El conocimiento científico crece gracias a la labor de miles de personas que se esfuerzan, hasta el agotamiento, por encontrar respuestas a los enigmas que plantea la Naturaleza. En cada programa un científico conversa con Ángel Rodríguez Lozano y abre para nosotros las puertas de un campo del conocimiento.
Nuestro invitado de hoy, Jorge Laborda, es investigador y divulgador científico. En uno de sus libros, "Las mil y una bases del ADN" (Ed. Hélice) cuenta un caso enigmático:
A principios de los años 90, escolares y naturalistas aficionados de una región de Pennsylvania, EE UU, llamaron la atención de los científicos sobre un fenómeno extraño. Entre las ranas y los sapos que abundan en los charcos de aquella zona habían comenzado a nacer pequeños monstruos. Algunos animales tenían una sola pata trasera en lugar de dos y otros tenían tres o cuatro. El número de deformidades era sorprendentemente alto como para ser casual.
Aquella observación fue el inicio de una cadena de acontecimientos marcados por la maquinaria generadora de conocimiento más eficaz de la historia de la humanidad: El Método Científico.
El Método Científico consiste en observar, establecer hipótesis que puedan explicar los fenómenos y hacer experimentos que demuestren su validez. Es un proceso creador. Si las hipótesis, aparentemente válidas, se descubren erróneas, la ciencia recapacita, rectifica y vuelve a empezar; si son acertadas, el enigma queda resuelto pero el proceso genera una nueva serie de preguntas que obligan a empezar de nuevo. Observar, pensar posibles respuestas y experimentar ¡qué maravillosa fórmula!
Jorge Laborda nos explica hoy cómo se utilizó el Método Científico para resolver el enigma de los sapos deformes de Pennsylvania. Fue un proceso laborioso, digno de los Sherlock Holmes de la ciencia -como apunta el profesor Laborda en su libro-. El trabajo de observación de los distintos charcos y del crecimiento de los sapos desde que son renacuajos (en esta fase de su vida carecen de extremidades) hasta llegar a adultos. Las hipótesis sobre las causas posibles de las deformaciones, que inicialmente señalaban a los pesticidas. El diseño y ejecución de experimentos encaminados a comprobar la veracidad de las hipótesis. Y, por último, las conclusiones con nuevas puertas abiertas a la investigación.
Jorge Laborda es doctor en Ciencias Químicas, trabajó como investigador en los Institutos Nacionales de la Salud, EE.UU y ahora en la Facultad de Medicina de la Universidad de Castilla-La Mancha, ha descubierto dos genes de la familia Notch, Dlk1 y Dlk2, y tiene multitud de publicaciones científicas. En el campo de la divulgación destacan los libros: "Se han clonado los dioses" y "Las mil y una bases del ADN y otras historias científicas".
Sitio recomendado para acceder a los artículos de Jorge Laborda: Quilo de Ciencia.
Información adicional sobre el caso de los sapos deformes (en inglés).
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