El conocimiento científico crece gracias a la labor de miles de personas que se esfuerzan, hasta el agotamiento, por encontrar respuestas a los enigmas que plantea la Naturaleza. En cada programa un científico conversa con Ángel Rodríguez Lozano y abre para nosotros las puertas de un campo del conocimiento.
Envejecer es un proceso natural, pero, como todos podemos comprobar, se puede envejecer de muy distintas maneras. En el fondo, no somos más que un enorme y complejo aglomerado de células y es lógico pensar que cuando envejecemos es porque las células que nos forman pierden su lozanía y sufren un deterioro con la edad. Ahora bien, ¿cómo envejecen nuestras células? ¿en qué medida contribuye su estado al envejecimiento del organismo completo? ¿podemos hacer algo al respecto? Como podréis escuchar en este programa, no hay respuestas claras, pero sí se está avanzando mucho en el conocimiento de factores que intervienen de distinta manera al envejecimiento de un organismo.
Sabemos que nuestro origen está ligado a dos células, un espermatozoide y un óvulo, que se fusionan para generar el embrión que, tras un largo camino de divisiones y especializaciones genera todo nuestro organismo. Todo ese proceso está codificado en el ADN, una molécula extensísima que está empaquetado en el núcleo de nuestras células, organizado en 23 pares de cromosomas. Cada vez que una célula se replica, debe hacer una copia de su ADN, un proceso extremadamente eficiente pero que no está exento de riesgos. De esa manera se consigue, replicación a replicación, generar decenas de billones de células a partir de una sola.
Fue a principios de los años 70 cuando se descubrió que, en los extremos de cada cromosoma, existía una serie repetitiva de letras genéticas, que no contenían genes, conocidas como telómeros. Esos telómeros, en cada replicación, se iban acortando. Algunas especies celulares se replican muchas veces y suele ocurrir que los telómeros se acaban y la reproducción celular se detiene. Esas células envejecidas que no se pueden reproducir se van acumulando en el organismo envejeciéndolo. Así fue cómo en un principio que relacionó la longitud de los telómeros con el envejecimiento. No obstante, las cosas no son tan simples, posteriormente se descubrió que ciertas células, como los espermatozoides, son capaces de alargar de nuevo los telómeros gracias a una enzima denominada “telomerasa”. En 2009, los científicos Elizabeth H. Blackburn, Carol W. Greider y Jack W. Szostak recibieron el Premio Nobel de medicina por la descripción molecular de los telómeros, la demostración de su conservación evolutiva y el descubrimiento de la telomerasa.
Ahora, un artículo recientemente publicado en la revista Communications Biology y firmado en primer lugar por nuestro invitado en Hablando con Científicos, Sergio Andreu Sánchez, estudiante de doctorado en el University Medical Center de Groningen, Holanda, afronta la tarea de encontrar cómo factores genéticos, parentales y el estilo de vida influyen en la longitud de los telómeros.
La investigación de Sergio Andreu y su equipo se basa en el estudio de la longitud media de las repeticiones de los telómeros en una muestra de población formada por 1046 personas voluntarias. Durante años se han estado recogiendo datos relevantes de todos esos individuos, tomando muestras de la genética, los factores ambientales, el sexo, la edad de los padres y costumbres poco saludables, como el tabaquismo. Dado que en nuestros cuerpos existen muchos tipos celulares, con funciones muy distintas, el estudio ha abordado las diferencias en las longitudes de los telómeros en seis tipos distintos de células sanguíneas de los voluntarios y han encontrado diferencias que se correlacionan con la expresión génica específica del tipo de célula en los distintos casos. Los resultados destacan el papel de los factores perinatales en la determinación de la longitud media de los telómeros, además de la genética y el estilo de vida.
Os invito a escuchar a Sergio Andreu Sánchez, estudiante de doctorado en el Departamento de Genética de University Medical Center de Groningen, Holanda.
Referencia:
Andreu-Sánchez, S., Aubert, G., Ripoll-Cladellas, A. et al. Genetic, parental and lifestyle factors influence telomere length. Commun Biol 5, 565 (2022). https://doi.org/10.1038/s42003-022-03521-7
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