El código de barras de ADN

La historia del código de barras genético comenzó en 2003 cuando Paul Hebert, un biólogo evolucionista de la Universidad de Guelph en Canadá, publicó un artículo titulado “Identificaciones biológicas a través del código de barras de ADN”. Dado que el ADN que porta cada criatura es único, Hebert decidió buscar en la molécula de la vida un pedazo que fuera útil para diferenciar unas especies de otras. El l investigador descartó el ADN del núcleo de las células por ser demasiado grande (en la especie humana contiene 3.600 millones de letras) y fijó su atención en un pequeño pedazo de ADN que existe fuera del núcleo celular, en las mitocondrias, unos orgánulos que hacen las veces de central energética de las células.

Este ADN “mitocondrial” se transmite solo por vía materna, y tiene la ventaja de que, al estar separado del ADN del núcleo, se encuentra más libre de variaciones que éste. No obstante, a pesar de ser mucho más pequeño, el ADN mitocondrial seguía conteniendo demasiada información para el objetivo que Hebert tenía en mente, así que optó por estudiar un pedazo de éste, de unas 648 letras, que existe en el extremo de un gen llamado Citocromo “c” oxidasa.

El primer paso del investigador canadiense consistió en comprobar si, efectivamente, el pedazo de ADN elegido servía para diferenciar distintas especies. La comprobación se hizo inicialmente con el ADN de 13.000 especies animales existentes en un banco mundial de genes denominado GENBANK. El equipo pudo demostrar que cada una de las 200 especies de polillas de la zona de Guelph tenían diferentes códigos de barras. También estudiaron muestras de polillas recogidas por el investigador estadounidense Janzen en la selva de Costa Rica y, gracias al código genético, pudieron identificar correctamente a 421 especies distintas. El resultado fue sorprendente en un caso concreto porque el código de barras genético permitió comprobar que un grupo de diez polillas que en principio se pensaba que pertenecían a la misma especie, eran en realidad 10 especies distintas. Aquellos fueron los comienzos de lo que hoy es un gran proyecto multinacional que se conoce con las siglas iBOL (International Barcode of Life).

La idea inicial ha ido creciendo desde entonces. En 2007 el proyecto se hizo internacional y ahora colaboran más de 150 instituciones científicas de 45 países. El trabajo ha permitido, hasta el momento, la catalogación de 172.000 especies obtenidas del análisis de más de 2 millones de individuos, pero el objetivo es llegar al medio millón de especies en 2015.

El diente del niño homínido

En el borde meridional de la cuenca Guadix-Baza se encuentran los yacimientos de Orce (Granada) en el sur de España. Ahora es una región seca, con temperaturas que pueden llegar en verano a los cincuenta grados centígrados, pero hace dos millones de años era muy diferente. Entonces la zona estaba dominada por lagos alimentados por los riachuelos que descendían de las cumbres de Sierra Nevada y el resto de las sierras Béticas. A sus orillas vivía una enorme variedad de fauna: mamuts, rinocerontes, tigres de dientes de sable, osos, hienas… junto a ellas llegaron también los homínidos. Varios yacimientos dan testimonio de ello: Fuente Nueva I (2,6 -2,1 millones de años), Venta Micena (1,5 -1,6 m.a.) Fuente Nueva 3 y Barranco León (1,4 -1,3 m. a.).

El pasado mes de julio se publicaba en la revista Journal of Human Evolution, un artículo que lleva por título: El fósil humano más antiguo de Europa, encontrado en Orce , firmado por Isidro Toro, Bienvenido Martínez y un nutrido grupo de investigadores. Se trata de una muela de leche que correspondió a un niño homínido de 8 o 10 años de edad que habitó en la región de Orce hace 1,4 millones de años.

El fósil fue encontrado en el yacimiento de Barranco León en 2002 pero, por diversas razones que Bienvenido Martínez Navarro explica durante la entrevista que les ofrecemos, su hallazgo no ha sido publicado hasta ahora.

Entrevistamos a Bienvenido Martínez Navarro, profesor de Investigación de ICREA en el Instituto Catalán de Paleoecología Humana i Evolución Social de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona e investigador de los yacimientos de Orce.

REFERENCIAS

The oldest human fossil in Europe, from Orce Journal of Human Evolution Volume 65, Issue 1, July 2013, Pages 1–9

What is DNA Barcoding?