Vanguardia de la Ciencia es un programa de divulgación científica creado por Angel Rodríguez Lozano en 1995. En cada episodio contamos la ciencia con amenidad y rigor para mostrar los avances que se producen en distintas áreas del conocimiento en forma de reportajes, noticias, entrevistas y curiosidades científicas.
Dos son las teorías de la Relatividad que nos legó Albert Einstein: la primera es la Teoría Especial de la Relatividad, dada a conocer por el sabio alemán en 1905, la otra es la Teoría General de la Relatividad y, aunque fue publicada en 1916, el envío para su publicación fue hecho en 1915, por cierto que hubo hace tiempo cierta polémica sobre la autoría de la misma, como les contaremos a continuación como complemento a este programa de Vanguardia de la Ciencia.
Aunque las teorías de la Relatividad son las protagonistas principales del programa de hoy, no faltará una referencia a la actualidad científica. Les ofrecemos un reportaje sobre los últimos avances encaminados a conseguir un ovario artificial.
Para comprender el contenido de las teorías de Einstein, contaremos con la ayuda de D. José Manuel Sánchez Ron, catedrático de Historia de la Ciencia en la Universidad Autónoma de Madrid y autor de numerosas publicaciones y libros sobre Relatividad. Como complemento les ofrecemos una visión de la Ciencia a finales del siglo XIX antes de que salieran a la luz las teorías de la Relatividad y, para terminar el programa, les contamos una anécdota sobre los calcetines de Einstein.
Einstein libre de sospecha
“Nadie está libre de sospecha”, una frase que hace temblar no sólo a aquellos que han violado la ley sino a las personas inocentes que, sin quererlo, se convierten en sospechosas. En ciencia, el robo de ideas, el espionaje o, simplemente, la habilidad para publicar primero convierten a más de un investigador en sospechoso de prácticas poco éticas. Ni siquiera el mismísimo Albert Einstein estuvo libre de ellas.
En su caso, la sombra de duda se cernía sobre él como autor de la segunda de sus teorías, la Teoría General de la Relatividad. El competidor tampoco fue una persona cualquiera, se trataba nada menos que de David Hilbert, también alemán, uno de los matemáticos más grandes del siglo XX. Hilbert publicó una Teoría General de la Relatividad y según, él mismo argumentaba, la envió a publicar cinco días antes que Einstein. Si eso hubiera sido verdad, la obra de Einstein habría sido sospechosa de plagio o, al menos, no habría sido la primera, y la historia tendría que escribirse de otra manera.
El momento más importante de un artículo científico no es el de su publicación, cuando eso ocurre, el artículo lleva ya meses entregado, ha sido revisado y aprobado por un grupo de expertos en la materia, conocidos como “referees” e, incluso, ha podido sufrir alguna modificación en el camino para adaptarse a las exigencias de los expertos. Así pues, lo más importante es el momento en el que el artículo es recibido por la revista en cuestión, punto que marca un reconocimiento oficial de su existencia.
Atendiendo a estos datos, David Hilbert sería el autor de la Teoría de la Relatividad porque según se creyó durante un tiempo, una creencia motivada por el propio Hilbert, éste entregó su copia el 20 de noviembre del año 1915 mientras que Einstein lo hizo cinco días después, el 25 de ese mismo mes.
La duda, aunque con pocos adeptos entre los científicos, perduró durante muchos años, hasta que en 1997 una investigación concienzuda realizada por el Instituto Max Planck de Alemania le dio la vuelta a la tortilla. Según las pesquisas de ese estudio, Hilbert modificó la fecha de envío, en realidad había mandado el artículo el 6 de diciembre, es decir, después que Einstein.
Así pues, la honestidad de Einstein queda fuera de toda duda. Los autores del estudio fueron más allá aún en sus apreciaciones. Aseguraron que la versión que Hilbert había enviado a publicar estaba incompleta, le faltaban las ecuaciones de campo, que fueron introducidas con posterioridad, una vez conocido el trabajo de Einstein. Así pues a Hilbert no le queda ni siquiera el consuelo de compartir el mérito.
La realidad fue que ambos científicos utilizaron distintas formas de aproximarse a la teoría, Hilbert, que a pesar del resultado de la investigación no deja de ser una de las mentes más brillantes de su época, desarrolló su teoría desde el punto de vista estrictamente matemático, mientras que Einstein lo hizo combinando la formulación matemática con el sentido físico. Bravo por ambos, aunque… a cada uno lo suyo.
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