Programa presentado a los Premios PRISMAS Casa de las Ciencias a la divulgación, A Coruña 2010.
Dos historias diferentes se dan cita en este episodio de Seis Patas tiene la Vida: Onymacris plana es un insecto que utiliza técnicas que podrían ser calificadas como “de alta tecnología” para sobrevivir a las temperaturas extremas del desierto de Namib, en Namibia. Y frente a la tecnología, la belleza: el entomólogo, José Rafael Esteban Durán, cuenta una interesante historia que ha permitido recuperar las poblaciones de uno de los insectos más bellos de Europa: Rosalía Alpina.
Rosalia alpina ( Coleoptera, Cerambycidae) es uno de los insectos mas bellos de Europa. En los días soleados del verano, entre junio y agosto, era común observar el vuelo de los ejemplares adultos en los bosques húmedos de toda la cornisa Cantábrica y Pirineos, al norte de España. Muestran un cuerpo alargado, cubierto por una tupida capa de pelillos cortos de color gris azulado con manchas negras cuyo tamaño y colocación varía de un ejemplar a otro. De sus cabezas salen largas antenas, de mayor longitud en los machos, con borlas de pelillos negros que, ocasionalmente, destacan sobre zonas de pelos más cortos de color azul eléctrico.
Las hembras de Rosalía alpina ponen sus huevos sobre la madera muerta de ramas y árboles caídos. Las larvas pasan dos o tres años alimentándose, perforando galerías en los troncos. Prefieren la madera de haya pero, si la ocasión lo aconseja, no desprecian a los sauces, tilos, fresnos, castaños e incluso pinos. Cuando alcanzan la madurez, las larvas excavan una cámara, junto a las galerías de alimentación, y permanecen en ella en estado de ninfa durante un tiempo variable que puede llegar a un año. Desde finales de mayo hasta agosto, los adultos emergen y comienzan una actividad frenética, sabedores de que la naturaleza sólo les da, como mucho, dos semanas de vida. Durante ese tiempo, los insectos se afanan en buscar pareja, se aparean, y las hembras fecundadas realizan la puesta en la madera vieja de algún árbol o rama derribados. Así de efímera es la vida de adulto de la Rosalía alpina.
Durante los últimos 20 años, la población de Rosalía alpina ha ido decreciendo de manera alarmante en la mayor parte de las regiones de España. Don José Rafael Esteban Durán nos cuenta hoy en “Seis patas tiene la vida” una experiencia muy elocuente sobre las causas de la disminución de las poblaciones y da una serie de ideas para su recuperación.
Dado que la Rosalía alpina se alimenta de madera muerta, la medida más eficaz para la protección de la especie consiste en el mantenimiento de sus ecosistemas en estado natural, sin efectuar limpiezas de bosques que eliminen los troncos caídos y las pilas de madera cortada. Otra medida recomendable puede ser el establecimiento de parques de madera cortada, en la que se apilen troncos de haya y, en menor medida, de sauces, tilos, castaños, fresnos, robles y pinos para que las nuevas generaciones de Rosalía alpina puedan alimentarse.
Escuchen ustedes la historia de la Rosalía alpina.
Referencia:
Una joya entomológica viviente, en peligro de desaparición Revista “Terralia” (Ediciones Agrotécnicas)
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