El conocimiento científico crece gracias a la labor de miles de personas que se esfuerzan, hasta el agotamiento, por encontrar respuestas a los enigmas que plantea la Naturaleza. En cada programa un científico conversa con Ángel Rodríguez Lozano y abre para nosotros las puertas de un campo del conocimiento.
Si observamos una gota de agua de agua del océano con un microscopio, descubriremos miles de microorganismos que forman parte de la cadena trófica que, al final, alimenta a todos los animales que habitan en las aguas. Entre ellos que destacan las diatomeas, unas algas compuestas por una única célula que permanece encerrada en una cápsula microscópica de sílice y que, por su aspecto y colorido, reciben el título de “joyas del mar”. Forman parte del fitoplancton, un conjunto de microorganismos fotosintéticos que van a la deriva con las corrientes oceánicas. A pesar de su pequeño tamaño, abundan en cantidades tan enormes que ocupan un lugar privilegiado en la maquinaria biológica que convierte el CO2 en materia orgánica mediante la fotosíntesis, contribuyendo a paliar el efecto invernadero del planeta.
Nuestro invitado hoy en Hablando con Científicos, Pedro Cermeño Aínsa, científico titular del CSIC en el Instituto de Ciencias del Mar viene al programa con un libro bajo el brazo. Su título es Las diatomeas y los bosques invisibles del océano. Se trata de un trabajo estupendo que nos muestra la importancia que tienen estas pequeñas algas unicelulares el equilibrio natural de la Tierra. Las diatomeas son responsables de casi la mitad de la fotosíntesis marina, que, como saben, permite extraer el dióxido de carbono que hay en la atmósfera y que penetra en el agua del océano para convertirlo en materia orgánica a un ritmo que equivale a producir unos 20 mil millones de toneladas de carbono orgánico al año. “Producen más biomasa que la que producen todos los bosques amazónicos, centroafricanos e indonesios juntos” – dice Pedro Cermeño.
Toda esa producción “primaria”, por ser el primer paso que convierte la materia inorgánica en biológica, ocupan la capa más básica de la vida porque sirven de alimento a multitud de criaturas, como larvas de moluscos, crustáceos, peces y, en general, sustentan el resto de la vida animal de los océanos. Lo mismo que las grandes masas boscosas de los continentes absorben el CO2 para convertirlo en materia viva mediante la fotosíntesis, los microorganismos marinos de los océanos se comportan como verdaderos bosques invisibles, con las diatomeas como protagonistas principales.
A lo largo de su obra y de la entrevista que ofrecemos en Hablando con Científicos, Pedro Cermeño habla de la historia de la vida en la Tierra, desde el nacimiento de los primeros seres hace unos 4.000 millones de años, hasta el momento actual. Las diatomeas se piensa que aparecieron hace unos 240 millones de años. No obstante, fue mucho después, hace unos 40 millones de años, cuando las diatomeas extendieron su hegemonía por todos los mares y océanos terrestres.
Es difícil dar aquí una idea completa, tanto del libro como de la entrevista. Simplemente diré que muchas de las reservas de petróleo actuales tienen su origen en las diatomeas que un día fueron atrapadas en los sedimentos, una materia orgánica que aquellos antiguos habitantes unicelulares elaboraron mediante la extracción del CO2, contribuyendo a enfriar el planeta. Desgraciadamente, nosotros ahora estamos devolviendo esa materia orgánica en forma de CO2 a la atmósfera con el consumo tremendo de los combustibles fósiles. No obstante, las diatomeas pueden ofrecernos hoy nuevas y excitantes posibilidades porque el conocimiento de los ciclos vitales de estos microorganismos puede ser utilizado para desarrollar tecnologías que permitan combatir la contaminación por el exceso de fertilizantes, ayudar en la depuración de las aguas residuales o reducir el calentamiento climático, por poner unos ejemplos.Os invito a escuchar a Pedro Cermeño Aínsa, científico titular del CSIC en el Instituto de Ciencias del Mar autor del libro: Las diatomeas y los bosques invisibles del océano.
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