El conocimiento científico crece gracias a la labor de miles de personas que se esfuerzan, hasta el agotamiento, por encontrar respuestas a los enigmas que plantea la Naturaleza. En cada programa un científico conversa con Ángel Rodríguez Lozano y abre para nosotros las puertas de un campo del conocimiento.
Algo cotidiano para la mayoría como consumir unas pipas de girasol, cacahuetes o un melocotón puede tener en algunas personas efectos devastadores: inflamación, prurito, cólicos, diarreas, etc. Son personas cuyo sistema inmunitario identifica a algunas de las moléculas existentes en los alimentos como enemigos y, ante la ingesta, reacciona con todas las armas disponibles como si se tratara de la invasión de un microorganismo patógeno. Así se manifiestan las alergias alimentarias, un tema fascinante del que hoy habla Araceli Díaz Perales, Catedrática del Departamento de Biotecnología y Biología vegetal e Investigadora principal del Laboratorio de Alergenos en el Centro para la biotecnología y genómica de plantas.
Araceli Díaz investiga las alergias alimentarias provocadas por plantas y busca en ellas la base molecular que provoca la reacción desproporcionada y anómala de las células del sistema inmunitario cuando esas sustancias se ponen en contacto con las mucosas o con el aparato digestivo de las personas sensibles. Estudiar las alergias es complicado porque, como comenta Araceli durante la entrevista “los pacientes no siguen un patrón, distintas personas son sensibles a distintos alimentos e, incluso, esa sensibilidad varía con la cultura”. Así, dependiendo de las costumbres culinarias y de los alimentos utilizados en ellas, las personas son más sensibles a unas sustancias que a otras. En España, por ejemplo, la alergia alimentaria más común es al melocotón, en México es al maíz y en cada lugar existe un alimento prevalente que despierta más alergias. Ahora bien, la reacción alérgica no se debe al fruto en su totalidad sino a ciertas moléculas que contiene, llamadas genéricamente “alérgenos”.
Un alérgeno es una molécula o un parte de una molécula que ha sido identificada de manera errónea por el sistema inmune del paciente como nociva, aunque, en realidad, no lo sea. Al consumir ese alérgeno, ciertas células del sistema inmunitario que contienen anticuerpos contra él reaccionan y dan la voz de alarma. Esa reacción puede ser muy diversa dependiendo de las personas. A algunas les basta el contacto con el alérgeno para que en pocos minutos generen una hinchazón o un prurito que se extiende desde la zona de contacto, otras, en cambio, pueden ingerir el vegetal transportador del alérgeno y mostrar síntomas retardados horas o, incluso, un día después. Como las alergias tienen una base molecular, nuestra invitada y su Grupo de Alergenos de Plantas investigan la forma de identificar a los alérgenos, y de ellos, los fragmentos de moléculas que son reconocidos erróneamente por el sistema inmune del paciente.
La investigación utiliza las técnicas facilitadas por la Bioquímica, la Biología Molecular y la inmunología para desentrañar y caracterizar los mecanismos moleculares que intervienen en la respuesta alérgica. Dada la complejidad de reacciones y moléculas que pueden intervenir, es necesario el apoyo de métodos computacionales que permitan construir modelos en tres dimensiones de las proteínas que intervienen y realizar simulaciones que permitan explorar las reacciones químicas que tienen lugar durante el proceso alérgico. Estas investigaciones tienen como objetivo el desarrollo de nuevos métodos de diagnóstico mediante la generación de microarrays de alérgenos y el diseño de nuevas estrategias para el tratamiento de alergias mediante producción de formas hipoalergénicas.
Os invito a escuchar a Araceli Díaz Perales, Catedrática del Departamento de Biotecnología y Biología vegetal e Investigadora principal del Laboratorio de Alergenos en el Centro para la biotecnología y genómica de plantas (UPM – INIA ).
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