Les presentamos tres insectos sorprendentes. Al primero de ellos se conoce con el popular nombre de “duende” (Nemoptera bipennis) debido a la extraña forma de sus alas posteriores, semejantes a plumas, como pueden observar en las imágenes que acompañan a este texto. El segundo, Coremia plumipes, sorprende por la exagerada longitud de sus patas traseras terminadas en penachos de pelillos que les proporcionan un aspecto de grandes plumeros. El último es cubre su cuerpo con una vellosidad marrón que recuerda a la piel de un ciervo, de ahí su nombre: Sorelia cervina.
Nemoptera bipennis es un insecto que, al verlo volar, lo podemos confundir con facilidad con una mariposa o una libélula. Sin embargo, al posarse, sorprende por sus dos extrañas alas posteriores, aunque no deberíamos llamarlas “alas” porque no sirven para volar. Son alargadas y estrechas, como dos finas plumas, razón por la cual el animalito ha recibido el apellido “bipennis” en contra de lo que el nombre pueda inspirar. Pertenece al orden neuroptera y vulgarmente es conocido en muchos lugares de España como “duende”. Las dos alas anteriores son anchas y membranosas, aptas para el vuelo, pintadas por los típicos colores verdosos y oscuros con los que se diseñan los trajes de camuflaje. Largos nervios recorren las alas desde su nacimiento y, a ambos lados de algunos de ellos, se distribuyen manchas negruzcas que recuerdan a hojas de un helecho. Son adornos realmente efectivos a la hora de confundir al observador como pueden ustedes comprobar en una de las fotografías que hemos puesto en la galería de imágenes.
El entomólogo José Rafael Esteban Durán habla hoy de otras dos especies no menos sorprendentes. La primera de ellas, de nombre Coremia plumipes, un insecto que tiene su hábitat en Guyana, Brasil y otros países de Sudamérica. También llama la atención por el aspecto extraño de dos de sus apéndices, en este caso, sus patas traseras. Su apellido, “plumipes”, es bastante gráfico porque las extremidades parecen ser dos extraños plumeros. Se desconoce la utilidad que tales adornos pueden tener para el insecto.
Por último, Sorelia Cervina es un insecto muy raro tanto por su aspecto exterior como por su escasa abundancia. Su cuerpo está recubierto de una pelusa espesa que recuerda a la piel de un ciervo, de ahí su apellido: “cervina”. La fotografía que ofrecemos pertenece a una hembra capturada por José R. Esteban en uno de sus viajes a Sudamérica, una captura cuya historia nos cuenta en el programa de hoy. Les invitamos a escucharla.
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