Yo quiero ser investigador. Hablamos con Joaquín C. García

Los ciudadanos de a pie, a veces, vemos a los investigadores como seres de otro mundo. Unas ocasiones los idealizamos, otras los miramos con recelo, incluso no faltan quienes los ponen en el foco de su ira y los tildan de mentes malévolas casi siempre empeñadas en acabar con nuestro tranquilo universo. La realidad es muy distinta y lo estamos viendo en los muchos programas de Hablando con Científicos. Los investigadores son personas normales y corrientes, con sus grandezas y sus miserias, como cualquiera de nosotros, expertas en un campo muy concreto del conocimiento al que han llegado tras mucho esfuerzo, muchas ganas y superando no pocos obstáculos.

Hoy nos hacemos esta pregunta: ¿qué hay que hacer para llegar a ser investigador? Nuestro invitado, Joaquín Calixto García Martínez, profesor e investigador en la Facultad de Farmacia de la UCLM nos ayuda a encontrar respuestas.

Investigar, dice el diccionario de la RAE, es “indagar para descubrir algo”. Dicho así, investigador o investigadora puede ser cualquiera que sienta curiosidad por un hecho y busque explicaciones al mismo. Esta acepción es demasiado genérica, así que busco otras definiciones. La tercera acepción del diccionario dice así: “realizar actividades intelectuales y experimentales de modo sistemático con el propósito de aumentar los conocimientos sobre una determinada materia.” Esto ya nos acerca un poco más a nuestra idea del investigador científico que estamos acostumbrados a entrevistar en este programa.

Hechas las descripciones del término, nos surgen preguntas ¿Qué hace falta para llegar a ser un investigador? ¿Hay que ser una persona fuera de lo común, un “genio” con excepcionales capacidades intelectuales? ¿Es necesaria una preparación especial?

No existe un único camino para llegar a ser un investigador, de hecho, es un camino “poco claro”, como explica Joaquín Calixto García Martínez, profesor de Química Orgánica e investigador en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Castilla-La Mancha. No obstante, existen actitudes que ayudan en el camino, entre ellas, el entusiasmo por el campo de estudio y el deseo de alcanzar la meta como investigador.

Nos pasamos gran parte de nuestra vida tomando decisiones que permiten escoger caminos concretos y descartar otros. El camino del investigador comienza en la etapa de estudios secundarios, que es cuando se elige entre materias más ligadas a las ciencias o a las letras, ambas con sus propias opciones de investigación. Después viene la elección de una carrera universitaria, durante la cual pueden surgir oportunidades que permiten escoger opciones que nos acercan al objetivo. Pero es después de acabar esos estudios, cuando realmente empieza la tortuosa senda del investigador, con la realización de la tesis doctoral.

Joaquín C. García da un repaso a las claves de un buen proyecto de tesis que permiten obtener éxito, los aciertos y errores que suelen cometerse, especialmente durante el último año. Después habla de las decisiones que entraña la búsqueda de una estancia posdoctoral y las claves del éxito en esta etapa.
La conversación de hoy cumple con dos objetivos, por un lado, dar a conocer las dificultades que tiene la vida del investigador y, por otro, la de informar y aconsejar a aquellos que han elegido el difícil, pero gratificante, camino de la investigación científica.

Os invito a escuchar a Joaquín Calixto García Martínez, profesor de Química Orgánica e investigador en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Castilla-La Mancha