Uno de los protagonistas de seis patas que les presentamos hoy, la cochinilla, tiene su particular historia y no me resisto a contársela. Durante nuestra visita al Centro Cultural la Corrala, donde acudimos a disfrutar de las actividades organizadas por la Universidad Autónoma de Madrid durante la Noche de los Investigadores Madrid 2011, disfrutamos de un montón de experiencias que acercaban la química y los investigadores a niños y adultos. Entre las muchas demostraciones que allí tenían lugar, y que iremos mencionando en otros espacios, nos llamó poderosamente nuestra atención una muestra sobre tintes naturales.
Entre cuencos con distintos contenidos, Isabel Margarita Zambelli mostraba orgullosa una muestra de varios tintes naturales, entre ellos, el tinte de cochinilla, un insecto sobre el cual Rosa Lencero estaba preparando en esos momentos el reportaje que hoy les ofrecemos en Seis Pata Tiene la Vida. Allí, en uno de los cuencos había cochinilla desecada, cuya fotografía les enseñamos en la galería, más allá, un cuenco mostraba el líquido rojo obtenido al machacar el insecto y, en otro lugar, una muestra de papel coloreado. Se lo mostramos en la fotografía adjunta.
Margarita nos contó muchas cosas sobre los tintes naturales, demostró cómo se obtienen y nos regaló unas cuantas cochinillas desecadas para que nosotros mismos elaboráramos el famoso tinte. Deseando conocer más, nos recomendó la lectura de un texto de Ana Roquero que les invito a leer, lleva por título: Aproximación a los tintes históricos
Con estos antecedentes Rosa Lencero nos presenta a la cochinilla, y José Rafael Esteban Durán habla de insectos comestibles, nos propone un menú de hormigas atta, picudos de las palmeras y chapulines.
La cochinilla
¡Yogur de fresa! “cochinilla machacá”, ¡Bitter! “cochinilla machacá”, ¡Helado de fresa! “cochinilla machacá”… Éso es lo que el guía les decía a nuestro oyente, Luis Fernando García Álvarez, en su viaje de novios a Canarias cuando les mostraron cultivos de cactus, en concreto de la tunera “Opuntia ficus-indica”, y de su insecto parásito llamado cochinilla. Según nos cuenta, tardaron varios meses en tomar yogur de fresa y bitter.
¿Qué es la cochinilla?
La cochinilla grana o del carmín, es un insecto del orden hemíptera, cuyo nombre científico es Dactylopius coccus. Es un parásito fitófago, es decir, se alimenta de los materiales vegetales, en este caso de la savia de su planta huésped que es la tuna, la Opuntia ficus, que es un cactus con hojas grandes en forma de huevo. La cochinilla es originaria de América, en concreto de los países de México, Perú, Bolivia, Colombia, Ecuador y Chile.
El aspecto físico de la cochinilla es distinto dependiendo si son hembras o machos. La hembra, con forma oval, mide unos 6 milímetros y permanece casi inmóvil en las hojas de la tuna, se agrupan en grandes poblaciones que dan la apariencia de almohadillas blancas sobre el tejido vegetal. Por su parte, el macho, con forma alargada y más pequeño, mide unos 2 milímetros y medio, y posee alas.
El apareamiento en esta especie se produce generalmente por la noche. El macho sube sobre la hembra y la acaricia con sus patas delanteras. Después se coloca a una lado, se arquea bajo el cuerpo de la hembra e introduce el esperma en una de las dos aberturas genitales que ésta tiene (una a cada lado del cuerpo). A continuación se repite la operación en el otro lado.
En su abdomen las hembras presentan unos apéndices con unas expansiones membranosas que forman una especie de saco. Es en este órgano donde guardan los huevos fecundados, que pueden ser hasta 300. De los huevos salen unas crías que permanecen allí hasta que hacen unas cuantas mudas. Este saco se podría comparar al de los canguros. La reproducción se produce 2 ó 3 veces al año.
Sólo las hembras son utilizadas como fuente de pigmento natural, de color rojizo carmín.
Proceso para obtener el tinte
Se muele la cochinilla seca en un molinillo de café o en un mortero, se pone esa cochinilla molida en un recipiente con agua y se calienta hasta su ebullición, dejándolo hervir durante 30 a 45 minutos removiéndolo periódicamente. Después el preparado se retira del fuego y se deja reposar durante 3 a 5 minutos, tras esto se filtra en caliente el preparado con embudo y papel de filtro, consiguiendo un líquido que es el “tinte de cochinilla”.
Al no ser tóxica, se usa en la industria como colorante, en concreto E-120, para una gran cantidad variedad de productos en cosmética, alimentación, textiles, etc. En su procesamiento, además del color rojo, se consigue una diversa gama de colores como el violeta, el naranja, el gris, el negro.
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