El conocimiento científico crece gracias a la labor de miles de personas que se esfuerzan, hasta el agotamiento, por encontrar respuestas a los enigmas que plantea la Naturaleza. En cada programa un científico conversa con Ángel Rodríguez Lozano y abre para nosotros las puertas de un campo del conocimiento.
En el sureste de Pakistán existe ahora una amplia región seca, conocida como el desierto de Cholistán, que constituye la parte occidental del Gran Desierto de la India o Thar. Actualmente es una gran extensión de tierra amarillenta donde abundan las dunas de arena fosilizadas entre las que crece una escasa vegetación arbustiva, con unos pocos parches de árboles que crecen alrededor de estanques artificiales o tobas creados por sus pocos habitantes para almacenar el agua de lluvia para su consumo y el de su ganado.
Hace 4500 años, en cambio, la región era verde y fértil, estaba surcada por un gran río con numerosos afluentes por los que corría abundante el agua del deshielo del Himalaya. A sus orillas florecieron muchos asentamientos humanos, algunos de los cuales, por su tamaño, figuran entre las primeras ciudades de Asia. Cholistán llegó a ser una de las regiones más productivas de la civilización del Valle del Indo. Después, el clima fue cambiando paulatinamente y los habitantes tuvieron que adaptar su modo de vida, abandonando antiguos asentamientos y desplazándose hasta otros lugares. Finalmente, el río dejó de fluir y aquellos asentamientos humanos, que guardan en su interior más miles de años de historia, fueron olvidados y muchos de ellos quedaron enterrados bajo la arena.
A principios del siglo XIX los europeos que llegaron a la zona escuchaban frecuentemente historias en las que se identificaba a algunos montículos esparcidos por el desierto con los restos de los antiguos asentamientos de la civilización perdida. Diversas investigaciones realizadas durante el siglo XX, en especial las realizadas por Mohammed Mughal, de la Universidad de Boston, aportaron información de más de 400 lugares que han sido asociados con los diferentes periodos que van desde los primitivos asentamientos del Indo hasta la llegada del Islam.
Ahora, un grupo de científicos, dirigido por nuestro invitado en Hablando con Científicos, Hèctor A. Orengo, investigador del Instituto Catalán de Arqueología Clásica, ha llevado a cabo una investigación de la región de Cholistán desde el espacio, utilizando la información facilitada por satélites espaciales y empleando procedimientos de análisis generados mediante inteligencia artificial.
Hèctor explica durante la entrevista cómo su equipo ha utilizado imágenes de un área que cubre unos 36.000 kilómetros cuadrados del desierto, obtenidas mediante satélites, en distintas bandas o colores del espectro visible, en el infrarrojo y mediante radar de apertura sintética. Para realizar el análisis de la enorme cantidad de datos proporcionada por las observaciones satelitales, los investigadores han desarrollado un algoritmo de aprendizaje automático (machine learning). El equipo le proporcionó una parte de la colección de asentamientos conocidos al programa de inteligencia artificial para que pudiera “aprender” a diferenciar los montículos que ocultan restos de antiguos asentamientos humanos de los naturales. Una vez concluido el periodo de aprendizaje, los investigadores facilitaron al algoritmo los datos del resto de montículos conocidos y el algoritmo fue capaz de identificarlos todos. Finalizado el periodo de aprendizaje, Héctor Orengo y sus colegas aportaron al programa las imágenes y datos obtenidos mediante satélites y éste descubrió más de 300 nuevos lugares arqueológicos, desconocidos hasta ese momento. Los nuevos lugares se extendían por un área más grande que la reconocida anteriormente y algunos de ellos, por su gran tamaño, pertenecen a ciudades.
Esta investigación no solamente aporta una información fundamental para el estudio de la región del desierto de Cholistán sino que aporta una herramienta muy efectiva que puede ser aplicada en otras ubicaciones y regiones secas de la Tierra que oculten restos arqueológicos.
Os invito a escuchar a Hèctor A. Orengo, investigador del Instituto Catalán de Arqueología Clásica
Referencia:
Orengo, Conesa, Garcia-Molsosa, Lobo, Green, Madella y Petrie. Automated detection of archaeological mounds using machine-learning classification of multisensor and multitemporal satellite data
Un sistema d’aprenentatge automàtic permet localitzar jaciments arqueològics en zones remotes
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