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El conocimiento científico crece gracias a la labor de miles de personas que se esfuerzan, hasta el agotamiento, por encontrar respuestas a los enigmas que plantea la Naturaleza. En cada programa un científico conversa con Ángel Rodríguez Lozano y abre para nosotros las puertas de un campo del conocimiento.

Historia del Cambio Climático. Hablamos con Ángel León Panal

Historia del Cambio Climático - Hablando con Científicos podcast - CienciaEs.com

A lo largo de la historia de la Tierra, el clima ha experimentado fluctuaciones significativas, a menudo de una magnitud impresionante. Regiones que en algún momento fueron densos bosques tropicales, en otros se convirtieron en desiertos o quedaron cubiertas por un espeso manto de nieve. Si estos cambios han ocurrido siempre, en mayor o menor medida, ¿por qué estamos tan preocupados por el cambio actual? Para responder a esta pregunta, es fundamental conocer la historia de las personas cuyas ideas, descubrimientos y estudios han generado el conocimiento necesario para comprender los retos presentes y futuros que el clima nos plantea. De esto hablamos hoy con Ángel León Panal, autor del libro Historia del Cambio Climático.

El conocimiento que tenemos sobre el clima pasado es relativamente reciente, comenzó hace apenas un par de siglos y requirió muchas investigaciones, discusiones científicas y desarrollos tecnológicos para llegar al punto en el que estamos hoy. Ángel León Panal cuenta en “Hablando con Científicos” que hasta bien entrado el siglo XIX, se sabía muy poco sobre los cambios climáticos del pasado. Una corriente de pensamiento sostenía que la Tierra, inicialmente caliente, se había ido enfriando gradualmente, provocando cambios suaves y de forma paulatina. Otra, defendida por los llamados “catastrofistas”, sostenía que en el pasado se habían producido situaciones extremas que modificaron bruscamente el clima en muchas partes del planeta. Todas estas corrientes de pensamiento fueron evolucionando a medida que se descubrían vestigios del clima pasado.

Cuando diversas observaciones llevaron a la conclusión de que en el pasado habían existido momentos de grandes cambios climáticos, fueron surgiendo distintas hipótesis para explicarlos. Benjamín Franklin, por ejemplo, atribuía estos cambios a grandes erupciones volcánicas que emitían gases capaces de bloquear la radiación solar. James Croll, por su parte, propuso que las glaciaciones estaban conectadas con cambios en la órbita de la Tierra y en la inclinación de su eje. Y otros investigadores señalaron como causantes a las variaciones en las corrientes oceánicas o en la composición de los gases atmosféricos.

Hoy sabemos que todas estas propuestas tenían parte de razón, pero no todas contribuían de la misma manera. Delimitar el efecto de cada una en los cambio del clima terrestre requirió el esfuerzo de numerosos investigadores a lo largo de los siglos XIX y XX.

No es el objetivo de este texto proporcionar toda la información que Ángel León detalla en su libro y durante la entrevista, pero permitidme, a modo de ejemplo, mencionar la historia de una científica estadounidense llamada Eunice Newton Foote.

En 1856, esta investigadora decidió examinar el comportamiento de distintos gases cuando eran expuestos a la radiación solar. Ideó un experimento simple utilizando recipientes de vidrio equipados con termómetros, en los que almacenaba diferentes gases. Cada vez que llenaba un recipiente con un gas, lo exponía alternando al sol y a la sombra, y registraba la temperatura alcanzada en cada situación. Así, descubrió que los recipientes que contenían vapor de agua y, en mayor medida, dióxido de carbono, se calentaban más que aquellos que contenían hidrógeno, aire u oxígeno. Fue la primera evidencia experimental de la capacidad del vapor de agua y el CO₂ para almacenar la energía del Sol. Sin embargo, la historia, cruel con las pioneras, relegó a Eunice N. Foote al olvido, hasta que en 2011 el investigador Raymond Sorensen redescubrió su trabajo original.

El descubrimiento de Foote fue corroborado en 1859 por el físico irlandés John Tyndall, aunque probablemente no llegó a conocer el trabajo de la investigadora. Tyndall demostró la capacidad del dióxido de carbono (CO₂) y del vapor de agua para atrapar las frecuencias infrarrojas emitidas por la Tierra, radiación que es transparente para el oxígeno y el nitrógeno, los componentes mayoritarios del aire. Así se establecieron las bases de lo que hoy denominamos efecto invernadero.

En 1896, el científico sueco Svante Arrhenius dio un paso más. Calculó que cuando la concentración de CO₂ disminuye en la atmósfera, el clima se enfría, y cuando se duplica la concentración, la temperatura aumenta. Arrhenius fue uno de los primeros en sugerir que la quema de combustibles fósiles podría aumentar la concentración de CO₂ en la atmósfera, lo que, según él, podría llevar a un calentamiento global. Aunque, por entonces, ese calentamiento era considerado algo positivo para la humanidad. Aquellos primeros cálculos no llamaron mucho la atención en su momento porque aún quedaban muchas incógnitas por resolver.

A lo largo del siglo XX, el conocimiento sobre el clima y sus variaciones naturales creció, en parte gracias a los avances en meteorología, oceanografía y geofísica.

En la década de 1950, Charles David Keeling, un científico estadounidense, comenzó a medir sistemáticamente los niveles de CO₂ en la atmósfera en la Estación de Monitoreo de Mauna Loa en Hawái. Sus datos, conocidos como la “Curva de Keeling”, mostraron un aumento constante del CO₂ en la atmósfera, lo que proporcionó una prueba clara de que las actividades humanas estaban alterando la composición atmosférica.

Hacia finales del siglo XX, la evidencia acumulada llevó a un consenso científico creciente: el cambio climático actual es real y está siendo impulsado en gran medida por las actividades humanas, en particular la quema de combustibles fósiles, la deforestación y la agricultura industrial. Este consenso fue consolidado por el trabajo del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), creado en 1988, que reúne a miles de científicos de todo el mundo para evaluar el estado del conocimiento sobre el cambio climático.

Os invito a escuchar a Ángel León Panal, Licenciado en Biología, divulgador científico y Máster en Comunicación Científica, Médica y Ambiental, y autor del libro Historia del Cambio Climático

Referencias:

Ángel León Panal

Historia del Cambio Climático


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