formas de injusticia social. La experiencia de Gandhi ha dado lugar a un interesantísimo ensayo del conocido bioquímico británico J. B. S. Haldane, titulado Mister Gandhi y la bioquímica. Este ensayo aparece en la obra de dicho autor que lleva por título Mundos posibles, de la que existe una traducción española.

El ayuno como forma de protesta social ha hecho su aparición en este país en los últimos años. Por fortuna, en cuanto yo sé, los períodos de hambre han sido de duración limitada y no me consta que se hayan producido fallecimientos por esta causa.

No sé lo que Kafka hubiera pensado de esta clase de ayunadores, puesto que en su relato se ocupa exclusivamente de los ayunadores profesionales. Entre ambas clases de ayunadores hay en común el afán de notoriedad, el deseo de atraer la atención del público. Pero, como hemos visto, Kafka atribuye a los ayunadores profesionales motivos que no son evidentes en quienes practican el ayuno como forma de protesta. Estos últimos parecen tener menos confianza en su capacidad para tolerar el ayuno que los ayunadores profesionales, y han tenido el buen sentido de limitar el período de privación de alimentos a unos pocos días.

Es muy posible que la huelga de hambre, cualesquiera que fueren las causas que la motivan, acabe por perder eficacia como forma de protesta ante una situación injusta, del mismo modo que las hazañas de los ayunadores profesionales parecen haber dejado de interesar al público.

Y esto es todo cuanto quería contarles hoy. Muchas gracias por su atención.

Francisco Grande Covián.

Espero que la historia que nos ha relatado el Dr. Grande Covián os hayan gustado y hayáis pasado un rato agradable escuchándolas. Por mi parte, sus palabras me han recordado que en una de las conversaciones sobre nutrición que tuvimos en el laboratorio con él, nos explicó los estudios sobre las mujeres extremadamente obesas, una de las cuales, como menciona en su artículo, estuvo ayunado casi un año para perder peso. Afortunadamente, la ciencia médica ha avanzado de manera sustancial y hoy comenzamos a disponer de fármacos capaces de modular nuestro apetito y de hacernos perder peso de manera menos drástica que el ayuno estricto, que nunca está exento de serios riesgos. Algunos de estos fármacos están basados en la estructura de la hormona glucagón, sobre la que el Dr. Grande Covián realizó interesantes aportaciones para avanzar en el conocimiento de su modo de acción en el organismo. Pero de esto hablaremos tal vez en otro programa.

Jorge Laborda (13/11/2024)

Obras de Jorge Laborda.

¡ESTAMOS RODEADOS!

¡ESTAMOS RODEADOS!

Tus defensas frente al coronavirus

Tus defensas frente al coronavirus

Inmunología desinflamada: Una introducción al sistema inmunitario y sus patologías

Inmunología desinflamada: Una introducción al sistema inmunitario y sus patologías
Inmunología desinflamada: Una introducción al sistema inmunitario y sus patologías

Quilo de Ciencia Volumen XII eBook
Quilo de Ciencia Volumen XII Papel
Quilo de Ciencia Volumen I. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen II. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen III. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen IV. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen V. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen VI. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen VII. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen VIII. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen IX. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen X. Jorge Laborda
Quilo de Ciencia Volumen XI. Jorge Laborda

Matrix de la homeopatía

Circunstancias encadenadas. Ed. Lulu

Circunstancias encadenadas. Amazon

Una Luna, una civilización. Por qué la Luna nos dice que estamos solos en el Universo

Una Luna, una civilización. Por qué la Luna nos dice que estamos solos en el Universo

One Moon one civilization why the Moon tells us we are alone in the universe

Las mil y una bases del ADN y otras historias científicas

Adenio Fidelio

El embudo de la inteligencia y otros ensayos

Se han clonado los dioses


Botón de donación
Apoya a CienciaEs haciéndote MECENAS con una donación periódica o puntual.
Colabore con CienciaEs.com - Ciencia para Escuchar
40,8 millones de audios servidos desde 2009

Agradecemos la donación de:

Angel Quelle Russo
“Vuestra labor de divulgación de la ciencia y en particular del apoyo a los científicos españoles me parece muy necesario e importante. Enhorabuena.”

Angel Rodríguez Díaz
“Seguid así”

Anónimo

Mauro Mas Pujo

Maria Tuixen Benet
“Nos encanta Hablando con Científicos y el Zoo de Fósiles. Gracias.”

Daniel Dominguez Morales
“Muchas gracias por su dedicación.”

Anónimo

Jorge Andres-Martin

Daniel Cesar Roman
“Mecenas”

José Manuel Illescas Villa
“Gracias por vuestra gran labor”

Ulrich Menzefrike
“Donación porque me gustan sus podcasts”

Francisco Ramos

Emilio Rubio Rigo

Vicente Manuel CerezaClemente
“Linfocito Tcd8”

Enrique González González
“Gracias por vuestro trabajo.”

Andreu Salva Pages

Emilio Pérez Mayuet
“Muchas gracias por vuestro trabajo”

Daniel Navarro Pons
“Por estos programas tan intersantes”

Luis Sánchez Marín

Jesús Royo Arpón
“Soy de letras, sigo reciclándome”

———- O ———-
App CienciaEs Android
App CienciaEs
App de cienciaes en apple store YouTube CienciaEs
———- O ———-



feed completo
Suscribase a nuestros programas






Locations of visitors to this page