Celebramos el programa número 200 de Hablando con Científicos con la visita a uno de los lugares más extraordinarios del campo de la paleoantropología que se conocen: Los yacimientos de homininos de la Sierra de Atapuerca, en Burgos, al norte de España. Allí se estudian en la actualidad siete yacimientos, aunque se sospecha que en la sierra existen algunos más, que guardan, en su conjunto, muchas de las claves necesarias para comprender el último millón y medio de años de la prehistoria de la Humanidad.
La Sierra de Atapuerca es especial en muchos sentidos. El agua que penetraba entre las grietas fue disolviendo la piedra caliza durante muchos millones de años, creando múltiples cavidades subterráneas que, una vez que se conectaban con el exterior, se iban rellenando con sedimentos. En algunos lugares de la superficie se abrían grietas que conectaban con profundas simas convertidas una trampas mortales para los animales que deambulan por la zona, en otros la abertura permitía un acceso fácil a la cavidad y las cavernas en guaridas o lugares de paso de carnívoros y homínidos.

En lo que respecta al género homo, la Sierra de Atapuerca estuvo habitada por varias especies de homininos a lo largo de, al menos, de los últimos 1,4 millones de años. Durante ese largo espacio de tiempo, los habitantes recorrieron la sierra en muy distintas épocas y dejaron sus huesos y herramientas en las simas y en las cuevas que visitaron de forma esporádica o permanente. Los diferentes yacimientos descubiertos hasta ahora contienen restos, huesos y herramientas que hablan de homininos que vivieron evolucionaron en épocas muy distintas y distantes en el tiempo.

Nuestra invitada en Hablando con Científicos, Marina Mosquera, es una de esas personas que han dedicado su vida y su carrera científica a los yacimientos de la Sierra de Atapuerca. Ella es arqueóloga, investigadora en la Universidad Rovira i Virgili y del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES) y nos invita a hacer un recorrido cronológico por los yacimientos.

Todos los que pertenecemos al género homo somos africanos, dice Marina, los primeros surgieron en Africa y desde allí se diseminaron por todo el mundo. Fuera del continente africano los restos más antiguos tienen 1,8 millones de años de antigüedad y han sido encontrados en Dmanisi, en la república de Georgia. En Europa, el habitante del género homo más antiguo dejó sus restos hace 1,4 millones de años en la Sima del Elefante, en Atapuerca. La Sima del Elefante, llamada así porque en un principio se encontró allí un diente de esa especie animal, es una apertura vertical que sirvió de trampa natural por la que cayeron y quedaron atrapados animales y algunos humanos y sus herramientas. Allí se ha recuperado una mandíbula y una falange de Homo que hasta el momento no ha podido ser asignada a ninguna especie conocida.

Un salto en el tiempo nos lleva hasta a otro yacimiento de la sierra conocido como la Gran Dolina. Este es un yacimiento emblemático porque por él pasaron distintos homínidos a lo largo de un millón de años. Durante los primeros tiempos fue frecuentada carnívoros que consumían allí a sus presas y tan sólo esporádicamente fue visitada por homínidos, probablemente para aprovechar los restos de esas presas. En uno de sus niveles más profundos y antiguos, concretamente en el nivel TD6, se encontraron los restos del Homo Antecessor, una especie de homínido que vivió hace más de 850.000 años y ocupó la cueva de forma permanente, dejando atrás los restos de su actividad, de los animales que comieron y de las herramientas que fabricaron.

Se han encontrado restos de 11 individuos y, gracias a su análisis, se conoce muy bien su aspecto, un aspecto que curiosamente tiene caracteres muy modernos. Lo sorprendente fue descubrir que los restos de las 11 personas encontradas pertenecen a niños y adolescentes de edades entre 4 y 16 años que habían servido de alimento a otros homínidos. Eran caníbales. Se maneja la hipótesis de que fue el resultado final de una batalla en la que los individuos más jóvenes del clan rival habían sido capturados y comidos por los ganadores.

Un nuevo salto en el tiempo nos lleva a otros tres yacimientos de la Sierra de Atapuerca que conservan restos de homininos que habitaron la zona hace 450.000 años. Esos yacimientos son la Sima de los Huesos, Galería y el nivel TD10 de la Gran Dolina.

En la Sima de los Huesos han aparecido los restos de 28 personas, pre-neandertales, junto restos de animales y un único bifaz. Esta acumulación de cuerpos y la forma vertical de la sima hacen pensar que el lugar había sido utilizado por otros homínidos para deshacerse de los cadáveres de sus compañeros muertos.

En el yacimiento Galería se tienen restos de animales que han caído por las fisuras que daban al exterior y animales que habían sido procesados y sirvieron de alimento a los homínidos.

Por último, el nivel TD 10 de la Gran Dolina contiene los restos de un campamento humano. En este caso no hay restos humanos ni indicios de canibalismo, pero sí restos de animales procesados, herramientas y productos de desecho en la elaboración de las herramientas. Estos homininos son muy robustos, con gran fuerza y una organización social muy desarrollada y una capacidad craneal de más de 1.000 cc.
Un nuevo salto en el tiempo nos lleva hasta el yacimiento de la Galería de las Estatuas que contiene restos de tecnología Neandertal, y al yacimiento de la Cueva del Fantasma, donde se ha encontrado un resto de cráneo de neandertal, con una cronología que ronda los 80.000 años.

Otros yacimientos abiertos al aire conservan restos de actividades más recientes, aunque sin restos humanos. En la cueva del Mirador se han encontrado restos que se corresponden con humanos modernos del Neolítico y la Edad de Bronce. Allí existen enterramientos individuales y colectivos.

La Sierra de Atapuerca ha proporcionado una cantidad ingente de restos de homininos que han permitido escribir la historia de la evolución humana durante los últimos 1,4 millones de años, pero según cuenta Marina Mosquera, lo descubierto hasta ahora apenas es entre el 1 y el 10% de lo que existe. Solamente un porcentaje del contenido de los yacimientos descubiertos hasta ahora han sido excavados y, además, deben existir muchas más cuevas aún sin descubrir. La Sierra de Atapuerca conserva aún un verdadero tesoro que dará trabajo a varias generaciones de investigadores y contribuirá a un mejor conocimiento de la historia evolutiva del género homo.

Referencias:
Atapuerca
La sima del Elefante. Atapuerca.