El conocimiento científico crece gracias a la labor de miles de personas que se esfuerzan, hasta el agotamiento, por encontrar respuestas a los enigmas que plantea la Naturaleza. En cada programa un científico conversa con Ángel Rodríguez Lozano y abre para nosotros las puertas de un campo del conocimiento.
En el sur de España sobrevive en libertad uno de los felinos más extraordinarios y escasos del mundo. El “lince ibérico (Lynx pardinus)” es un animal cuya existencia habla de lo malo y lo bueno del ser humano frente a la naturaleza. Lo malo porque a lo largo de siglos ha destruido su hábitat natural, ha competido con él por su fuente de alimento, el conejo, y lo ha perseguido hasta colocarlo en peligro crítico de extinción a principios de este milenio. Por otro lado, el mismo ser humano que lo perseguía, admiraba sus cualidades hasta el punto de apropiarse de algunas de ellas al decir que tal persona tiene una “vista de lince” o tal otra es hábil e inteligente, “un lince para los negocios” o para cualquier otra actividad.
El Lince ibérico es una de las criaturas más hermosas de la naturaleza. Tiene el tamaño de un perro mediano, cola corta, piel moteada, una cara redonda con largas patillas y enormes ojos verdosos o marrones surcados por una pupila vertical, todo ello coronado con orejas puntiagudas terminadas en dos llamativos pinceles de pelos.
Resulta triste pensar el Lince ibérico estuviera en peligro crítico de extinción en 2002. Fue aquel año cuando se supo que apenas quedaban 100 individuos en libertad; los últimos 100 ejemplares libres de esa especie en todo el planeta. Aquellos escasos ejemplares estaban repartidos en dos poblaciones, aisladas entre sí, en Andalucía, al sur de la península ibérica. Separadas 240 kilómetros, las dos poblaciones habían permanecido sin contacto alguno durante más de dos siglos. Los datos eran tan dramáticos que el Lince ibérico recibió el poco reconfortante título de ser la especie de felino más amenazada de extinción de todo el planeta. “La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN)“https://www.iucn.org/es así lo reconoció al incluirla en la lista de especies en peligro crítico de extinción en 2002 y 2008.
Sin embargo, ese descubrimiento tuvo su lado positivo porque despertó las conciencias de muchos y reveló todo lo bueno que el ser humano puede hacer cuando lucha por una causa noble y pone los conocimientos científicos y los medios necesarios al servicio de ella. Una serie de proyectos de protección, cría en cautividad y vuelta del medio natural han permitido que la población de lince ibérico aumente en libertad y esté volviendo a lugares de los que había desaparecido, alejando, esperemos que para siempre, los negros nubarrones de la extinción. Actualmente existen más de 700 ejemplares en libertad repartidos por distintas poblaciones de Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Portugal. En 2015 la UICN rebajó el nivel de amenaza del lince ibérico, pasó de “peligro crítico” a “peligro”, un cambio importante que, si la evolución actual continúa, permitirá que en próxima década sea considerada solo “vulnerable”.
Revertir el camino de la extinción, cuando quedan muy pocos ejemplares de una especie, no está exento de peligros. Las poblaciones pequeñas suelen acarrear consigo problemas de consanguinidad y pérdida de riqueza genética, unos problemas que pueden llevarlas a su desaparición, por ello hay que intentar evitar el deterioro genético con todas las armas que la ciencia pone en nuestras manos. Un artículo publicado recientemente en la revista The Genetics Society, firmado por Daniel Kleinman-Ruiz y nuestro invitado en Hablando con Científicos, José Antonio Godoy, evalúa la genética del Lince Ibérico dentro del programa de conservación.
José Antonio Godoy cuenta durante la entrevista cómo la oportuna elección de ejemplares de los dos grupos residuales de Lince ibérico existentes en 2002 y el programa de traslados de ejemplares de una zona a otra, así como un exquisito programa de cría en cautividad ha permitido evitar problemas de consanguinidad y ha logrado una mayor diversidad genética entre los descendientes.
Os invito a escuchar a José Antonio Godoy es investigador en el Departamento de Ecología Integrativa, Estación Biológica de Doñana y profesor en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.
Referencia:
Kleinman-Ruiz et al. Genetic evaluation of the Iberian lynx ex situ conservation
programme The Genetics Society (2019)
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